La exposición de la cesta de consumo española a los precios internacionales de las materias primas agrícolas
Medimos la intensidad y la duración de la traslación de los precios de las materias primas agrícolas a través de la cadena alimentaria: desde los precios agrícolas internacionales, pasando por los precios recibidos por los agricultores en España y finalizando en los precios del consumidor.
Desde principios de 2021, estamos observando una escalada de los precios de las materias primas agrícolas a nivel global, desencadenada por tres factores: i) la reactivación de la economía mundial tras la pandemia, ii) caídas en la producción global de carácter transitorio (sequías, plagas de insectos y enfermedades del ganado) y iii) el estallido de la guerra en Ucrania.
Tal y como muestra el primer gráfico, los precios agrícolas en la UE crecieron a un ritmo del 39,7% interanual en julio de 2022. Ello se explica por un alza generalizada en los cinco grupos de alimentos que analizamos, entre los que destacan los fuertes incrementos de los precios de cereales (68,3%) y lácteos (68,0%), mientras que los aceites crecieron a un ritmo más moderado, del 4,1%. Este aumento de precios, junto al encarecimiento de la energía, se ha ido filtrando gradualmente por todos los eslabones de la cadena alimentaria, lo que se ha traducido en un incremento de los precios finales de consumo de los alimentos. Así, en julio, el componente de alimentos del IPC español aumentó un 12,4% interanual (11,9% los alimentos elaborados y 13,4% los alimentos frescos), contribuyendo en 3,3 p. p. a la inflación general (10,8% en julio).
Cabe señalar que la evolución más reciente de los futuros de las materias primas agrícolas en los mercados internacionales apunta a una reducción de las tensiones inflacionistas. Por ejemplo, los futuros del trigo y del maíz, medidos a través de la cotización en la bolsa de Chicago, se han moderado hasta niveles similares a los de principios de año (véase el segundo gráfico). La transmisión de estas caídas de los precios internacionales a los precios internos de la UE no está siendo inmediata, debido a los efectos de la Política Agraria Común (PAC),1 aunque sí se empieza a vislumbrar cierta moderación en los precios de julio, con una rebaja del 1,7% intermensual del promedio de los grupos de alimentos del primer gráfico, la primera caída en 12 meses.2
- 1. La PAC incluye un conjunto de intervenciones (subvenciones directas, mecanismos de apoyo a los precios y precios mínimos garantizados) que afectan a los precios de las materias primas agrícolas en la UE. Véase el artículo mencionado en la nota 3 de este mismo Focus.
- 2. Para una descripción de la evolución del precio de las materias primas agrícolas en los mercados internacionales, véase el Focus «Continúa el baile en el mercado de materias primas» en este mismo informe y el Informe Sectorial Agroalimentario, de próxima publicación.
Para arrojar luz sobre esta cuestión, estimamos un modelo econométrico para medir la intensidad y la duración de la traslación de los precios de las materias primas agrícolas a través de los eslabones que conforman la cadena alimentaria: desde los precios agrícolas internacionales, pasando por los precios recibidos por los agricultores en España y finalizando en los precios del consumidor.3 Para el caso de un país perteneciente a la UE, el análisis se debe realizar con los precios internos del mercado único de estas materias primas, que ya incorporan el efecto de la PAC.
El tercer gráfico muestra el impacto sobre el IPC de alimentos de un shock de 10 p. p. en la tasa de variación intermensual de los precios de las materias primas agrícolas en la UE.4 Los resultados apuntan a que el shock repercute en una subida de 0,6 p. p. sobre la variación intermensual del IPC de alimentos al cabo de dos meses, una magnitud aparentemente pequeña. No obstante, este shock presenta una elevada persistencia sobre los precios de consumo de los alimentos, que seguirían registrando un impacto significativo durante ocho meses. Con ello, el efecto acumulado del shock al cabo de 12 meses alcanzaría los 2,3 p. p. (0,5 p. p. sobre el IPC general), lo que ilustra la elevada exposición del IPC de alimentos a los precios internacionales de las materias primas.5
- 3. Este análisis está basado en el artículo «El aumento de los precios de las materias primas alimenticias y su traslación a los precios de consumo en el área del euro», Borrallo, F., Cuadro-Sáez, L. y Pérez, J. J., Banco de España, Boletín Económico 3/2022. Para cinco grupos de alimentos (cereales, lácteos, carne, aceites y azúcar), se estima un modelo de vectores autorregresivos (VAR) de orden 1, en el que se incluye la tasa intermensual del precio de la materia prima en la UE, del precio recibido por los agricultores en España y del componente del IPC. Se utilizan datos desde abril de 2005 (septiembre de 2006 para el azúcar) hasta febrero de 2022.
- 4. Los resultados de los cinco grupos de alimentos analizados se agregan usando sus pesos en el IPC.
- 5. Entre agosto de 2021 y abril de 2022, la tasa de variación intermensual promedio de los precios de las cinco materias primas agrícolas en la UE fue del 2,9%, frente al 0,1% del promedio 2010-2019.
Utilizando estas sensibilidades, simulamos cómo habría evolucionado el IPC de alimentos en ausencia de shocks sobre las materias primas desde enero de 2021. Según nuestras estimaciones, los precios de los alimentos habrían crecido un 2,7% entre enero de 2021 y julio de 2022, un avance notablemente inferior al 13,0% observado en dicho periodo. Por tanto, se puede concluir que la mayor parte del incremento del precio de los alimentos en España es atribuible al shock externo de incremento del precio de las materias primas agrícolas. Por otra parte, si se supone que desde el mes de agosto en adelante no se producen perturbaciones adicionales sobre los precios de las materias primas agrícolas, ni sobre los precios de producción y consumo de estas, la inflación del componente de alimentos del IPC descendería gradualmente hasta el 10,4% en diciembre de 2022 (2,0 p. p. por debajo de la tasa de julio), lo que revela de nuevo la elevada persistencia del shock. Durante 2023, la moderación en la inflación de alimentos se intensificaría, situándose algo por debajo del 2% en la segunda mitad de 2023 (véase el cuarto gráfico).