¿Hay evidencia «temprana» de ‘de-risking’? (parte II): UE

Una vez expuesta la compleja relación comercial entre Estados Unidos y China, seguimos analizando el fenómeno del de-risking entre las grandes potencias económicas centrándonos en la Unión Europea.

Contenido disponible en
9 de enero de 2024
Mapa del mundo con Europa marcada con una chincheta

Entre 2018 y 2021, tuvimos una primera ola de tensiones comerciales en un conflicto centrado en el eje EE. UU.-China. En ese periodo, las importaciones de la UE desde China aumentaron prácticamente un 40% (véase la primera tabla),1 pero desde 2021 las tensiones se han extendido con una UE que fue adoptando una postura más asertiva frente a China, en particular tras la invasión rusa de Ucrania.

  • 1. En este periodo, las importaciones de EE. UU. desde la UE han crecido un 12% (a unos 450.000 millones de dólares anuales). Véase también el Focus «¿Hay evidencia «temprana» de ‘de-risking’? (parte I): EE. UU. y China», en este mismo informe.
Flujos comerciales entre China y la UE
¿Cómo se está posicionando la UE en el ‘de-risking’?

En 2021, un 22% de las importaciones de bienes provenientes de fuera de la UE llegaban de China (unos 550.000 millones de dólares), una cifra récord, frente a un 18% entre el 2015 y el 2018. En el sector de la electrónica, la cuota de China en las importaciones de la UE llegaba en 2021 al 47%, frente a un 38% hasta 2018.

En estos mismos años, no solo el crecimiento de las importaciones desde China superó el crecimiento de las importaciones desde los otros grandes países emergentes y asiáticos (véase la segunda tabla), sino que el crecimiento de las exportaciones de China a estos países aumentó significativamente.2 En otras palabras, la importancia de los vínculos comerciales directos de la UE con China ha aumentado (al contrario de lo que ocurrió entre EE. UU. y China, en el mismo periodo), al mismo tiempo que también han aumentado los vínculos indirectos, a través de otros países, por el hecho de que estos hayan también aumentado su exposición a China.

  • 2. Entre 2018 y 2021, el aumento de las exportaciones de China a estos paí­­ses superó el 50% en varios casos (Turquía, +52%; Vietnam, +68%; Brasil, +50%, y Malasia, +54%).
Flujos comerciales entre la UE y grandes economías asiáticas y emergentes

Por otro lado, tras un periodo de fuerte expansión de las importaciones europeas a lo largo de 2022, año en el que las importaciones extra-UE totales crecieron más de un 40% (más de un 30% desde China), hay algunas señales de contracción de los lazos comerciales directos entre el bloque europeo y el gigante asiático. En 2023, las importaciones de la UE desde China están cayendo más de un 10%, en términos interanuales (véase el gráfico).3 Al mismo tiempo, las importaciones europeas desde EE. UU. han crecido un 7%, mientras que las procedentes de otros países asiáticos han crecido un 3%.4 Como resultado, desde 2021, China ha perdido 2 p. p. de cuota en las importaciones externas totales de la UE, llegando al 20%, mientras que otros países asiáticos y EE. UU. han ganado cuota, y el comercio intra-UE se ha reforzado.

  • 3. Las importaciones de EE. UU. desde China están cayendo casi un 20% en el mismo periodo.
  • 4. Destaca en particular el crecimiento de las importaciones europeas desde Corea del Sur (+13%), Taiwán (+7%), Japón (+6%) e India (+4%), mientras que las importaciones desde los países ASEAN cayeron ligeramente (–1%), aunque con diferencias entre países (desde Malasia, –7%, desde Vietnam o Singapur, +3%). Respecto a otras geografías, destaca el cre­­cimiento de las importaciones desde los Emiratos Árabes Unidos (+38%) o México (+12%), y la caída de las importaciones desde Rusia (–66%) o Noruega (–15%).
UE-27: importaciones
¿‘De-risking’ o una nueva globalización «con características chinas»?

Dos tendencias adicionales también han marcado los últimos años. Por un lado, a medida que se ha ido desarrollando y ha ganado peso en las cadenas de valor globales, China ha reducido su dependencia económica del exterior, principalmente en términos de bienes y servicios producidos en economías más avanzadas.5 Por otro lado, desde finales de 2019 el principal destino de las exportaciones de China ya no son las economías avanzadas. De hecho, en los últimos años, los destinos de exportaciones chinas que más han crecido han sido los BRICS, el resto de Asia, Oriente Medio y África. Por ejemplo, las exportaciones de China a los países ASEAN han crecido un 70%, mientras que las exportaciones a economías avanzadas han crecido un 20%.

Pero, ya sea por intervenciones políticas directas o por temores empresariales a un deterioro de la situación geopolítica que llevaría a la utilización de «dependencias económicas» como arma diplomática, ¿llevará el rediseño en curso de los flujos comerciales a una minimización de riesgos comerciales? Algunos matices observados en los últimos años invitan a cierta prudencia. Por un lado, hemos subrayado la importancia de analizar los lazos comerciales (y de inversiones) indirectos entre bloques, o las «puertas de atrás».6 Por otro lado, dada la magnitud de las desviaciones de flujos de comercio observadas en los últimos años y el repunte de la incertidumbre comercial, es posible que asistamos en los próximos años a un aumento de la complejidad de las cadenas de valor globales, movidas por consideraciones geopolíticas. Esto tendría como resultado probable un aumento de la opacidad –y una disminución de la eficiencia– de los procesos productivos y de las dependencias económicas reales entre bloques.

Con o sin de-risking como resultado final de esta reasignación de recursos, podemos estar entrando en una nueva era de (des)globalización «con características chinas».7 De momento, se observa una redefinición del equilibrio hacia una economía global más dominada por las preocupaciones geopolíticas, con un papel más activo de los Estados, a través de políticas industriales, y una redefinición inminente de las políticas comerciales y del consenso de libre comercio construido en el periodo posguerra. En una primera fase, se ha observado un dominio de las políticas comerciales «defensivas», resultando en el aumento de las barreras arancelarias y no arancelarias, como restricciones de exportaciones o mecanismos de control de inversiones. Para que el resultado del proceso no sea una fragmentación costosa y desordenada entre bloques, es esencial que se contemplen políticas comerciales dichas «ofensivas»8 y se logre un conocimiento detallado de las cadenas de valor globales. La UE parece estar tomando algunos pasos alentadores en este sentido, como lo demuestran la reciente discusión (basada en una visión más pragmática de las cadenas de valor) en torno a las áreas tecnológicas críticas y los avances en acuerdos comerciales con países como Nueva Zelanda, Chile, Kenia, México o India. No menos importante en el proceso será la construcción de canales de diálogo efectivos entre los distintos bloques: EE. UU., China y, en un mundo más multipolar, todos los demás.

  • 5. Véase por ejemplo el Focus «UE y China: mapas de una interdependencia estratégica II», en el IM01/2023.
  • 6. Para un análisis reciente y detallado, véase por ejemplo Alfaro, L. y Chor, D. (2023). «Global Supply Chains: The Looming ‘Great Reallocation’», Working Paper 31.661 NBER Working Paper Series, NBER.
  • 7. Tras años de liderazgo bajo Mao Zedong, Deng Xiaoping fue uno de los grandes líderes reformistas que ha modernizado la economía china, a partir de los años ochenta, e integrado el país en una nueva era de globalización. Una de las ideas fundamentales introducidas por Xiaoping fue el concepto de «socialismo con características chinas», que tenía por objetivo redefinir el balance entre una economía dominada por el Estado y el mundo capitalista al que se abría. En las décadas siguientes, China se transformó en la segunda mayor economía del mundo y el mayor exportador de bienes a nivel global, y fue el mayor motor individual de la última ola de globalización.
  • 8. Las políticas comerciales «defensivas», como aranceles, cuotas o restricciones a importaciones o exportaciones, contrastan con políticas comerciales dichas «ofensivas», como la celebración de acuerdos de comercio y cooperación entre países.