Tomando el pulso al mercado laboral

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4 de octubre de 2016

La creación de empleo fue muy robusta en el 2T 2016. Se­­gún la EPA, el número de ocupados aumentó en 271.000, un dato muy positivo pero algo inferior a lo que se esperaba después de unos registros de afiliados a la Seguridad Social que, con un aumento de 436.000 entre abril y junio, habían sorprendido al alza. La notable diferencia entre las dos cifras no es un fenómeno puntual del 2T 2016. Desde que se inició la recuperación del empleo en el 1T 2014, la evolución de los afiliados ha sido más favorable que la de los ocupados EPA. En concreto, entre enero de 2014 y junio de 2016, el crecimiento acumulado de los afiliados fue del 9,8%, casi 2 p. p. por encima del crecimiento del empleo EPA (8,0%) (véase el primer gráfico).

Las diferencias entre ambas series son habituales puesto que, por ejemplo, la fuente de los datos es muy distinta: la EPA se basa en una encuesta a una muestra representativa de la población, mientras que las afiliaciones provienen de un registro administrativo que recoge el número de trabajadores de alta en la Seguridad Social. Otra diferencia en­­tre ambas fuentes se debe al distinto trato de la economía informal. Es decir, hay personas que realizan una actividad laboral que no están afiliadas pero que, cuando son en­­cuestadas en la EPA, se consideran ocupadas. Esta causa de discrepancia entre am­­bas series podría ser más relevante en una etapa de ex­­pansión económica, ya que suele producirse un afloramiento de empleos de la economía sumergida a la formal. Los trabajadores, al obtener un contrato laboral, pasa­­rían a estar inscritos en los registros de la Seguridad Social mientras que, a efectos de la EPA, ya estaban contabilizados como empleados.

Para analizar si este factor podría estar desempeñando un papel importante en la actual recuperación del mercado laboral español, analizamos la evolución del empleo por sectores de actividad entre el 1T 2014 y el 2T 2016 en función del peso que se estima que tiene la economía sumergida en cada uno de ellos.1 Tal y como se observa en el segundo gráfico, el empleo ha crecido más en los sectores con un mayor peso de la economía sumergida (esta relación se observa en las dos series de empleo). Es asimismo destacable que la diferencia entre el crecimiento de los afiliados y del empleo EPA es mayor en los sectores con un mayor peso de la economía sumergida (por ejemplo, el comercio). En estos sectores, los afiliados crecieron, en promedio, un 9,8% y el empleo EPA un 8,9%, una diferencia de 1,0 p. p. En cambio, en los sectores con un menor peso de la economía sumergida (por ejemplo, actividades finan­­cie­­ras y de seguros), los afiliados, de hecho, crecieron, en promedio, menos que el empleo EPA (5,9% y 6,3%, respectivamente). Estos resultados estarían de acuerdo con la idea de que el mayor aumento de los afiliados va asociado a un aumento del empleo formal. Esta tendencia se observa a nivel agregado, pero hay algunas excepciones. Por ejemplo, la construcción tiene un peso elevado de economía sumergida (31%), pero, en cambio, el crecimiento del empleo EPA fue superior al de los afiliados (14,3% y 11,3%, respectivamente).

En definitiva, los datos más recientes de creación de empleo muestran que la recuperación del mercado de trabajo avanza a muy buen ritmo. Además, el análisis presentado en este Focus sugiere que la recuperación puede que vaya acompañada de un aumento del empleo formal.

1. La estimación del peso de la economía sumergida por sectores a nivel euro­­peo se obtiene de Schneider, F., 2013, «The Shadow Economy in Europe 2013», A. T. Kearney y Visa.

 
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