Así ha condicionado a la industria el incremento de costes
El episodio inflacionista que está viviendo la economía española ha tenido su origen en un importante shock de costes. Si bien el foco se lo ha llevado el alza de precios de las materias primas energéticas y agrícolas, desde mediados del año 2021 un gran número de materias primas y bienes intermedios clave en multitud de procesos de producción también se han encarecido ostensiblemente. Este artículo muestra cómo el encarecimiento de dichos productos ha afectado los costes operativos de la industria manufacturera, que se ha visto obligada a transmitir una parte de ese incremento a sus clientes para no comprometer su viabilidad económica.
La industria manufacturera es tradicionalmente el sector más expuesto en un contexto de encarecimiento de costes intermedios como el actual. Según datos de Contabilidad Nacional, el valor de los consumos intermedios de la industria manufacturera en 2019 equivalía al 75% de sus ingresos.10 En otras palabras, de cada 100 euros de facturación, las empresas del sector emplean 75 euros para comprar los productos intermedios que necesitan para operar.
Además, la magnitud del incremento de precios al que ha hecho frente la industria ha sido excepcional desde mediados de 2021. Según datos del índice de precios de importación de productos Industriales (IPRIM), los precios de las compras de productos energéticos se duplicaron con respecto a 2019. Más allá de la energía, el precio de las importaciones de bienes intermedios no energéticos creció un nada despreciable 28% con respecto a 2019.
- 10. En el sector servicios, este valor se sitúa en el 38% y en el sector primario, en el 45%, muy por debajo del caso de la industria manufacturera.
En suma, la industria tuvo que pilotar un escenario especialmente adverso durante 2022. Para evaluar el impacto que ha tenido el encarecimiento de los bienes intermedios sobre el sector, recurrimos a la base de datos de venta de grandes empresas y pymes de la Agencia Tributaria (AEAT), en la que tenemos información de ingresos, tanto reales como nominales, de consumos intermedios y de retribución de asalariados.11,12
Según datos de la AEAT, el gasto en consumos intermedios de la industria manufacturera en 2022 se situó un 25,4% por encima de los del año 2019. Este incremento vino espoleado por un aumento de las compras domésticas (+26,9% con respecto a 2019), que crecieron más que las importaciones (+22,2%). Ello probablemente se ha debido a dos factores: (i) un efecto sustitución a raíz del encarecimiento de los productos importados, que habría conducido a la industria a buscar alternativas domésticas con precios más moderados, engrosando así su volumen de compras interiores, y (ii) la repercusión del encarecimiento de las importaciones en el alza de los precios de los productos intermedios domésticos.
- 11. Estos datos son una de las múltiples fuentes de información de las que se nutre el INE para calcular la estadística de Contabilidad Nacional.
- 12. Para el análisis de la industria manufacturera excluimos la rama de actividad de Coquerías y refino de petróleo, debido a que los ingresos contabilizados son inferiores a los gastos (compras y retribución de asalariados) en 11 de los 13 años de la serie histórica disponible, lo que podría señalar que las variables del sector no serían totalmente comparables.
Frente a estos incrementos tan apreciables de los consumos intermedios, la industria ha tenido que adoptar una estrategia de incremento de precios de venta para compensar, por el lado de los ingresos y al menos en parte, la presión de los costes. Precisamente, eso es lo que revelan los datos. Entre 2019 y 2022, los ingresos de la industria manufacturera crecieron un 21,3%, gracias a que los precios de venta incrementaron un 19,8% y a que este incremento de precios se llevó a cabo sin dañar en exceso el volumen de ventas, que se situó un 1,2% por encima de 2019. Huelga decir que, en un escenario hipotético en el que los precios no se hubieran incrementado tanto, presumiblemente el volumen de ventas habría crecido apreciablemente más.
Evolución de los consumos intermedios y de los ingresos operativos de la industria manufacturera desde 2019 *
Para analizar correctamente las implicaciones del entorno de costes actual sobre la industria manufacturera, es relevante detenernos en calcular el efecto de la dinámica de gastos e ingresos sobre una medida de los beneficios brutos del sector.13
Como se puede observar en el gráfico de la página siguiente, el beneficio bruto del conjunto de la industria manufacturera se colocó ligeramente por encima del nivel de 2019, concretamente un 1,5% (600 millones de euros más). A pesar de ser un incremento modesto, dado el contexto de incremento de costes vivido, se trata de un síntoma positivo que la industria haya conseguido sostener su nivel de beneficios. El gran encarecimiento de las compras domésticas y de las importaciones supuso un incremento de costes de 89.700 millones de euros. Además, la retribución de asalariados del sector se incrementó en 3.400 millones, debido a un aumento de la retribución media por empleado del 7,2% entre 2019 y 2022 y a que el número de empleos se mantuvo prácticamente inalterado (+0,2%).
- 13. Aproximamos el beneficio bruto del sector como ventas totales menos consumos intermedios y costes salariales.
El sector industrial español logró mitigar el incremento de costes y sostener el nivel de beneficios, en detrimento de la competitividad.
Gracias a la estrategia de precios expuesta previamente, el sector consiguió mitigar el incremento de costes (compras y salarios), que aumentaron en 93.100 millones de euros con respecto a 2019. Concretamente, los ingresos aumentaron en 600 millones de euros más que los gastos, principalmente, gracias a que el aumento de los precios de venta contribuyó a que los ingresos se incrementasen en 88.500 millones de euros, mientras que el mayor volumen de ventas generó 5.200 millones.
Con todo, en un contexto en el que la inflación acumulada desde 2019 ha sido del 11,4%, el aumento de los beneficios alcanzado por el conjunto de la industria manufacturera en el mismo periodo (apenas un 1,5%) ha sufrido un deterioro importante en términos reales.
Finalmente, para valorar la salud económica del sector, recurrimos a analizar los márgenes de negocio de la industria. Con los datos de la AEAT, podemos calcular la ratio de beneficio bruto sobre ingresos operativos (similar al margen bruto), que refleja la proporción de los ingresos totales de la industria que se transforma en beneficio.
Tal y como se muestra en el gráfico bajo estas líneas, el margen bruto de la industria manufacturera cayó considerablemente en 2022, a pesar del fuerte aumento de los precios de venta en el sector (+19,8% desde 2019). Concretamente, se situó en el 8,0%, un nivel 1,6 p. p. menor que en 2019, lo que en términos relativos implica una caída del 16,3%, alcanzando el registro más bajo desde que tenemos datos disponibles (desde el año 2010). Esta caída se fundamenta en el hecho de que la proporción de ingresos dedicada a sufragar la compra de bienes intermedios se incrementara considerablemente (ascendió al 82,9%, 2,7 p. p. más que en 2019).
Con todo, el margen bruto de la industria manufacturera cayó considerablemente en 2022, con un reparto del incremento de costes entre compradores, empleados y accionistas.
El análisis realizado pone de relieve que el gran aumento de precios acometido por la industria ha conseguido contener el desplome de los márgenes del sector, si bien ha quedado lejos de compensar por completo el impacto del alza de los costes. También se evidencia que el impacto del fuerte incremento de costes se ha repartido entre compradores, a través del sustancial aumento de los precios de venta; empleados, a través de la caída de los salarios reales pagados en la industria, y accionistas, a través de la caída de los resultados de las empresas medidos en términos reales.