Perspectivas de la economía española en clave sectorial 2024-2025

En 2025, esperamos que los sectores primario, manufacturero y turístico seguirán creciendo, pero a un ritmo más moderado que en 2024, y que se fortalezcan las TIC, los servicios profesionales, la industria farmacéutica, la construcción y el inmobiliario. Algunas ramas industrias como la textil y la papelera podrían ralentizar su ritmo de crecimiento. 

29 de noviembre de 2024
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En 2024, la economía española ha experimentado un crecimiento generalizado, una tendencia positiva que prevemos que se mantendrá en los sectores económicos a lo largo de 2025. Este año han destacado especialmente los sectores que se han ido recuperando de distintos shocks: el sector primario, de la sequía; el manufacturero, de la crisis energética, y el turístico, convergiendo hacia su tendencia pre-COVID. Para 2025, aunque anticipamos una fortaleza continuada en estos sectores, prevemos una ligera ralentización de su ritmo de crecimiento a medida que los efectos de dichos shocks se disipen por completo. Por otro lado, sectores con tendencias seculares más positivas, como las tecnologías de la información y la comunicación, los servicios profesionales y la industria farmacéutica, se fortalecerán, al igual que aquellos más sensibles a la bajada de tipos de interés, como la construcción y el inmobiliario. Aunque la economía muestra una robustez de base amplia, existen algunas ramas industriales, como la textil y la papelera, donde la presión de costes y el elevado nivel de competencia internacional podrían frenar su ritmo de crecimiento.

Tendencias sectoriales en España: evolución reciente y perspectivas

En 2024, CaixaBank Research prevé que la economía española crezca un 2,8%, un ritmo de avance robusto y ligeramente superior al de 2023 (+2,7%). Si analizamos la descomposición sectorial de este crecimiento, observamos un impulso generalizado en la mayoría de los sectores, y un rendimiento particularmente alto de sectores que han sufrido shocks en los últimos años, tal y como se ha analizado en el primer artículo de este informe. Para el conjunto del año 2024, destacamos, en la banda alta, el sector turístico, con un crecimiento previsto del 6%, continuando su recuperación y acercándose a su tendencia pre-COVID. También la industria manufacturera, con un sólido crecimiento del 3,9%, impulsado por el buen desempeño de las industrias particularmente afectadas por el shock de la pandemia, como la fabricación de materiales de transporte (+4,5%), y algunas de las más afectadas por el shock energético, como la papelera y la química y farmacéutica. Adicionalmente, se prevé que el VAB del sector primario aumente un 7,0% en 2024, consolidando su recuperación tras el fuerte descenso registrado en 2022 (–20,3%), gracias a la mejora de las condiciones climáticas y la reducción de los costes de producción. Por otro lado, los sectores que crecen de manera más débil acusaron tendencias de largo plazo menos positivas, como la industria textil (–2,0%), o vieron su crecimiento mermado por su sensibilidad a los tipos de interés elevados, como el sector de la construcción (+2,4%).

Las perspectivas de la economía española para 2025 son positivas, aunque anticipamos una ligera moderación del crecimiento del PIB, que pasará de un +2,8% en 2024 a un +2,3% en 2025, según las últimas previsiones de CaixaBank Research. En este escenario, aunque prevemos una fortaleza continuada en los sectores que lideraron el crecimiento en 2024, como el primario (+5,5%), el manufacturero (+2,3%) y el turístico (+3,4%), estos crecimientos reflejan una cierta ralentización a medida que los efectos de los shocks previos se disipen por completo. Por otro lado, se fortalecerán los sectores con tendencias seculares más positivas, como las tecnologías de la información y la comunicación (+4,6%) y las actividades profesionales y administrativas (+4,8%). Además, sectores más sensibles a la bajada de tipos de interés, como la construcción (+3,3%) y las actividades inmobiliarias (+5,5%), experimentarán una aceleración, impulsados por una mayor actividad inversora y una mejora de las condiciones de financiación. Aunque la economía muestra una robustez de base amplia, algunas ramas industriales, como la textil y la industria extractiva, podrían ver frenado su crecimiento debido a la presión de costes y la elevada competencia internacional. En conjunto, no prevemos crecimientos negativos para el VAB de ninguno de los sectores analizados en 2025. 

Según el ritmo de crecimiento esperado en el bienio 2024-2025, clasificamos los sectores en cuatro grandes grupos: 1) sectores con un crecimiento elevado y en aceleración, 2) sectores con un crecimiento elevado pero en desaceleración, 3) sectores con un crecimiento en torno al promedio y 4) sectores con un crecimiento más débil.

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Las bajadas de tipos y la disipación de shocks serán los determinantes clave del rendimiento de los sectores de la economía española

1) Sectores con un crecimiento elevado y en aceleración

Estos sectores presentan un alto potencial de crecimiento, con tendencias seculares positivas, o son sectores particularmente sensibles a los tipos de interés que se beneficiarán de su descenso. Entre ellos destacan:

Tecnologías de la información y la comunicación (TIC): impulsadas por la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías, las TIC se benefician de un crecimiento estructural positivo (+5,4% de promedio entre 2015 y 2019). En 2024, el crecimiento de este sector (+3,2%) ha estado por debajo de su promedio histórico, pero prevemos que en 2025 el crecimiento de este sector se aproxime a su crecimiento a largo plazo con un +4,6%.

Actividades profesionales y administrativas: la creciente complejidad de los negocios y la necesidad de servicios especializados impulsan la demanda en este sector. La consultoría, la asesoría y los servicios administrativos tienen una tendencia secular positiva, y después de un 2024 en el que han crecido un 3,7%, prevemos que se aceleren a un 4,8% en 2025.

Construcción: en 2023, el sector de la construcción avanzó un 2,1%, una tasa inferior a la del conjunto de la economía. A pesar del fuerte desajuste entre la oferta (en torno a las 110.000 unidades por año) y la demanda (creación de 265.400 hogares netos en 2023, según la EPA, por el notable incremento de los flujos migratorios), el sector se vio lastrado por el aumento de costes de financiación y de construcción. Con la bajada de tipos, el sector se verá impulsado por los menores costes de financiación y prevemos que se acelere a un 2,4% en 2024 y un 3,3% en 2025. Aun así, prevemos que el desajuste entre oferta y demanda persista, sobre todo a causa de factores que restringen la oferta, como la falta de disponibilidad del suelo. El despliegue de fondos NGEU contribuirá a impulsar el sector, si bien según la AIReF el nivel de contratos formalizados y subvenciones concedidas es superior para las partidas de desarrollo de infraestructuras de movilidad sostenible (entre el 72% y el 92%) que para el de rehabilitación urbana (23%).

Actividades inmobiliarias: después de un 2022 boyante (16,2%), el sector inmobiliario se desaceleró fuertemente en 2023 (5,4%) como consecuencia de las subidas de tipos. Con el inicio de las bajadas de tipos, 2024 ha sido un año de transición para un sector que prevemos que haya crecido un 4,5%. A medida que los tipos continúen descendiendo en 2025, prevemos que el sector se acelere hasta el 5,5%, una cifra superior al conjunto de la economía española.

2) Sectores con un crecimiento elevado, pero en desaceleración

Estos sectores continúan mostrando un crecimiento robusto, aunque su ritmo se está moderando debido a la disipación de factores excepcionales que previamente impulsaron su expansión:

Sector primario: después de una fortísima caída en 2022 (–20,3%) el sector está experimentando una fuerte recuperación impulsada por la mejora en las condiciones climáticas y la reducción de los costes de producción. En 2023, el sector se recuperó un 6,5% y para 2024 prevemos un crecimiento del 7,0%, al que seguirá una ligera ralentización del 5,5% en 2025, a medida que el impulso por el fin de la sequía se disipe. La industria agroalimentaria seguirá una tendencia de recuperación, en consonancia con la evolución de la producción del sector primario y el descenso de los precios de sus insumos. A medio plazo, la evolución del sector estará altamente supeditada a la capacidad de adaptación al cambio climático.

Industria manufacturera: la industria manufacturera mostró un crecimiento moderado en 2023 (+2,1%), mermada por la subida de costes energéticos que siguieron a la invasión rusa de Ucrania, y por la subida de tipos. En 2024, el sector se ha reactivado y prevemos que crezca un 3,9%, impulsado por la mejora de la competitividad de la industria española en relación con la europea. En comparación con la situación previa a 2022, los costes energéticos en España se han situado en un nivel más bajo relativo al de los competidores europeos. Esto se debe a la menor exposición al gas ruso, y al elevado peso de las renovables en la generación de electricidad en España. Para 2025, prevemos un crecimiento del VAB manufacturero del 2,3%, cercano al del conjunto de la economía española. 

Precio industrial del gas natural

Última actualización: 26 noviembre 2024 - 16:02

Precio industrial de la electricidad

Última actualización: 26 noviembre 2024 - 16:03

Dentro de las manufacturas, destaca el avance de la industria química, que se beneficia de la ventaja competitiva en inputs energéticos, y de la farmacéutica, con tendencias seculares positivas y un nivel de competitividad internacional y especialización elevado. Prevemos que la industria farmacéutica continúe ganando peso a medio y largo plazo, y que sea un motor de exportaciones y de inversión en I+D. 

Las manufacturas crecen sólidamente gracias a la mejora de los precios de los inputs energéticos en relación con los principales competidores europeos

Turismo y hostelería: el sector turístico ha sido un motor clave en la recuperación pos-COVID 2019, y supera claramente sus cotas prepandemia. En 2024 prevemos que crezca un 6,0%, situándose un 11,5% por encima de su nivel de 2019. Para 2025, prevemos una ralentización al 3,4% a medida que el sector alcanza su tendencia histórica y los factores de recuperación pos-COVID pierden intensidad. Aun así, crecerá a un ritmo más dinámico que el conjunto de la economía. El factor clave detrás de esta fortaleza incluye la recuperación del poder adquisitivo de los principales países emisores de turistas a España, gracias a un descenso de la inflación y a un incremento moderado de los salarios. Adicionalmente, la mayor estabilidad geopolítica de España en relación con la de países competidores también continuará jugando a favor del sector.

3) Sectores con un crecimiento en torno al promedio

Estos sectores presentan un ritmo de crecimiento similar al conjunto de la economía. Entre ellos destacamos:

Comercio mayorista: impulsado por perspectivas de consumo favorables debido al descenso de la inflación, al aumento de los ingresos y a la creación de empleo, prevemos que el sector crezca un 2,7% en 2024 y un 1,8% en 2025. El consumo privado real muestra señales positivas, apoyando el crecimiento del sector. De este modo, prevemos que este crezca un 2,5% tanto en 2024 como en 2025, por encima del 1,7% registrado en 2023. Estas dinámicas propicias apoyarán al sector del comercio, para el que anticipamos tasas de crecimiento positivas, ligeramente por debajo del promedio de la economía.

Fabricación de maquinaria: la fabricación de maquinaria sufrió una caída importante durante la pandemia por la disrupción de las cadenas de valor global, y luego por el aumento de costes de producción. En 2023, el sector creció con fuerza (+5,5%). Prevemos que continúe creciendo (+3,5% en 2024 y +2,0% en 2025), si bien el mayor nivel de competencia global lo impulse a crecimientos más cercanos al del conjunto de la economía.

Industria automovilística: entre 2021 y 2023, la industria automovilística experimentó tasas de crecimiento robustas, después de la fuerte caída que registró en 2020. Aunque hay factores que apoyarán la demanda (y que examinamos en el tercer artículo de este informe, como el envejecido parque automovilístico y el alto nivel de automatización de España, segunda en Europa después de Alemania), el sector también se enfrenta a desafíos importantes. En el contexto de la transición hacia vehículos eléctricos, el sector se enfrenta a un elevado nivel de competencia internacional, particularmente proveniente de China. El balance de estos factores será un crecimiento del sector cercano al del conjunto de la economía. Es crucial que el sector se adapte a estos cambios y que se logre una posición en el ecosistema de la producción de vehículos eléctricos de alto valor añadido. Para fortalecer sus perspectivas, será clave desplegar la infraestructura de recarga y estimular la presencia de España en toda la cadena de valor a través del PERTE VEC.

4) Sectores con un crecimiento más débil

Aunque en nuestro escenario central no pronosticamos fuertes caídas en ningún sector de actividad considerado, hay sectores para los que prevemos un crecimiento netamente inferior al promedio de la economía. Por el lado de las manufacturas, los sectores relativamente más débiles son ramas industriales como la textil y la papelera, que presentan tendencias seculares negativas debido al nivel de competencia internacional y a la presión de costes estructurales relativa a estos competidores. Estas ramas se mantienen sustancialmente por debajo de los niveles de actividad en 2019. En el caso de la industria textil, prevemos un crecimiento negativo en 2024, seguido de un crecimiento cercano a cero en 2025. En el caso de la papelera, después de un 2022 y un 2023 de decrecimiento, anticipamos una reactivación en 2024 ligada a los precios energéticos, que tenderá a disiparse en 2025.

Por el lado de los servicios, el comercio minorista enfrenta desafíos significativos a pesar de la expansión económica general. La intensa competencia del comercio electrónico y los cambios en los hábitos de consumo, acelerados por la pandemia, representan un viento en contra para el sector. Con un crecimiento del 2,1% en 2024 y del 1,3%, prevemos que sea el componente del sector servicios con un crecimiento más débil. 

La intensa competencia del comercio electrónico y los cambios en los hábitos de consumo representan un viento en contra para el comercio minorista

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La visión sectorial y el informe Draghi 

A grandes rasgos, el plan Draghi analiza la situación de sectores claves de la economía europea, como el automóvil, el farmacéutico y, en el seno del tecnológico, las tecnologías verdes en el marco del reto de mantener la competitividad en el siglo xxi. Draghi resalta el desafío que suponen la dependencia de las energías fósiles, generalmente importadas, y la fragmentación de los mercados de capital en Europa. Subraya la necesidad de que el continente impulse su competitividad a través de la integración de los mercados de capitales, mayores niveles de inversión pública a escala europea y una aceleración de la transición climática. 

Una lectura sectorial del estado de la economía española muestra que, aunque España comparte muchos de los desafíos delineados por Draghi —especialmente en relación con el sector automovilístico y la fragmentación de los mercados de capitales—, el país está en una posición relativamente mejor en lo que concierne al reto energético. Para Draghi, una fuente del estancamiento reciente de la economía europea, y particularmente de las manufacturas, son los elevados costes energéticos. En este ámbito, España se desmarca, ya que goza de unos costes energéticos bajos en comparación con los de los competidores europeos, y ello está impulsando las manufacturas. Sin embargo, esto no debe llevar a la complacencia: es crucial que España continúe invirtiendo en energías renovables, un sector en el que las condiciones climáticas favorables nos otorgan una ventaja competitiva, potencialmente abriendo el camino a una nueva industria de exportaciones.

El informe Draghi resalta el desafío de aumentar la competitividad y la necesidad de inversión para adaptar sectores claves de la economía

Uno de los desafíos más importantes subrayados por el informe Draghi, y que afecta de lleno a la economía española, es el de la industria automovilística. Si bien ha mostrado signos de recuperación tras el shock energético y la crisis de suministros, enfrenta una presión creciente por la transición hacia la movilidad eléctrica y el fuerte incremento de la competencia de otros grandes productores como China. El plan Draghi enfatiza que, para que el sector automotriz europeo y español sea competitivo a nivel global, es fundamental afrontar esta transición. Esto requerirá no solo un aumento de la inversión en I+D, sino también un marco regulatorio que promueva simultáneamente la innovación y la competitividad.