La deuda corporativa china: ¿hay motivos para preocuparse?

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4 de octubre de 2016

De un tiempo a esta parte, ha aumentado la preocupación por la deuda china y, en particular, por la deuda corporativa. Esto es así dado que dos terceras partes de la deuda no financiera total provienen del sector corporativo. A ello se suma el aumento de la morosidad en la banca: los créditos de mala calidad1 han pasado del 3,5%, a principios de 2014, a 5,8%, actualmente, y el FMI estima que las pérdidas de los bancos asociadas a estos créditos podrían alcanzar el 7% del PIB chino.

Esta preocupación es fundada. Según datos del BIS, en marzo de 2016 la ratio de la deuda corporativa china respecto al PIB era del 169% y, desde inicios de 2009, ha aumentado 72 p. p. Si se hace una comparativa internacional, se observa que China es la única economía de peso donde tanto el nivel como el crecimiento de la deuda se sitúan en cotas elevadas (en EE. UU. y en la eurozona la deuda corporativa se sitúa en el 71,6% y 105% del PIB, respectivamente).

Dicho esto, y antes de seguir con el análisis de la deuda corporativa china, es relevante mencionar que existen algunos elementos que la matizan. Por un lado, esta cifra incluye buena parte de la deuda de los gobiernos locales chinos, que han usado unos vehículos especiales para financiar costosos proyectos en infraestructuras y promociones inmobiliarias. Según el FMI, esta deuda representa el 41% del PIB, pero es complejo identificar qué parte estaría dispuesta a asumir el Gobierno central si los entes locales no pudieran hacerse cargo. Por otro lado, existe un problema de doble contabilidad ya que los entrusted loans, que se utilizan principalmente entre empresas de la misma matriz para prestarse dinero, suponen el 17% del PIB. Teniendo en cuenta estos factores, es posible que la deuda corporativa sea un tanto menor y se acerque más a las estimaciones del FMI (145% del PIB).

Pese a estos matices, es indiscutible que el nivel de la deuda corporativa china es preocupante. Sirva de referencia que, diversas estimaciones encuentran que ratios superiores al 90% pueden suponer un lastre para la economía ya que shocks económicos de pequeña magnitud pueden perjudicar seriamente a las empresas endeudadas y provocar un aumento de los impagos así como una disminución de la demanda agregada.2

Siguiendo con el estudio de la deuda, un factor negativo a tener en cuenta es que buena parte de la deuda está emitida por empresas públicas (SOE3), menos eficientes y con unos niveles de apalancamiento elevados, aunque también es cierto que los poderes públicos podrían ayudar a dichas empresas en caso de necesidad. Asimismo destaca la elevada concentración de la deuda en unos pocos sectores: un 32% del total en el sector manufacturero, un 29% en el sector inmobiliario y de construcción, y un 23% en minería y servicios básicos. Esta concentración puede elevar el riesgo sistémico de la deuda en caso de que alguno de estos sectores entre en crisis y no pueda hacer frente a sus obligaciones.

También es importante analizar la financiación de la deuda y su vencimiento. La deuda se ha financiado, en buena medida, a través del crédito facilitado por el sector bancario, de modo que resulta ineludible estudiar la relación de dicho sector con el sector corporativo. Así, en 2014 la contribución del sector bancario al crédito total fue, según datos oficiales, de un 69%. No obstante, su contribución era del 87% en 2008, con lo que el peso del sector bancario ha disminuido ante la pujanza del shadow banking.

Por otra parte, más de la mitad de la deuda corporativa es a corto plazo (ni en EE. UU. ni en la eurozona la deuda a corto plazo supera un tercio del total) y las empresas chinas tienen que devolver o renovar durante la segunda mitad de 2016 la friolera de 341.000 millones de dólares de deuda, lo que sugiere que algunas empresas podrían verse en apuros en un futuro próximo.

En definitiva, la deuda corporativa en China es elevada y ha crecido muy rápidamente en los últimos años, por lo que puede ser una fuente de problemas. Se trata de un tema que habrá que seguir muy de cerca.

1. Los créditos de mala calidad son la suma de los non-performing loans y los special mention loans.

2. Véase Cechetti, S., Mohanty M. S. y Zampolli, F. (2011), «The real effects of debt», Bank of International Settlements, Working Paper, n.º 352.

3. SOE es un acrónimo que significa State-owned enterprise.

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