El sector turístico vuelve a batir récords y se consolida como motor de crecimiento

En 2024, la economía española ha vuelto a sorprender de forma positiva, apoyada en una inflación y unos tipos de interés que, aunque todavía elevados, han disminuido de forma progresiva. El crecimiento del PIB ha sido muy dinámico, cerca del 3,0%. En este contexto claramente expansivo, no cabe duda de que el sector turístico ha sido uno de los que mejor se han comportado, con un crecimiento del 6,0% estimado para 2024, tras el avance del 7,9% en 2023.

Tras un 2023 en que los principales indicadores turísticos de actividad retomaron los máximos de 2019, el sector apenas ofrece señales de agotamiento cíclico e incluso ha mantenido su atractivo, sobre todo, en los mercados internacionales. En 2024, estimamos que llegaron a nuestro país unos 94 millones de turistas extranjeros, unos 9 millones más que el año anterior (crecimiento del 10% respecto a 2023), e incrementaron su gasto por encima de la inflación de servicios turísticos (el turista medio gastó 1.342 euros en 2024, unos 245 euros más por turista que en 2019).¹ 

Por su parte, el turista residente ha ido moderando sus viajes dentro del país y retomando las visitas a destinos internacionales, de modo que 2024 fue el año en que el turista doméstico recuperó el volumen de viajes al exterior de 2019. Los datos de contabilidad nacional corroboran esta tendencia: el gasto de los hogares residentes en el resto del mundo en el 3T 2024 fue un 14% superior al de prepandemia (acumulado de cuatro trimestres). Por otra parte, a medida que aumenta su presencia en destinos internacionales, el turista doméstico reduce su impacto en el mercado español: en 2024 se redujeron levemente el número de viajes dentro de España. En cambio, el gasto turístico doméstico sigue creciendo con fuerza.²

Además del récord de llegadas de turistas internacionales, 2024 ha sido el año en que se recuperaron definitivamente todos los grandes mercados de origen para el sector español. El último en hacerlo ha sido el turista británico, principal mercado de nuestro sector turístico (representa el 19,7% de las llegadas y el 18% del gasto), y el turista de larga distancia (actualmente, el mercado que está creciendo con más fuerza). El primero ha sido lastrado por las consecuencias indirectas del brexit y el mal momento por el que ha atravesado la economía británica desde el estallido de la pandemia. El segundo, que incluye el turismo asiático, ha sido perjudicado por la salida tardía de la crisis pandémica, las mayores restricciones a la movilidad impuestas en el continente asiático y los problemas en el tráfico aéreo a causa del conflicto en Ucrania.³ 

Los dos únicos mercados que no han recuperado los niveles prepandemia son el turismo ruso (no existen datos desde el estallido de la guerra) y el nórdico, si bien ambos mercados son minoritarios (apenas suponen el 6,7% de las llegadas). Por el contrario, los orígenes con mejor desempeño son, dentro de Europa, Países Bajos y los mercados de Europa del Este, y de más larga distancia, EE. UU. y el resto de América.

En cuanto al motivo del viaje, las llegadas por negocios y motivos profesionales (el denominado «turista de negocios») son las únicas que no han recuperado aún los niveles prepandemia (hay una brecha de 198.000 llegadas respecto a dichos niveles) y las que crecen a menores tasas. Su recuperación es especialmente relevante, teniendo en cuenta que se trata del turista que más dinero deja en el sector: en 2024, unos 1.400 euros por turista (100 euros más que un turista vacacional) y 240 al día (50 euros más por día).

Por el contrario, llama la atención que las llegadas bajo la categoría «Otros motivos» hayan repuntado un 45% respecto a 2019. Esta categoría incluye viajes que pueden abarcar visitas a familiares y amigos, estudios, tratamientos médicos o peregrinaciones religiosas, entre otros, y ya supone el 8,2% del total de llegadas a nuestro país, 2 puntos más que en 2019. 

Por último, cabe destacar el aumento de las pernoctaciones (de residentes y no residentes) en establecimientos no hoteleros: destaca el aumento de la demanda por los apartamentos turísticos rurales y, sobre todo, los campings, que registran los mayores incrementos de estancias respecto a 2019.

El sector hotelero continúa disfrutando de una demanda muy boyante, creciendo a ritmos del 5% anual en 2024 y consolidando las ganancias de 2022 y 2023. Los indicadores de demanda reflejan muy bien el comportamiento dispar del turista residente (evolución similar a la del periodo prepandemia 2015-2019) y el turista no residente, donde la demanda sigue creciendo con fuerza aún en 2024 y está marcando nuevos máximos (véanse los gráficos a continuación).⁴4

Por su parte, la oferta hotelera se sigue mostrando menos dinámica que la demanda. En primer lugar, hay 265 establecimientos hoteleros menos que en 2019 (unos 14.800 hoteles en 2024). Sin embargo, el número de habitaciones está aumentando a un ritmo del 2% anual (hay unas 18.000 habitaciones más en 2024 que en 2019), lo que sugiere que hay menos establecimientos, pero están aumentando su tamaño medio. Los datos por categorías ponen de manifiesto la apuesta del sector español por el turismo de lujo desde el estallido de la pandemia: los establecimientos de 5 estrellas son los que más han aumentado la oferta habitacional respecto a 2019; sin embargo, se trata de la categoría donde menos se ha incrementado la tasa de ocupación en estos años (véanse los gráficos de la página siguiente).

La combinación de una demanda que aumenta con fuerza y una oferta que se mantiene algo menos dinámica resulta en una tasa de ocupación que sigue aumentando (69,5% en 2024, 2,6 p. p. más que en 2023). Además, la temporada alta fue especialmente exitosa: entre julio y septiembre, la ocupación superó el 75% de media y mejoró los excelentes registros de 2023 en algo más de 1 p. p. Además, la comparativa de la tasa de ocupación respecto al periodo 2015-2019 sugiere cierta desestacionalización de la actividad, es decir, aumenta más la ocupación fuera de temporada alta y mejora relativamente menos en los meses de julio a septiembre. En este mismo informe analizamos en profundidad el cambio en la estacionalidad del sector en los últimos años en el artículo «¿Qué factores han contribuido a la desestacionalización del gasto turístico en España?».

Esa mejora de la ocupación viene acompañada de una rentabilidad que sigue creciendo a tasas de dos dígitos: el sector ingresó de media 83 euros por habitación disponible en 2024 (índice de rentabilidad hotelera RevPAR), un 10% más que en 2023 y un 38% más que en 2019 (unos 23 euros más por habitación). Además, la temporada alta (de julio a septiembre) fue la más rentable en la historia del sector, con unos ingresos de 107 euros de media por habitación, unos 9 euros más que en 2023 y unos 30 más que en 2019. 

Hasta la llegada de la DANA, la Comunidad Valenciana se había consolidado como la región que ha ganado más atractivo para el turista extranjero en el periodo pospandemia: entre enero y noviembre, visitaron la región 11,3 millones de turistas extranjeros, 1,5 millones más que en 2023 y 2,2 millones más que en 2019. El gasto turístico ha alcanzado los 15.200 millones de euros al año (5.600 millones más que en 2019, la región donde más ha aumentado desde 2019), mientras que el gasto por turista alcanzó los 1.255 euros (media de los últimos 12 meses hasta octubre), unos 70 euros más que en 2023 y 260 euros más que en 2019, la tercera región donde más ha aumentado, solo superada por Madrid y Andalucía. 

Resulta complejo estimar el impacto en el sector turístico de la DANA, que afectó de forma especialmente devastadora a la provincia de Valencia en octubre. Por el lado de la oferta, la destrucción de tejido productivo se ha concentrado en un perímetro reducido, en un momento del año en el cual la infraestructura turística está infrautilizada. Además, la mayor parte de la oferta turística en la Comunidad Valenciana se concentra en la Costa Blanca (74% de la oferta de habitaciones hoteleras), menos afectada por la DANA. Por el lado de la demanda, el gasto con tarjetas extranjeras en los municipios afectados por la DANA nos permite aproximar el grado de afectación del sector turístico.⁵ En la primera semana tras la catástrofe, el gasto de extranjeros se desplomó en la zona cero (–90% interanual) y el grado de recuperación es todavía muy incompleto (–34% interanual en la semana del 25-31 de diciembre). El gasto en el resto de los municipios afectados tuvo un menor retroceso en la primera semana (–25% interanual), pero apenas muestra signos de mejora. Con todo, el impacto para el conjunto de la provincia de Valencia es limitado (2% interanual en la semana del 25-31 de diciembre), un efecto que debería disiparse con el tiempo a medida que se reparan las infraestructuras dañadas y se disipa el impacto negativo de las noticias sobre la catástrofe.⁶⁶ 

Entre el resto de las regiones, la comparativa de los niveles de ocupación en 2024 respecto a 2019 nos permite destacar el buen momento del sector en Asturias, las dos Castillas, Extremadura o Aragón, regiones donde el modelo de turismo es menos masivo y más orientado hacia el turismo verde y activo. Esta mayor ocupación no va necesariamente acompañada de un incremento significativo de la rentabilidad, salvo en el caso de Asturias (véanse los siguientes gráficos). Llama la atención el caso del sector hotelero en la Comunidad de Madrid, donde predomina un modelo de turismo de ciudad, cultural y de negocios (el modelo que más ha tardado en recuperarse tras la pandemia). Se trata de una región en la que ha caído la ocupación desde el estallido de la pandemia, pero una de las que más ha aumentado la rentabilidad del sector.

El sector turístico está creando empleo a ritmos muy dinámicos (3,6% en 2024), por encima del total de la economía (2,8% en 2024), superando los 3 millones de empleados en 2024 (una creación de empleo de 106.000 trabajadores respecto a 2023). El análisis por subsectores añade información de cómo se están comportando las diferentes ramas asociadas al sector en este periodo pospandemia. En primer lugar, cabe decir que todos los subsectores turísticos han creado empleo desde el estallido de la pandemia, con la excepción del sector de transporte aéreo y, sobre todo, del sector de actividades de alquiler (–2,6% entre 2019 y 2024), un subsector que incluye el alquiler de vehículos, que ha tardado en recuperarse tras la pandemia por los problemas en el sector del automóvil, si bien es cierto que el aumento en el número de matriculaciones a lo largo de 2024 sugiere que podría mejorar en los próximos meses. Por el contrario, las actividades de ocio, culturales y deportivas son las que más empleo están creando y las que mayor peso están ganando sobre el total de afiliados, lo que refleja el cambio en el patrón de consumo pospandemia, donde las actividades de mayor interacción social y el consumo de experiencias se han disparado.

La inflación del sector turístico continuó moderándose de forma gradual a lo largo de 2024, alejándose de los máximos de 2022 (cuando se registraron tasas interanuales de dos dígitos entre abril y octubre). No obstante, la inflación aún se situaba en el 5,4% en noviembre, muy por encima de la inflación para el conjunto de la economía (2,4%), siendo transporte marítimo, paquetes turísticos con destino nacional y los vuelos domésticos e internacionales las partidas más alcistas. Llama especialmente la atención el repunte de los precios de transporte marítimo desde 2019 (+60% acumulado), en gran medida recogiendo un incremento de la demanda por este tipo de turismo de cruceros (hay unos 2 millones más de pasajeros en cruceros que antes de la pandemia) y, posiblemente, el encarecimiento de los combustibles. 

La robustez del comportamiento del sector a lo largo de este 2024, en el que se han vuelto a marcar nuevos máximos en los indicadores de turistas internacionales, pone de manifiesto que el sector está alcanzando niveles elevados de utilización de su capacidad productiva, por lo que cabe esperar que el ritmo de crecimiento se modere respecto a las tasas del año anterior. No obstante, seguimos observando ciertas palancas que le seguirán permitiendo crecer de forma sostenida en el horizonte actual de previsiones. En el exterior, la recuperación de la renta disponible en los países emisores, a medida que se disipa el impacto inflacionario, junto con la percepción de estabilidad geopolítica en España seguirán impulsando el sector turístico en los próximos trimestres. Se espera que esta tendencia continúe desestacionalizando el turismo, con crecimientos más significativos fuera de la temporada alta, lo que ayudará a que el crecimiento del sector sea más sostenible. 

En balance, estimamos un crecimiento del PIB turístico del 3,6% en 2025, después del 6,0% estimado para 2024, de nuevo creciendo por encima del conjunto de la economía española (2,3% según nuestras estimaciones actuales para 2025). Esperamos que el turismo doméstico crezca levemente por encima del 2024 (1,2% en 2025 vs. 0,8% en 2024), bajo la expectativa de que las salidas al exterior del turista español se estabilizarán en torno a los mismos niveles de 2024, mientras que el turismo internacional crecerá un 4,5% (8,6% en 2024). En este contexto, el PIB turístico pasaría a suponer el 13,2% de la economía en comparación al 12,9% estimado en 2024.