La Unión Europea en busca del equilibrio perdido
La mayoría de países de la UE presenta importantes desequilibrios económicos. Esta es la conclusión que se desprende del nuevo informe sobre desequilibrios macroeconómicos (MIP, por sus siglas en inglés) que ha elaborado la CE. De los 27 países que integran la UE, 11 presentan desajustes que ponen en riesgo el funcionamiento de su economía y 2, España y Eslovenia, presentan desequilibrios excesivos que deben ser corregidos urgentemente. De hecho, con la nueva normativa la CE puede llegar a imponer sanciones si no se toman las medidas necesarias. Finalmente, otros 5 países han recibido asistencia financiera condicionada al cumplimiento de detallados programas de reformas (Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y, fuera de la eurozona, Rumanía).
La elaboración del MIP es una de las nuevas piezas que debe fortalecer la gobernanza de la UE. El objetivo: dotar de una mayor coordinación y supervisión a las distintas políticas macroeconómicas de los Estados miembros. El proceso es sencillo. Basándose en el análisis de 11 indicadores económicos, como por ejemplo el nivel de deuda, la evolución del precio de la vivienda o la competitividad exterior, la CE identifica al inicio de cada año los desequilibrios que presenta cada país. A partir de estos, recomienda la toma de medidas en aquellos ámbitos identificados como potencialmente problemáticos, unas sugerencias que los Gobiernos deben tener presentes en la elaboración de sus Programas de Reformas.
Según el vicepresidente de la CE, Olli Rehn, el endeudamiento excesivo, la baja competitividad y los elevados pasivos con el exterior son los principales desequilibrios que padecen los países de la UE. Respecto a la deuda privada, por ejemplo, 15 de los 27 países de la Unión Europea superaban en 2011 el umbral a partir del cual se considera que el endeudamiento puede suponer un riesgo para el crecimiento económico (160% del PIB). Sin embargo, las diferencias son significativas entre países. En Alemania se situaba en el 128%, mientras que en Irlanda superaba el 300%.
De hecho, según el MIP, la economía germana no muestra desequilibrios macroeconómicos preocupantes. Sin embargo, si no estimula la demanda interna, esto podría dejar de ser así. El superávit por cuenta corriente en los últimos 3 años se ha mantenido, en promedio, por debajo del 6%, el límite fijado por la CE, pero en 2012 ya se situó en el 7,0%. En el lado opuesto se encuentran los países periféricos, que tras muchos años con amplios déficits parece que finalmente los han podido ajustar.
De los países con desequilibrios, la CE destaca a Eslovenia y España. En el primer caso, la principal prioridad es fortalecer el sistema bancario público. La elevada ratio de morosidad, que alcanzaba el 15% en 2012, mantiene la presión sobre las necesidades de capital del sector, que distintas estimaciones sitúan entre el 3% y el 5% del PIB. Las recomendaciones de la CE se centran en impulsar la creación de una entidad que agrupe los activos problemáticos de los bancos y en mejorar la supervisión bancaria.
Por lo que respecta a la economía española, la CE considera que presenta importantes desequilibrios pese a los avances registrados durante los últimos años. El elevado endeudamiento, así como el impacto que la recesión está teniendo sobre el mercado laboral y las finanzas públicas son las principales preocupaciones. En este caso, por lo tanto, las reformas deben centrarse en mejorar la competitividad e impulsar el crecimiento, así como asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo, unas sugerencias que el Ejecutivo español ha tenido en cuenta en la elaboración del Programa Nacional de Reformas.