Señales alentadoras de la economía portuguesa en el arranque del año
Destaca el buen comportamiento de los indicadores relativos al consumo, en particular las ventas de automóviles y el tráfico aéreo, lo que sugiere que el turismo sigue siendo un importante motor de actividad. Asimismo, los indicadores de confianza muestran una tendencia positiva en todos los sectores, a excepción de la construcción.
Destaca el buen comportamiento de los indicadores relativos al consumo, en particular las ventas de automóviles y el tráfico aéreo, lo que sugiere que el turismo sigue siendo un importante motor de actividad. Asimismo, los indicadores de confianza muestran una tendencia positiva en todos los sectores, a excepción de la construcción. A ello se suman señales mixtas en el mercado laboral: el paro registrado disminuyó en febrero (–2,0% intermensual), por primera vez en siete meses, y las ofertas de empleo aumentaron (+8,7% intermensual). Por el contrario, la tasa de desempleo creció en enero, por tercer mes consecutivo, hasta el 7,1%, la más alta desde enero de 2021.
Según el dato de avance de marzo, la inflación se desaceleró 8 décimas, hasta el 7,4%, gracias al efecto base por la comparación con la fuerte alza de los precios de la energía y los alimentos en marzo del año pasado. Sin embargo, la inflación subyacente se mantiene en niveles muy elevados y apenas se redujo 2 décimas en marzo, hasta el 7%. Si los precios de la energía en los mercados internacionales se mantienen estables, se espera una nueva desaceleración del IPC general en abril, mes en el que los efectos de la medida IVA cero deberían dejarse sentir también en varios productos de la cesta alimentaria.
No obstante, los últimos datos apuntan a un enfriamiento del mercado: el índice de precios de la vivienda del 4T 2022 anotó una desaceleración (11,3% interanual vs. 13,1% anterior) y las operaciones de crédito para vivienda nueva en enero cayeron un 13% interanual.
Se situó en el 0,4% del PIB (2,9% en 2021), gracias a un crecimiento de los ingresos muy superior al de los gastos (10,2% vs. 4,4%), impulsados por el notable aumento de los ingresos tributarios (16,6%) y de las cotizaciones sociales (8,5%). Por el lado de los gastos, destaca positivamente la partida de intereses, que mantuvo la tendencia a la baja (–9,4%) y se situó en el 2,0% del PIB, el nivel más bajo de la serie, lo que sitúa nuevamente el saldo primario en territorio positivo (1,6% del PIB).
La balanza por cuenta corriente arrojó en enero un superávit de 268 millones de euros (vs. déficit de 380 millones de euros un año antes), gracias a la mejora de la balanza de bienes no energéticos y, sobre todo, de servicios, principalmente turismo. La balanza de rentas también contribuyó, fruto del aumento de los dividendos recibidos, una menor contribución financiera a la UE y un aumento de las transferencias recibidas.