Buen ritmo de avance hacia una fase más madura del ciclo
La economía avanza hacia una fase más madura. El mes pasado, desde CaixaBank Research, revisamos ligeramente el escenario con una rebaja de 0,2 p. p. en las previsiones de crecimiento para 2018 y 2019 (hasta el 2,5% y el 2,1%, respectivamente) para recoger la revisión de la serie histórica del PIB realizada por el INE, el aumento de los riesgos bajistas en el entorno internacional y la moderación del crecimiento en una fase más madura del ciclo económico. Del mismo modo, la actualización del cuadro macroeconómico del Gobierno, que se incluye en el borrador del Plan Presupuestario para el 2019, también refleja este avance de la economía hacia una fase más madura del ciclo económico. En particular, el Gobierno ha rebajado las previsiones del PIB en 0,1 p. p., hasta el 2,6% para 2018 y el 2,3% para 2019, relativamente en consonancia con el escenario de CaixaBank Research. Además, el borrador de presupuestos mandado a Bruselas mantiene el compromiso con la reducción del déficit hasta el 1,8% en 2018 (una reducción de 0,9 p. p., que incluye una corrección del déficit estructural en 0,4 p. p.).
La economía sigue creciendo de forma robusta en el 3T. Según la primera estimación del INE, el crecimiento del PIB se mantuvo en el 0,6% intertrimestral y 2,5% interanual en el tercer trimestre del año (las mismas cifras que en el 2T). Así, la economía española registró un ritmo de avance superior al de las principales economías de la eurozona, pero algo inferior al exhibido en los últimos años, lo que refuerza la visión de una desaceleración suave a medida que se avanza hacia una fase más madura del ciclo. Por componentes, la demanda interna se mantuvo como principal motor de la economía (contribución de 3,0 p. p. al crecimiento interanual) y destacó, especialmente, el repunte del 0,6% intertrimestral del consumo privado tras haber sufrido un bache en el 2T (0,1%), mientras que el crecimiento de la inversión se mantuvo en un sólido 1,0% intertrimestral (una buena cifra que sigue al fuerte 3,5% del 2T). Por su parte, la demanda externa tuvo una contribución neta negativa (–0,5 p. p. tras los –0,8 p. p. en el 2T) que, sin embargo, se situó en línea con lo esperado debido a las tensiones comerciales a nivel global y a la desaceleración de la eurozona.
Los indicadores de actividad respaldan una desaceleración suave. Por el lado de la oferta, los índices PMI de manufacturas y servicios se situaron en los 52,4 y 52,6 puntos, respectivamente, en el promedio del 3T, unos registros algo inferiores a los del 2T (promedio de 53,7 y 55,8 puntos, respectivamente). Asimismo, la producción industrial, con un crecimiento del 1,2% interanual en agosto y del 0,7% en julio, habría avanzado en el 3T a un ritmo parecido al 0,9% registrado en el 2T. Por último, por el lado de la demanda, en el 3T, las ventas minoristas descendieron un 0,4% interanual tras su estancamiento en el promedio del 2T.
El ahorro se mantiene en tasas bajas mientras los salarios crecen robustamente. En concreto, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 4,7% en el 2T 2018 (acumulado de cuatro trimestres), 0,5 p. p. por debajo del registro del trimestre anterior. Esta disminución reflejó una divergencia entre el consumo nominal, que mantuvo un crecimiento alrededor del 4% en el segundo trimestre del año, y la renta bruta disponible (RBD), con un avance del 1,9%. Con todo, de cara a los próximos trimestres, prevemos que la tasa de ahorro se estabilice de la mano de la recuperación del mercado laboral. Muestra de ello es que el componente más importante de la RBD, las rentas salariales, creció a un ritmo similar al del consumo nominal (3,8% interanual en el 2T 2018), lo que sugiere que otros componentes más volátiles serían los responsables temporales del menor crecimiento de la RBD.
Evolución positiva del empleo en el 3T. Los datos más recientes de la encuesta de población activa (EPA) reflejan una sólida creación de empleo en el 3T y una marcada reducción de la tasa de paro, del 16,4% en el 2T al 14,6% en el 3T (su menor nivel desde el 4T 2008). En particular, el crecimiento del empleo en el 3T fue del 2,5% interanual y el 0,5% intertrimestral, registros levemente inferiores a los del 2T, pero que suponen un aumento del número de ocupados en 478.800 personas en los últimos 12 meses. Por sectores, el buen desempeño del sector servicios, con la creación de 346.900 empleos en el acumulado de los últimos cuatro trimestres, compensó el menor incremento de la ocupación en el sector industrial (+55.000 ocupados). Por último, en contraste con estas buenas dinámicas, los datos de la EPA señalan que la tasa de temporalidad se situó en el 27,4%, el mismo nivel que el año anterior y en cotas muy superiores a las de las principales economías de la eurozona. De cara a los próximos trimestres, se espera que la buena evolución del mercado laboral perdure, pero que pierda algo de intensidad en consonancia con la esperada suavización del ritmo de crecimiento de la economía española.
El sector exterior se modera. El superávit de la balanza por cuenta corriente se situó en el 1,2% del PIB en agosto (acumulado de 12 meses), cifra ligeramente inferior a la del pasado julio (1,3%) y a la de agosto de 2017 (1,9%). Esta moderación reflejó, principalmente, un deterioro del saldo comercial de bienes energéticos (afectado por la persistencia de los mayores precios del petróleo) y una desaceleración de las exportaciones de servicios no turísticos. Asimismo, en 2018, se está observando una normalización de los flujos de turistas después de un 2017 extraordinariamente positivo. En particular, el pasado agosto llegaron un 1,9% menos de turistas que en agosto de 2017, una ralentización esperada si se considera la recuperación gradual de algunos de los principales centros turísticos de la ribera sur y oriental del Mediterráneo. Sin embargo, pese a la menor llegada de turistas, su gasto total aumentó un 1,8% interanual, hecho que podría reflejar la sustitución progresiva de turistas de nacionalidades con un perfil de menor gasto por los de uno con mayor gasto.