Balance y perspectivas del sector turístico español: solidez y resiliencia

En 2023, el turismo ha sido uno de los motores de la economía española y ha superado ampliamente los niveles de 2019. Los indicadores del INE revelan que la demanda turística real sobrepasó la cifra de 2019, aupada tanto por la resiliencia del turismo doméstico como por el empuje del turismo internacional. Las pernoctaciones en alojamientos turísticos en los 11 primeros meses de 2023 superaron en un 1,9% las de las mismas fechas de 2019. Este dato se cimienta en la resistencia del turismo doméstico, que rebasó en un 5,5% el dato de 2019, y en la recuperación del turismo internacional, que se situó solamente un 0,2% por debajo del dato de 2019.

La resiliencia de la demanda turística es digna de mención en un contexto de inflación aún elevada: en el promedio de 2023, los precios de los servicios turísticos acumularon una subida del 17,5% con respecto al promedio de 2019. Destaca el incremento del precio del alojamiento, que desde 2019 acumula un alza del 26,2%. Con todo, la inflación en los servicios turísticos se fue moderando a lo largo de 2023 (7,0% interanual en noviembre frente al máximo anual del 10,4% en marzo) y se alejó de las cifras de dobles dígitos del verano de 2022.

La recuperación del turismo en términos reales y sobre todo la elevada inflación auparon el gasto turístico, tanto el doméstico como el internacional. En los tres primeros trimestres del año 2023, el gasto turístico doméstico superó en un 22,2% el dato de las mismas fechas de 2019, mientras que el gasto turístico internacional superó en los primeros 11 meses del año en un 16,6% el dato de 2019.

Las llegadas de turistas internacionales, si bien continuaron demostrando una notable heterogeneidad en cuanto a los países emisores, cerraron 2023 en positivo de forma bastante generalizada. Por regiones, podemos observar resultados espectaculares del turismo proveniente de América, que superó en un 20,7% las llegadas en 2019. Los mercados tradicionales muestran resultados alentadores, aunque más modestos. El turismo proveniente de la Unión Europea superó en un 4,3% los niveles de 2019. Esta cifra se ve lastrada ligeramente por datos menos positivos de países que han sufrido una coyuntura macroeconómica adversa en 2023, como los países nórdicos y Alemania, que se sitúan un 12,5% y un 4% por debajo de 2019, respectivamente. En el caso de los nórdicos, destacamos el papel que la debilidad de la corona sueca y la corona noruega tuvieron en este mal dato.

El turismo británico, pese a no recuperarse en el conjunto de 2023 (se ha situado un 2,7% por debajo de los niveles de 2019), fue una fuente de noticias alentadoras en los últimos meses del año. La llegada de británicos llevaba encallada desde el otoño de 2022 en niveles entre un 5% y un 10% por debajo de 2019, pero en el último trimestre de 2023 logró despegar y superar los niveles de 2019. Dada la importancia del mercado británico para el turismo español (el Reino Unido es el primer emisor de turistas extranjeros a España), esta es una excelente noticia que mejora las perspectivas del sector.

Las perspectivas a corto plazo para el turismo en España están marcadas por tres factores clave: la recuperación completa del turismo después de la pandemia, el elevado nivel de estabilidad geopolítica de España en relación con el de los destinos competidores, y el aumento de la renta disponible en España y en los principales países emisores de turistas.

Como hemos visto, el turismo internacional en España ha logrado completar su recuperación en 2023, tras la fuerte caída acaecida como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Tal y como se desprende de los datos de la United Nations World Tourism Organization, es un dato notable, ya que España es el segundo país que ha experimentado una recuperación más rápida entre los 10 principales receptores de turismo internacional, solamente por detrás de Turquía. Esta recuperación completa es un claro testigo de la competitividad del sector turístico español. Por otro lado, significa que los fuertes crecimientos registrados para alcanzar el nivel prepandemia se estarían agotando. También hay que tener en cuenta que el turista español ha vuelto a viajar al extranjero más despacio que el turista internacional a España. Por tanto, a medida que el turista español continúe normalizando sus viajes internacionales, el efecto ‘fin de pandemia’ será un riesgo a la baja para el turismo doméstico a corto plazo.

Aún en 2023, la recuperación pospandemia empujó el PIB turístico a un crecimiento del 6,9%, con lo cual el sector contribuyó fuertemente al crecimiento del PIB español. En los próximos años, prevemos una normalización de las tasas de crecimiento del sector turístico, a medida que el factor de fin de pandemia se agote.

Aunque el fin de la salida de la pandemia dejará de ser un viento de cola para el sector turístico español, este cuenta con dos factores de apoyo adicionales a corto plazo. El primero es la estabilidad geopolítica en España con respecto a algunos destinos competidores. Hay que tener en cuenta que durante el último cuatrimestre de 2023 se han incrementado la inestabilidad y la inseguridad en la región este del Mediterráneo, que perdurarán durante 2024, según señalan todos los indicios. E, históricamente, los desórdenes geopolíticos en Oriente Próximo han perjudicado a los principales competidores en precio del turismo español, como, por ejemplo, Turquía y Egipto. Es por ello que prevemos que la persistencia de la incertidumbre geopolítica empuje a turistas del este del Mediterráneo a España.

El otro viento de cola para el sector turístico español a corto plazo es el aumento de la renta bruta disponible tanto en España como en los principales países emisores de turismo internacional. Después de dos años en los cuales la renta bruta disponible ha crecido generalmente por debajo de la inflación, la disminución de la tasa de inflación durante 2023, que prevemos que continúe tanto en la eurozona como en el Reino Unido en 2024, permitirá una gradual recuperación del poder adquisitivo perdido en los años recientes. Así, a pesar de que se prevén tasas de crecimiento del PIB real débiles de nuevo, tanto en la eurozona como en el Reino Unido, prevemos que la recuperación de los ingresos en términos reales apoye el crecimiento del sector turístico.

Los factores a corto plazo nos permiten establecer si el crecimiento en un horizonte cercano se situará por encima o por debajo de la tasa de crecimiento a largo plazo. Pero ¿qué factores determinan el crecimiento a largo plazo del sector turístico español?

El factor principal es que, a medida que aumentan sus ingresos, los consumidores asignan una proporción creciente de estos al turismo.¹ Es decir, el turismo se puede considerar como un bien superior o «de lujo», ya que su consumo se acelera cuando aumenta la renta. Esto nos hace confiar en el hecho de que el sector turístico tiene el potencial para ser un factor que tire de la economía española a largo plazo, a medida que aumente el nivel de renta de los hogares de los países emisores de turistas hacia España. En este sentido, el crecimiento de la clase media en varios países constituye una importante fuente de crecimiento para el sector turístico español. Además, en un mundo donde la presencia en redes sociales cobra cada vez mayor importancia, actividades que generen contenido en estos canales, como viajar, podrían verse beneficiadas. Esto incrementa la posibilidad de que los consumidores continúen asignando una proporción creciente de sus ingresos al turismo a medio plazo.

Otro factor a largo plazo positivo para el sector turístico español es la tendencia a la desestacionalización de la demanda. El crecimiento de la población sénior y sin hijos en edad escolar, junto con la mayor flexibilidad de algunos trabajadores para teletrabajar y tomar las vacaciones fuera de temporada alta, contribuye a la desestacionalización del turismo en España.  En 2023, hemos visto tasas de crecimiento interanual cinco veces más grandes en el segundo y cuarto trimestre (7% y 7,6%) que en el tercer trimestre (1,3%). Las tendencias demográficas (aumento de la esperanza de vida, envejecimiento poblacional) y la consolidación de estas nuevas formas de trabajo apuntan a que es muy probable que se continúen anotando tasas de crecimiento más fuertes en temporada baja que en temporada alta. Ello ayudaría a reducir la infrautilización de las infraestructuras turísticas y de la fuerza laboral destinada al turismo en temporada baja y, por tanto, ayudaría a aumentar la tasa de crecimiento del sector a largo plazo y al mismo tiempo mejoraría la calidad del empleo en el sector (menor temporalidad).

Sin embargo, aunque la sensibilidad del gasto turístico a los ingresos y la desestacionalización sean factores importantes que tienen el potencial de incrementar el turismo a largo plazo, el sector se enfrenta a un gran factor de riesgo: el cambio climático. Como veremos más adelante en este informe, el cambio climático podría mermar el crecimiento del sector turístico. Estar preparado para este desafío será clave para las perspectivas de crecimiento a largo plazo del sector turístico español.

El balance de los factores clave para el sector turístico español nos deja con un escenario en el que la tendencia positiva del sector tendrá continuidad en 2024. Aunque la recuperación completa de la pandemia del sector turístico normalizará las tasas de crecimiento en los próximos años, la recuperación del poder adquisitivo en España y Europa y la mayor estabilidad geopolítica de España en relación con la de países competidores impulsarán el sector turístico a nuevos récords en 2024. Con todo, el frágil panorama macroeconómico europeo y la recuperación del turismo español en el extranjero serán factores que limitarán el crecimiento del sector.

La previsión de CaixaBank Research para el PIB turístico en términos reales en 2024 es que crezca un 2,5% y se sitúe un 7,1% por encima del nivel de 2019, después de cerrar 2023 con un crecimiento interanual del 6,9% y haber superado en un 4,5% el nivel de 2019.

En cuanto a la demanda doméstica, esperamos que crezca un 0,3% en 2024. Esta previsión es conservadora en vista del crecimiento de la renta disponible de las familias prevista para 2024, pero nuestra previsión contempla que el turismo español crezca sobre todo en el extranjero. En cambio, prevemos que las llegadas internacionales crezcan un 3,8% como consecuencia de la situación geopolítica en Oriente Próximo y la recuperación de los salarios reales en los países emisores. Por tanto, en 2024 prevemos que el turismo internacional seguirá siendo el principal motor de crecimiento.

Asimismo, prevemos una moderación del crecimiento de los precios, en consonancia con la caída de la inflación general. Esto moderará la tasa de crecimiento del PIB turístico nominal, que se situará en un 6,1% en 2024. Con ello, el PIB turístico nominal se situará un 26,8% por encima de su nivel en 2019. Con estas cifras, el PIB turístico alcanzará un peso del 12,7% sobre el PIB total de la economía española, 0,3 p. p. más que en 2019, según nuestras previsiones.