The Portuguese economy: mixed signals in Q4 2022
El indicador de actividad económica se desaceleró en octubre debido a la contracción de la producción industrial, mientras que el sector servicios anotó un crecimiento aún robusto. Sin embargo, el sentimiento de los agentes económicos mejoró en noviembre y se estabilizó en diciembre. Entre los consumidores, la confianza mejoró y los indicadores de consumo de las familias, de hecho, sugieren que este siguió evolucionando positivamente en el trimestre, sobre todo en lo que respecta a los bienes duraderos, en particular automóviles, que en octubre y noviembre superaron en un 3% las ventas del 3T y en un 20% las del 4T 2021. Este tirón del consumo se reflejará en una mayor reducción del exceso de ahorro acumulado durante la pandemia. Ya en el 3T, las familias utilizaron alrededor de 2.200 millones de euros de los excedentes de ahorro acumulados durante los confinamientos, reduciéndolos a aproximadamente 5.200 millones de euros (2% del PIB). En el mismo periodo, la tasa de ahorro se redujo hasta el 5,1% de la renta disponible, 0,9 p. p. menos que en el 2T.
In addition to the signs that households’ pent-up savings are running out – a critical development for the price rally to be brought under control – financing costs are rising and economic activity in Portugal’s main trading partners is weakening. In this regard, the Bank of Portugal expects GDP to grow by 1.5% in 2023 (higher than BPI Research’s forecast, which still stands at a conservative 0.5%), after growing by 6.8% in 2022. Indeed, the possibility of a contraction cannot be ruled out if the risks related to gas supplies to Europe end up materialising.
En el último mes del año, la inflación general volvió a mostrar signos de desaceleración y cayó 3 décimas, hasta el 9,6%, fruto de la reducción de los precios de los bienes energéticos. Se espera que esta tendencia continúe a lo largo de 2023, en línea con un comportamiento más débil de la demanda. Sin embargo, esta corrección será gradual, ya que los precios más altos de la energía aún afectan a los precios de otros bienes y servicios –tal y como se refleja en la inflación subyacente– y porque los precios de la energía y los alimentos seguirán tensionados con la prolongada guerra en Ucrania. Así, anticipamos que la inflación en 2023 seguirá estando por encima del 5%.
This is mainly reflected in the decrease in the number of home sales in Q3 2022 compared to the previous quarter (–3.2%) and in the trend in new home loans, which in October fell once again in year-on-year terms for the fourth consecutive month (–13.6%).