Nuevas perspectivas para el sector turístico español: fortaleza y moderación

El sector turístico español ha empezado 2023 con robustez. En la primera mitad de 2023, el turismo se ha reforzado como uno de los motores de la economía española, completando así su recuperación después del parón completo de 2020, la insuficiente mejoría de 2021 y el empuje de 2022. Los indicadores de actividad del INE muestran que, en 2023, la demanda turística real –sin el efecto de los precios– superó la de 2019, aupada por el fuerte impulso del turismo internacional. Las pernoctaciones en alojamientos hoteleros y extrahoteleros en los primeros siete meses de 2023 superaron en un 1,6% las de las mismas fechas de 2019. Este excelente dato se cimienta en la fortaleza del turismo doméstico, que superó en un 6,7% el dato de 2019, y en la fuerte recuperación del turismo internacional, que estuvo solamente un 1,6% por detrás de sus cifras de 2019.

Las cifras de llegadas de turistas internacionales están mostrando una considerable heterogeneidad. Observamos una recuperación espectacular del número de turistas proveniente de América: según los datos del mes de junio, se situaron un 27% por encima del nivel de mayo de 2019. En cambio, mercados más tradicionales presentaban una recuperación más modesta. En especial, el turismo procedente del Reino Unido da síntomas de debilidad, manteniéndose aún un 6,9% por debajo de los niveles de 2019 en los primeros seis meses de 2023.

Estas buenas cifras de demanda real se han dado, además, en un entorno de fuerte alza de los precios. Así, según los datos de IPC de julio, el componente de precios de hostelería y turismo acumulaba un alza del 17,8% desde julio de 2019 hasta julio de 2023. Con ello, el gasto turístico se ha visto doblemente espoleado, con lo que el gasto de los turistas internacionales en los primeros seis meses del año alcanzó un incremento del 14,2% con respecto al mismo periodo de 2019.

Los indicadores de interés por viajar a España, que nos ayudan a adelantar las tendencias durante la temporada alta, están reflejando la complejidad de la situación macroeconómica internacional. El interés por viajar a España cayó fuertemente en el Reino Unido en el mes de junio, al situarse un 12,5% por debajo de su nivel de referencia. El mal desempeño macroeconómico del país, la fuerte subida de tipos y la debilidad de la libra esterlina están siendo un fuerte condicionante para el turismo británico. Adicionalmente, los datos de otros destinos competidores como Turquía, Grecia y Portugal apuntan a que están siendo más competitivos a la hora de captar la demanda británica, lo que está suponiendo un freno adicional.

En cambio, el interés de los turistas de la UE por viajar a España está resistiendo de manera notable, y en los siete primeros meses de 2023 se sitúa un 6,7% por encima de su nivel de referencia. Al desagregar las cifras de la UE por países, destaca sobre todo el fuerte interés por viajar a España de alemanes y holandeses, con registros un 9,5% y un 8,4% por encima de la referencia, respectivamente. Los indicadores relativos a Francia y, sobre todo, Italia muestran más debilidad y acusan una situación macroeconómica frágil.

Por parte de los turistas de EE. UU. observamos una normalización del interés en viajar a España a niveles prepandemia, lo que adelanta muy buenas cifras de llegadas para el verano. Este indicador también apunta a un fuerte crecimiento del interés por viajar a España en Japón, al situarse un 16,7% por encima del periodo de referencia. Estos datos son coherentes con las fuertes subidas del turismo proveniente de las Américas y Asia observados en los últimos meses.

Aunque el turismo es actualmente uno de los motores de la economía española, es probable que en los próximos trimestres ganen relevancia varios factores que moderarán significativamente el crecimiento del sector turístico:

• El complicado panorama macroeconómico en los países de origen de turistas internacionales: a pesar de la fuerte inercia de la demanda turística, esperamos que la caída acumulada de los salarios reales en 2022 y el endurecimiento de las condiciones financieras limite la capacidad de crecimiento de los turistas europeos de cara a 2024, algo que ya estamos observando en el turismo británico.

• La reactivación de los destinos más lejanos para el turista europeo y español: según los datos de pagos de tarjetas de CaixaBank en el extranjero, el gasto turístico de los españoles en el extranjero aún se sitúa lejos de los niveles de 2019 (especialmente para los destinos lejanos) y esperamos ver una recuperación en los próximos trimestres, dado que la movilidad internacional de los españoles debería tender a normalizarse.

• La competencia de destinos más económicos: los principales mercados competidores de España en el Mediterráneo están mostrándose muy competitivos en el actual entorno de elevada inflación y caídas en los salarios reales. Destaca el caso de Turquía y Marruecos, dos competidores con niveles de precios muy competitivos.

A pesar del menor ritmo de avance, el repaso de los indicadores claves del sector nos deja un escenario aún relativamente positivo para 2023, para el que auguramos un crecimiento considerable. Prevemos que los vientos de cara entren en acción sobre todo hacia finales de 2023 y durante 2024, año para el que esperamos un crecimiento del PIB turístico más moderado, principalmente debido a los tres factores enumerados anteriormente. Aun así, el sector turístico seguirá gozando de algunas palancas de crecimiento, como la recuperación de los mercados de larga distancia (esperamos muy buenas cifras de las Américas y una recuperación del mercado asiático) o la resiliencia de la demanda turística europea en España gracias a la elevada competitividad del destino.

Teniendo en cuenta la situación robusta actual, los factores en contra señalados y las palancas de crecimiento aún disponibles, nuestra previsión del PIB turístico es que, en términos reales, en 2023 se alcance un crecimiento del 6,5% anual, y así se sitúe un 4,1% por encima del nivel de 2019. Para 2024, prevemos un crecimiento más moderado, del 1,5%, lo que situará el PIB turístico un 5,7% por encima del nivel de 2019.

Por país de origen, esperamos que la demanda doméstica crezca un 0,4% en 2023, ya mostrando un menor margen de crecimiento con respecto a 2022 –cuando ya recuperó niveles de 2019–. Por su parte, prevemos que las llegadas internacionales crecerán un 11% y, por primer año tras el inicio de la pandemia, recuperarán los niveles de 2019. De cara a 2024, esperamos que el turismo internacional será el principal motor de crecimiento del sector, apoyado en la recuperación del turismo de larga distancia.