La economía portuguesa se contrae en el 3T
Al tratarse de un dato de avance, los detalles por componentes no son aún conocidos, pero el INE apunta como principal factor al debilitamiento de la actividad de los socios comerciales, lo que habría lastrado las exportaciones, tanto de bienes como de servicios, incluido el turismo. Pero también debió incidir la paralización de la producción y las exportaciones en la fábrica de Auto-Europa durante dos semanas del trimestre. Para el 4T, la información disponible es todavía muy limitada: por el lado positivo, destaca el indicador diario de actividad del Banco de Portugal, que registró un crecimiento interanual medio en octubre del 3,9%, frente al 2,7% en el 3T. Por el contrario, los indicadores de sentimiento de octubre muestran un deterioro de la confianza de los agentes económicos. Los datos conocidos hasta el momento sugieren una moderación en el ritmo de expansión de la actividad y plantean importantes riesgos para nuestro escenario (crecimiento del PIB del 2,4% en 2023 y del 1,8% en 2024).
Según la estimación del INE, el IPC general sorprendió con una fuerte caída en octubre, al situarse en el 2,1%, 1,5 p. p. por debajo del dato de septiembre y el primer registro por debajo del 3% desde diciembre de 2021; la tasa subyacente también siguió la tendencia de moderación hasta el 3,5% (4,1% en septiembre). En todo caso, este buen dato estuvo impulsado por los efectos base, principalmente en el índice energético, por lo que no descartamos un repunte de la inflación a finales de año. Por su parte, el efecto de la política monetaria empieza a pesar más sobre la demanda y es previsible una desaceleración del precio de los servicios tras la temporada de verano.
Dada la solidez del índice de precios de la vivienda en el 2T 2023, hemos revisado al alza nuestra previsión para el conjunto de 2023, y esperamos una subida media del 7,1% en 2023, frente al 4,0% previsto anteriormente. A pesar de la caída del número de transacciones (–22,9% respecto al mismo trimestre de 2022), el mercado sigue respaldado por bajos niveles de desempleo, una fuerte demanda de los no residentes y medidas presupuestarias que tienen como objetivo dar cabida a los aumentos del crédito. En cualquier caso, el efecto de un ajuste monetario prolongado y de medidas gubernamentales encaminadas a aumentar la oferta de vivienda debería contribuir a estabilizar los precios a medio plazo.
El balance consolidado de las Administraciones públicas hasta septiembre anota un superávit del 3,7% del PIB, una mejora de 8 décimas respecto al mismo periodo del año pasado. A esta evolución ha contribuido el notable aumento de los ingresos corrientes (8,5% vs. 6,8% los gastos), reflejando la solidez del mercado laboral y el buen tono del consumo. La buena evolución de las cuentas públicas nos lleva a revisar las previsiones de saldo presupuestario en 2023 hasta un superávit del 0,7% del PIB, lo que permitirá reducir la ratio de deuda pública hasta el 103% del PIB.