El resurgir de las salidas a bolsa

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8 de abril de 2014

El frío que paralizó las bolsas occidentales durante los años de crisis sigue remitiendo. El primer síntoma de mejora se manifestó en las cotizaciones, que desde hace ya tiempo mantienen una tendencia alcista (muy pronunciada en EE. UU. y moderada en Europa). Posteriormente se empezó a percibir una reactivación de otras constantes vitales del mercado bursátil. Una de las más destacadas hace referencia al número de empresas que deciden dar el paso de incorporarse al mercado. A ambos lados del Atlán­­tico, tanto los factores de demanda como los de oferta es­­tán confluyendo en favor de un aumento de las salidas a bolsa. De una parte, la mejora de las expectativas de crecimiento económico y la relativa buena marcha de los resul­­ta­­dos empresariales, junto con el bajísimo nivel de los tipos de interés, han suscitado el aumento del apetito por el riesgo entre los inversores. Esto es crucial para las em­­presas debutantes en el parqué, con frecuencia pequeñas, poco conocidas, y por lo tanto percibidas como inversiones de mayor riesgo. De otra, las propias compañías, atraídas por las crecientes cotizaciones, pueden encontrar en el mercado bursátil una alternativa atractiva para incrementar su capital, justo en una época en la que la solvencia es muy apreciada y el acceso a la financiación ajena es menos fácil que en el pasado.

EE. UU. tomó la delantera respecto a Europa en materia de salidas a bolsa, y la mantiene. El número de operaciones
y el importe recaudado lleva tiempo creciendo y alcanza ya cifras plenamente normalizadas. Según los datos de Bloom­­berg, durante los tres primeros meses del año 130 empresas han empezado a cotizar, registrando un total de casi 11.000 millones de dólares en el periodo de suscripción, cifra cercana al récord alcanzado en el mismo periodo en 2007. A nivel sectorial, destacan las salidas a bolsa de compañías de biotecnología, seguidas de empresas energéticas y del sector financiero. Muchos analistas anticipan que el ritmo de colocaciones en este país podría alcanzar cotas no vistas desde el año 2000, fecha en la que alcanzó su nivel máximo previo a la crisis financiera.

En Europa, la mejora es más incipiente, pero ha empezado con fuerza. Según los datos de PwC, la actividad de las salidas a bolsa fue débil hasta mediados de 2013, pero el último trimestre del pasado año fue testigo de un aumento fulgurante que le permitió equipararse con el 4T de 2007, es decir, el periodo previo a la crisis. Los datos parciales de 2014 indican que el buen tono continúa.

En cuanto a España, el proceso viene con algo de retraso pero parece que pronto ganará fuerza. Durante 2012, 2013 y lo que llevamos del año corriente, las operaciones se han limitado a un puñado de empresas de tamaño reducido en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y unas pocas so­­cie­­dades de inversión inmobiliaria (socimis). Sin embargo, ya hay varias empresas candidatas a ampliar pronto el universo bursátil español. Recientemente, la propia CNMV se ha mostrado optimista al comunicar que espera cerrar el primer cuatrimestre del año con cinco compañías debutantes en el mercado continuo, aunque no ha concretado cuáles son. Todo indica que habrá variedad entre los protagonistas. Por ejemplo, en cuanto a los sectores de negocio. Y en cuanto a las motivaciones: poner en valor sus ne­­gocios, culminar procesos de privatización y/o responder a sus necesidades de financiación. Entre las compañías que tienen sus planes de salida más avanzados están Applus, Odigeo, Edreams, Globalia, Loterías y Apuestas del Estado y Aena.

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