La complejidad de las exportaciones agroalimentarias españolas
El sector agroalimentario español se caracteriza por su elevada propensión exportadora: la gama de productos que exporta cada vez es más amplia y abarca más destinos. Sin embargo, hay otra dimensión que conviene tener en cuenta: la complejidad exportadora, un concepto que mide la intensidad de conocimiento necesario para producir los bienes exportados. Porque no solo importa exportar mucho, sino también lo que se exporta.
Es indiscutible que las exportaciones agroalimentarias son un pilar fundamental del sector exterior español. En la última década, han crecido un 5,5% anual en promedio (superando el crecimiento del 4,2% del total de bienes exportados), hasta alcanzar los 47.601 millones de euros en 2018, representando un 16,7% del total de bienes exportados (frente a un 14,7% en 2008)1. El peso de los productos agroalimentarios es elevado para una economía desarrollada y altamente diversificada como la española, y refleja la importante ventaja competitiva de la que goza para producir este tipo de bienes. De esta manera, España es la cuarta economía exportadora del sector agroalimentario de la UE y la octava a nivel mundial, con una cuota en el mercado global del 3,3% (muy superior a la cuota del 1,9% del total de exportaciones de bienes).
- 1. En este artículo, los productos se definen de acuerdo con la nomenclatura TARIC a 4 dígitos y se consideran productos agroalimentarios los productos comprendidos entre los TARIC 0101 y 2403.
Sus exportaciones han crecido un 5,5% anual en la última década y alcanzaron los 47.601 millones de euros en 2018
Top 10 de países exportadores agroalimentarios
Miles de millones de dólares
El aumento de las exportaciones agroalimentarias en los últimos años ha ido acompañado de un proceso de diversificación, tanto de los países de destino como de la gama de productos exportados. Constata esto último el índice de Herfindahl, que mide el grado de concentración de los productos agroalimentarios exportados2: cuanto más disminuye el índice (que en el caso de España ha pasado de 3.001 a 2.696 entre 2008 y 2018), más diversificada es la gama de productos exportados. Por poner un ejemplo, el peso de los cítricos, del aceite de oliva y del vino en las exportaciones españolas ha descendido a favor de un surtido de productos mucho más amplio. Por otro lado, el sector ha sido capaz también de diversificar los países de destino. Así, si bien la eurozona sigue acaparando el grueso de las exportaciones agroalimentarias, su peso ha ido decreciendo (un 58,3% en 2018 frente al 66,5% de 2008) a favor de mercados más lejanos como Asia, África o América.
- 2. El índice de Herfindahl mide el grado de concentración a partir del peso asociado a cada uno de los productos agroalimentarios exportados. En concreto, se calcula como la suma del cuadrado del peso de cada producto sobre el total de exportaciones agroalimentarias, y toma valores entre 0 y 10.000, donde el valor 0 indica la máxima diversificación y 10.000 implica una concentración completa.
El sector agroalimentario español ha crecido con fuerza en la última década, apostando por una diversificación de productos y destinos, y gracias a una estrategia orientada a la internacionalización
Como cualquier otro sector expuesto a los mercados internacionales, su futuro estará condicionado por su capacidad de seguir siendo competitivo. La forma de lograrlo pasa por impulsar una estrategia sectorial que no se focalice solamente en seguir aumentando las exportaciones, sino que también tenga en cuenta el tipo de productos que se vende al exterior. En este sentido, un concepto especialmente útil para caracterizar la capacidad competitiva del sector es la complejidad de las exportaciones. La teoría de la complejidad económica, desarrollada por distintos académicos de las prestigiosas universidades de Harvard y del MIT3, postula que las capacidades productivas y de conocimiento con las que cuenta un país se reflejan en los productos que es capaz de producir y exportar de forma competitiva.
- 3. Para más detalles sobre la complejidad económica, véase http://atlas.cid. harvard.edu y https://oec. world/es
De este modo, un país (o región) es más complejo cuando exporta productos que requieren una mayor intensidad de conocimiento y que pocas economías pueden producir. De forma similar, la complejidad de un producto (Product Complexity Index o PCI, en su voz inglesa) mide la intensidad relativa de conocimiento necesario para producirlo considerando la complejidad económica de los países exportadores de dicho producto. Por poner un ejemplo, los tomates (frescos o refrigerados) son menos complejos que la conserva de tomates (PCI de 25,0 y de 33,2, respectivamente, en 2018)4.
- 4. Nótese que se definen los productos a partir del código TARIC a 4 dígitos, lo que desafortunadamente no permite distinguir la calidad de las distintas variedades de un mismo producto.
La complejidad de las exportaciones mide la intensidad de conocimiento necesario para producir los bienes exportados. Una economía más compleja está mejor posicionada para competir en el mercado global
Así pues, teniendo en cuenta el índice de complejidad a nivel de producto (PCI), y ponderando por el porcentaje que representan las exportaciones de dicho producto en el total de exportaciones agroalimentarias, calculamos el índice de complejidad de las exportaciones agroalimentarias (ICEA). Para el año 2018, el ICEA toma un valor de 36,9, un nivel significativamente inferior al índice de complejidad del total de las exportaciones españolas (49,7)5. Este resultado no debe sorprender puesto que, en general, los productos agroalimentarios tienen una complejidad relativamente baja si se comparan con otros productos manufacturados, como la maquinaria de alta precisión o los compuestos químicos, cuya fabricación requiere de una mayor intensidad de conocimiento. En el siguiente gráfico se observa que esta diferencia se ha mantenido a lo largo del tiempo.
- 5. La economía española ocupa el puesto 28 en el ranking de complejidad económica global. Para un análisis de la complejidad exportadora de la economía española en agregado, véase el artículo «De lechugas a coches: un análisis de la complejidad de las exportaciones españolas» en el Informe Mensual del mes de octubre de 2018.
España: evolución de la complejidad de las exportaciones totales y de las agroalimentarias
Índice de la complejidad de las exportaciones
Si nos centramos en la evolución del ICEA en la última década, observamos que se ha reducido (de 39,3 en 2008 a 36,9 en 2018), lo que indica un moderado descenso de la complejidad de las exportaciones agroalimentarias. Sin embargo, antes de llegar a conclusiones precipitadas, es importante entender qué factores explican este fenómeno. La complejidad es un concepto relativo, es decir, la complejidad de un producto depende de cuántos países son capaces de producirlo, de modo que si cada vez hay más países capaces de exportar lo que uno vende, se pierde complejidad. Y esto es, efectivamente, lo que ha ocurrido en el caso de los productos agroalimentarios6. De hecho, la rotación de las exportaciones agroalimentarias hacia productos más complejos ha evitado una mayor caída del ICEA. En efecto, el peso de los productos agroalimentarios de complejidad alta ha aumentado (8,8% en 2018 frente a 7,2% en 2008)7. Si entramos en el detalle de los productos, destaca especialmente la carne porcina (TARIC 0203), por su mayor complejidad relativa y su peso creciente en el total de exportaciones, seguida de la carne y despojos comestibles (TARIC 0210), los hongos y las trufas (TARIC 2003) y la grasa de cerdo (TARIC 1501). De todos modos, los productos de complejidad baja predominan en las exportaciones agroalimentarias (72,2% del total en 2018).
- 6. Si el valor del PCI de cada producto se hubiera mantenido constante desde 2008, el ICEA habría aumentado hasta 39,7 en 2018.
- 7. Clasificamos los productos agroalimentarios en tres grupos según el valor de su PCI (alto, medio y bajo). Los grupos se definen a partir del percentil 33 (41,9) y percentil 66 (56,0) de la distribución del PCI.
Exportaciones de productos agroalimentarios y su complejidad
% sobre el total
El mapa y las tablas de la página siguiente muestran el índice de complejidad de las exportaciones agroalimentarias (ICEA) para cada una de las comunidades autónomas (CC. AA.)8.
Un primer resultado que llama la atención es que las CC. AA. que exportan productos agroalimentarios más complejos no son las que más exportan. Según los datos de 2018, Asturias y Aragón son las comunidades con un ICEA más alto (47,9 y 46,6, respectivamente) a pesar de representar, conjuntamente, solo el 4% de las exportaciones agroalimentarias totales. En el caso de Asturias, su elevada complejidad se explica por la predominancia de productos lácteos (mantequilla, leche y nata, quesos y requesón) y huevos, productos con un PCI alto. En Aragón, se debe a la importancia de la carne porcina, que supone un 37% del total de exportaciones de la región y que, como ya habíamos apuntado, también tiene un PCI muy elevado (60,1). En cambio, Murcia, Andalucía y la Comunidad Valenciana aportan entre las tres casi la mitad de las exportaciones agroalimentarias y tienen un ICEA relativamente bajo (34,2, 32,4 y 32,1, respectivamente) a causa del elevado peso de los productos hortofrutícolas, cuyo PCI es bajo. Galicia, por su parte, tiene el ICEA más bajo de todos (31,0), a causa de su especialización en la exportación de productos pesqueros, que suelen estar asociados a una complejidad baja.
- 8. El ICEA de una comunidad autónoma se calcula como la suma ponderada del PCI de cada producto por el porcentaje que representan las exportaciones de dicho producto en el total de exportaciones agroalimentarias de la comunidad.
Los productos que se exportan a la eurozona, principal mercado del sector agroalimentario español, son menos complejos que los que se destinan a mercados más lejanos
Las comunidades autónomas no solo se diferencian por la gama de productos agroalimentarios que exportan, sino también por los mercados de destino. Por ejemplo, Asturias, Galicia y Cantabria destinan alrededor del 75% de sus exportaciones a la eurozona, mientras que las Islas Canarias apenas destinan un 25% a dicho mercado (por la importancia de África).
La complejidad de las exportaciones agroalimentarias en las distintas CC. AA.
El mercado de destino importa porque se observa una relación positiva entre la complejidad de los productos agroalimentarios exportados y la distancia hasta su destino final. Así, la eurozona recibe los productos menos complejos, mientras que las exportaciones a Oceanía y Asia suelen ser más complejas. Por poner algunos ejemplos, destacan positivamente las exportaciones de Aragón, Cataluña y Castilla y León a Oceanía y Asia (exportaciones de productos cárnicos de porcino) o las exportaciones de Asturias a África (productos lácteos y preparaciones para la alimentación de lactantes).
España exporta productos agroalimentarios más complejos a los destinos más lejanos
Índice de complejidad de las exportaciones agroalimentarias según el destino
En definitiva, hemos visto que existen diferencias notables en el tipo de productos agroalimentarios que exportan las distintas comunidades autónomas. En muchos casos, estas diferencias son el resultado de la especialización de cada región en la producción de bienes en los que tiene una clara ventaja competitiva derivada de su situación geográfica o su clima, unos factores que no se deben desaprovechar. Como tampoco se puede evitar mirar siempre hacia el futuro. En este sentido, es fundamental trazar una estrategia que afiance la capacidad competitiva del sector agroalimentario en un mundo cada vez más globalizado, por lo que también deben tenerse en cuenta otra clase de elementos, como la complejidad de los productos exportados. A fin de cuentas, varios estudios demuestran que la complejidad económica de un país es una variable relevante para predecir el crecimiento económico a medio plazo. Además, los beneficios de producir bienes más complejos no solo redundan sobre la capacidad competitiva del sector, sino que se generan spillovers positivos sobre el mercado laboral doméstico9 y, en general, mejoran la productividad de la economía.
- 9. En concreto, los sectores de actividad más complejos cuentan con mejores condiciones laborales. Véase Canals, C. y Montoriol, J. (2018). «La complejidad de las exportaciones y la calidad del empleo». Papeles de Economía Española, (158), 116.