El encarecimiento de la energía, un lastre también para la balanza por cuenta corriente española
El conflicto bélico en Ucrania ha truncado las perspectivas de que 2022 iba a ser el año de la reactivación definitiva de los intercambios con el exterior, especialmente los turísticos.
Una vez que la pandemia parecía entrar en una nueva etapa de «gripalización», confiábamos en que 2022 iba a ser el año de la reactivación definitiva de los intercambios con el exterior, especialmente los turísticos.1 Este empuje iba a permitir recuperar el superávit por cuenta corriente, que la pandemia había reducido del 2,1% del PIB de 2019 al 0,8% del PIB en 2020. Sin embargo, estas previsiones se han visto truncadas por el conflicto bélico en Ucrania.
En primer lugar, el encarecimiento de las importaciones de energía impulsará el déficit de la balanza energética, que ya en 2021 alcanzó el peor registro en seis años (25.326 millones de euros frente a los 14.528 millones de 2020), en un contexto de recuperación de las importaciones en volumen y de fuerte repunte de los precios.2 Teniendo en cuenta que un aumento del precio del Brent de 10 $/barril y del gas de 20 €/MWh encarecen las importaciones netas en unos 6.200 millones de euros (0,5% del PIB), estimamos que en 2022 el déficit energético en España podría ascender hasta aproximarse a los 45.000 millones de euros, la cifra más abultada desde 2010, aunque la existencia de contratos a largo plazo podría aliviar este incremento.
En segundo lugar, si bien las relaciones comerciales con Rusia y Ucrania son reducidas (en 2019 las importaciones procedentes de ambos países representaron el 1,1% y el 0,5% del total, respectivamente), la dependencia es elevada en algunos suministros. Así, el 11% de los productos energéticos que importamos procede de Rusia y el 16% de los cereales y el 10% de los aceites y las grasas provienen de Ucrania.3 Además, la guerra también repercutirá en los flujos comerciales con el exterior de manera indirecta a través de una menor demanda de nuestros principales socios comerciales.
- 1. De vital importancia para la economía española, ya que los ingresos por este concepto ascendían al 5,7% del PIB en 2019.
- 2. Las importaciones energéticas crecieron un 72,3% en 2021, lo que se corresponde con un aumento del 32,8% de los precios (IVUS) y del 31,3% en volumen. Según datos CUCI de Aduanas.
- 3. Mención especial merece la dependencia del aceite de girasol: dado que Ucrania y Rusia copan casi el 80% de las exportaciones mundiales, la posibilidad de ser sustituido por otros productores es muy baja.
En cuanto a los flujos turísticos, la exposición directa al turismo ruso es limitada (supuso el 1,6% del total de nacionalidades que nos visitaron en 2019), aunque se trata de un turismo de elevado gasto medio (aportaron casi 2.000 millones de euros ese mismo año, el 2,2% del total). Sin duda el mayor impacto provendrá de la incertidumbre que el conflicto puede provocar en el turismo procedente de los países europeos, principales emisores hacia nuestro país; aunque, por el lado positivo, la percepción de España como un destino seguro podría mitigar dicho impacto.
En 2021, un año marcado por una recuperación incompleta de los flujos turísticos internacionales como consecuencia de las sucesivas olas de la pandemia y de la irrupción de la variante ómicron en el tramo final del ejercicio, los datos de turismo en España fueron alentadores: el superávit anotó un extraordinario crecimiento del 122%, hasta 19.158 millones de euros, una buena cifra, si bien aún alejada de los 46.387 millones alcanzados en 2019. Casi 31,2 millones de turistas llegaron a nuestro país, lo que supone una reducción del 62,7% respecto a los 83,5 millones que nos visitaron en 2019. Para 2022, suponiendo que la llegada de turistas se recuperara hasta niveles en torno al 85% de la cifra registrada en 2019, se podría anotar un superávit por turismo en torno a los 30.000 millones de euros.
En definitiva, en este escenario, esperamos para este año un fuerte deterioro del déficit energético, compensado solo en parte por la ampliación del superávit de turismo. En consecuencia, el superávit por cuenta corriente se reducirá considerablemente hasta alrededor del 0,1% del PIB, desde el 0,9% de 2021.