El sector agroalimentario español: la huerta de Europa y mucho más
A pesar de la tendencia secular a la terciarización de la economía, el sector agroalimentario es un pilar fundamental del tejido productivo español. Si bien la actividad primaria ha ido perdiendo peso,1 la industria alimentaria, encargada de la elaboración de alimentos procesados de mayor valor añadido, ha mantenido su aportación alrededor del 3,0% del VAB total y se ha consolidado como la primera rama industrial: en 2014 aportó el 22,3% del VAB de la industria manufacturera y ocupó a 430.400 personas. Asimismo, es destacable que la cifra de ocupados en esta rama no ha sufrido caídas tan significativas como otros sectores (véase el primer gráfico).
Uno de los pilares de la buena evolución del sector agroalimentario es el continuo aumento de las exportaciones. Con un crecimiento promedio del 6,5% en los últimos 10 años, superior al 5,1% del resto de sectores, alcanzaron los 40.500 millones de euros en 2015 (un 16,2% del total de exportaciones de bienes), una cifra comparable con los 42.600 millones del sector del automóvil. La internacionalización de las empresas del sector ha sido espectacular: 17.375 empresas exportaron alimentos al resto del mundo en 2015, casi duplicando las 10.000 del año 2000 y, a diferencia de la estabilización del número total de empresas exportadoras en los dos últimos años, este sector ha mantenido la tendencia ascendente (véase el segundo gráfico).
Los productos hortofrutícolas, con un peso del 40% de las exportaciones agroalimentarias, copan las ventas al exterior, lo que ha conferido a España el calificativo de la «huerta de Europa». Pero la gama de productos exportados es cada vez más amplia y de mayor valor añadido. Además, el sector ha sido capaz de aumentar y profundizar en el abanico de destinos: si bien la eurozona sigue acaparando el grueso de las exportaciones alimentarias (60,0% en 2015), su peso ha ido descendiendo a favor de mercados más lejanos, como Asia, África o América Latina (8,6%, 4,3% y 2,8% respectivamente en 2015). Esta buena evolución del sector ha permitido que España se mantenga en el octavo puesto en el ranking mundial de países exportadores de productos agroalimentarios.2
A pesar de los logros conseguidos, en gran parte gracias a la modernización y tecnificación llevada a cabo, el sector todavía presenta un alto grado de atomización: solamente el 3,6% de las empresas de la industria alimentaria tiene más de 50 empleados. Un análisis de los subsectores de la industria alimentaria revela que las exportaciones crecieron más en aquellos con una mayor proporción de empresas grandes (véase el tercer gráfico). Por tanto, aumentar el tamaño empresarial es una vía que permitiría seguir mejorando la competitividad de las empresas del sector en un mercado cada vez más global.
1. El peso del VAB de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca se ha reducido del 4,2% en 1995 al 2,5% en 2014. En términos de ocupados equivalentes a tiempo completo, el descenso de su peso ha sido todavía mayor: del 7,3% al 4,2%, aunque sigue empleando a 685.500 personas.
2. La cuota española en el mercado mundial de bienes agroalimentarios es del 3,1%, superior a la cuota del 1,7% para el total de bienes (OMC).