La paradoja del mercado laboral portugués: elevado paro de larga duración y récord de empleos vacantes
El mercado laboral portugués parece haber entrado en un periodo dorado una vez superada la pandemia de COVID-19: la tasa de paro se encuentra en unos niveles muy bajos, a la vez que los empleos vacantes registran niveles máximos (alrededor del 1,4% del total de ocupados), tal y como se aprecia en el primer gráfico.
Sin embargo, frente a estos datos llama la atención el hecho de que Portugal siga adoleciendo de un elevado paro de larga duración: durante los tres primeros trimestres de 2022 los desempleados de larga duración (es decir, los que llevaban un año o más sin trabajar) y los de muy larga duración (más de dos años) representaban el 46,4% y el 29,4% de la población desempleada. Asimismo, un trabajador que pierde el empleo en Portugal tarda 22 meses de media1 en encontrar un nuevo trabajo, el doble que en la eurozona, según datos de la OCDE.2 Pese a que las cifras son abultadas, recordemos que en 2014 el paro de larga duración llegó a suponer cerca del 60% de la desocupación en Portugal.
¿Cómo puede explicarse la aparente paradoja entre unos porcentajes en máximos de empleos vacantes por cubrir y el elevado paro de larga duración? El Banco de Portugal nos pone sobre la pista de la respuesta y apunta a que el nivel educativo y la edad podrían ser la clave.
El desajuste entre las competencias que las empresas buscan y las que los candidatos presentan puede explicar la coexistencia de un elevado paro de larga duración con un también elevado número de vacantes. Pero también podría ser una consecuencia, ya que el desempleo de larga duración acarrea una erosión del capital humano en forma de pérdida de cualificaciones de los desempleados. Al analizar el nivel educativo de los desempleados de larga duración en Portugal, se observa que el 44,2% tenía como mucho un nivel básico en 2021 (último dato disponible), en comparación con un 40,3% de media en la eurozona. Sin embargo, después de la pandemia se observa un cierto aumento de la importancia concedida a la formación y a la educación para poder reintegrarse con éxito en el mercado laboral, ya que el 17,1% de los parados de larga duración participaron en actividades de educación y formación ese mismo año, por encima del 11% registrado en 2019.
Este desajuste entre la cualificación de los demandantes de empleo y los perfiles que buscan las empresas podría explicar, por ejemplo, que el número de parados y de vacantes aumentara significativamente en el sector del comercio entre 2019 y 2022 (véase el segundo gráfico). Este dato subraya algunos de los desafíos de la digitalización.
La transición digital demanda nuevas competencias. Más allá de la alfabetización digital, el pensamiento crítico o la data literacy figuran entre las 10 que registrarán una mayor demanda en los próximos 10 años. Todo ello sucede en un contexto en el que el 27% de la población tiene unas competencias digitales reducidas o nulas (entre los desempleados el porcentaje supera el 33%).
Por otro lado, la tasa de paro de larga duración aumenta con la edad, el segundo factor en juego: si, en 2021, el 27% de los parados entre 15 y 29 años llevaban más de 12 meses sin trabajar, la proporción alcanzaba el 53% entre los parados de entre 45 y 49 años, y el 59% entre los parados de 50 años o más.
Este comportamiento está asociado, en buena parte, al nivel educativo. Si analizamos el conjunto de la población activa, los individuos de más edad presentan menores niveles de educación; de hecho, el 35% de las personas activas con edades entre los 55 y los 64 años y el 47% de las personas entre los 65 y los 89 años tienen, como mucho, un nivel educativo básico, lo que contrasta con el tramo de edad de los 25-34 años (3%). Esto dificulta su reinserción en el mercado laboral en caso de desempleo, lo que contribuye a periodos más largos de paro y acaba por desalentarles en la búsqueda.3
Sin duda, hay otros factores detrás del paro de larga duración, como la actividad económica de origen, pero actualmente lo que más explica el elevado número de empleos vacantes por cubrir es principalmente el desajuste entre las competencias que buscan las empresas y las que ofrecen los candidatos. Por ejemplo, en la industria manufacturera, del 43% de las empresas que indicaban sufrir obstáculos en su actividad en octubre, alrededor del 29% apuntaba a dificultades para contratar personal cualificado (la segunda causa principal), un porcentaje que se aumenta a casi el 67% de las empresas en la construcción y las obras públicas que afirmaban sufrir dificultades en su actividad, y a casi el 86% en el caso de las empresas en el sector del alojamiento y la restauración (en ambos casos apuntado como el principal obstáculo). Por ese motivo, es de vital importancia redoblar los esfuerzos en la mejora de la cualificación y las competencias de los trabajadores, uno de los objetivos del Plan de Recuperación y Resiliencia de Portugal, que destina cerca de 1.370 millones de euros a dicha partida.
- 3. Véase Forbes (2022). «The Top 10 Most In-Demand Skills For The Next 10 Years».