Fondos Next Generation EU: ¿cómo ha ido el tercer año de fondos europeos?

Atendiendo a los fondos solicitados por los Estados miembros, a medida que cumplen con los hitos asociados al NGEU, a la Comisión Europea (la mayor parte de los cuales ya han sido desembolsados) en relación con el total de fondos NGEU del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia1 asignados a cada país, incluido el montante de los préstamos, España2 ha solicitado hasta ahora un porcentaje (30%) inferior al de economías como Francia (76%) o Italia (58%). Dos factores que pueden explicarlo son que España, a diferencia de Italia, todavía no ha solicitado ningún tramo de préstamos3 y que el último desembolso de la Comisión a España data de febrero de 2023 (actualmente, están examinando la solicitud de España para acceder al cuarto pago, de 10.000 millones). Con todo, si se comparan las cantidades, España es el segundo país que ha recibido más fondos hasta la fecha.

Sin embargo, a la hora de valorar la ejecución de fondos, esta estimación es demasiado amplia, ya que incluye proyectos en los que los fondos están (o estarán inminentemente) a disposición del sector público, pero en los que todavía no se han resuelto los beneficiados de las ayudas asociadas.

Si en lugar de a los fondos activados nos ceñimos a los fondos adjudicados, tendremos una idea algo más precisa sobre el ritmo al que las inversiones van llegando a la economía real. Con este criterio, se obtiene que, referente al presupuesto de 2023, la Administración General del Estado adjudicó fondos por valor de 23.500 millones de euros, y que entre 2021 y 2023 se han adjudicado un total de 66.000 millones, lo que supone un 95% de los 69.500 millones de la primera fase del Plan. Si bien dentro de los 66.000 millones hay en torno a 20.000 millones de euros de convocatorias de subvenciones y licitaciones resueltas en favor de empresas privadas y autónomos,4 hay que tener en cuenta que una parte sustancial (más de 30.000 millones) no fueron fondos adjudicados a destinatarios finales, sino que se dirigieron a las comunidades autónomas (CC. AA.),5 corporaciones locales y entes y empresas públicas, para que estos a su vez lanzasen la correspondiente licitación o convocatoria definitiva para el destinatario final.

Por ello, descendiendo una capa más y fijándonos en la cantidad de fondos que ha llegado al tejido productivo, la cifra será menor a los fondos adjudicados, dado que hay entes que aún no han designado beneficiarios y que hay beneficiarios que tienen que presentar documentación antes de que se ejecute el pago. Si nos centramos en los desembolsos del Estado a los destinatarios finales (es decir, pagos al sector privado y pagos de ayudas directas a otras entidades públicas excluidas las transferencias a otras entidades públicas en las que estas deben publicar una convocatoria posteriormente para adjudicar los fondos) referentes a lo presupuestado en 2023, se obtiene que el Estado desembolsó 8.800 millones hasta noviembre.6 Aunque esta cantidad parece baja, si tenemos en cuenta que los gastos suelen tener un tirón final importante a final de año, que también se realizaron pagos de fondos adjudicados, pero no pagados en ejercicios anteriores, y que las CC. AA. también canalizaron fondos al tejido productivo por casi 2.000 millones en 2023, estimamos que la ejecución total7 en 2023 fue de algo más de 16.000 millones de euros, frente a los 24.000 millones en el conjunto de 2021-2022. De esta manera, el nivel de ejecución en esta primera fase del Plan ha sido de más de 40.000 millones, un 59% sobre los 69.500 millones disponibles (esta cifra era del 34,5% a finales de 2022). Así, se aprecia que la ejecución va tomando paulatinamente mayor velocidad tras un despegue inicial algo titubeante.

En el tercer gráfico, podemos distinguir las principales convocatorias de fondos NGEU resueltas por el Estado entre 2021 y 2023. Destacan los proyectos en infraestructuras ferroviarias, el programa de financiación para pymes y autónomos a través de garantías, el programa Kit Digital para financiar la digitalización de autónomos y pymes, y los programas en movilidad sostenible y transformación urbana, así como de energía con una apuesta clara por la sostenibilidad (rehabilitación energética de edificios).

En cuanto a los PERTE, 2023 fue un año de avances de estos proyectos tractores con elevado potencial transformador. Las convocatorias resueltas desde el arranque de los PERTE en 20228 acumulan casi 12.000 millones de euros (de los cuales 7.000 millones corresponden a 2023), sobre un total a movilizar, incluidos los fondos correspondientes de la Adenda, de algo más de 41.000 millones.

Se observa una elevada heterogeneidad tanto en términos de dotación presupuestaria como de ejecución entre los distintos PERTE. Así, entre los de mayor dotación, sobresalen en positivo el PERTE del vehículo eléctrico conectado (3.670 millones ejecutados) y el de energías renovables (3.350 millones) y, en cambio, los del chip y del ciclo del agua están todavía en sus estadios iniciales.

En cuanto a las reformas requeridas para recibir los desembolsos, en 2023 se cumplió en su gran mayoría con el calendario de reformas pactado por Bruselas. En concreto, se aprobaron la segunda parte de la reforma de las pensiones,9 la Ley de Vivienda, la Ley de Empleo y la Ley de Universidades. Las tres primeras estaban calendarizadas para el 2S 2022, pero se aprobaron en la primera mitad de 2023 y ahora están siendo examinadas por la Comisión de cara a aprobar el desembolso de 10.000 millones de euros solicitado por España correspondiente al cuarto pago del NGEU. Lo único que queda pendiente es la reforma del subsidio de desempleo, que fue rechazado por el Congreso en enero. De cara a 2024, se esperan dos desembolsos adicionales: uno de 7.200 millones (6.400 en transferencias y 800 en préstamos) correspondiente a los hitos que fueron calendarizados para 1S 2023, que incluyen la entrada en vigor de una reforma tributaria todavía pendiente y otro de 18.400 millones (3.600 en transferencias y 14.800 en préstamos) correspondiente a los hitos de la segunda mitad de 2023. Con la agenda de reformas avanzada, ganarán peso los hitos cuantitativos relacionados con la ejecución de las inversiones, aunque algunos como el número de viviendas a rehabilitar o el número de puntos de recarga a instalar se examinarán más tarde de lo previsto inicialmente (en el 4T 2024 y 2025 respectivamente, primero era un año antes).

Si se ejecuta en 2024 todo lo que quedó pendiente del presupuesto de 2023, la cifra total de ejecución en el año podría quedar en torno a los 20.000 millones, de forma que la contribución del NGEU al crecimiento del PIB este año no sería desdeñable y podría alcanzar 0,4 p. p. En definitiva, estos fondos continuarán siendo uno de los puntales del crecimiento. Más allá del corto plazo, el tiempo apremia, ya que la Comisión ha reiterado que la fecha límite para el cumplimiento de todos los hitos será el 31 de agosto de 2026, por lo que será esencial llevar a cabo una buena canalización de los préstamos de la Adenda y de la selección de proyectos asociados para aprovechar al máximo estos fondos y que puedan tener un impacto estructural que contribuya a un crecimiento duradero y sostenible de nuestra economía.