Gestionar bien las finanzas públicas en años de crecimiento

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8 de junio de 2015

Como se ha puesto de manifiesto durante la crisis, mantener las finanzas públicas saneadas durante los años de fuerte crecimiento es esencial: permite amortiguar el im­­pacto de una recesión sin que se disparen los temores que despierta la sostenibilidad de la deuda a largo plazo. Una gestión adecuada de las finanzas públicas es especialmente relevante en una unión monetaria como la eurozona, puesto que un país no puede recurrir a la reducción uni­­lateral de la carga de la deuda mediante la devaluación de la moneda. Analicemos, pues, cómo se espera que evolucionen las finanzas públicas de los principales países de la región, ahora que todo apunta a que el crecimiento irá ganando tracción en los próximos años.

Como es bien sabido, el punto de partida no es nada halagüeño: la deuda pública de la eurozona ha pasado del 65% del PIB en 2007 al 94,2% en 2014, un máximo histórico. Este incremento fue especialmente agudo en países como Irlanda o España, que, a pesar de partir de niveles muy bajos (del 24% y del 35% en 2007, respectivamente), sufrieron las consecuencias de la crisis con especial virulencia. Sin em­­bargo, todo apunta a que en 2015 se pondrá fin a esta tendencia alcista, con la ayuda de varios factores. El más importante es la gradual recuperación de la tasa de crecimiento económico, que se traducirá en una reducción de las principales partidas de gasto y en un aumento de los ingresos. Además, la reducción del gasto público contará con el apoyo de una política monetaria mucho más expansiva. Las medidas tomadas por el Banco Central Europeo mantendrán los tipos de interés en niveles muy bajos durante los próximos años, lo que reducirá temporalmente la carga de la deuda. Sin embargo, es preciso subrayar que, según las previsiones de la Comisión Europea, el único país en el que se observará una clara tendencia a la baja de la deuda pública es Alemania. En los próximos dos años, el resto mantendrá un nivel de deuda solo ligeramente por debajo del actual.

La evolución del déficit refleja el impacto de la mejora eco­­nómica en las cuentas públicas, a la vez que ofre­­ce más pistas del esfuerzo que llevarán a cabo los distintos países para sanearlas. Así, tras situarse alrededor del 6% del PIB en 2009 y en 2010 en el conjunto de la región, está previsto que el dé­­ficit público se reduzca hasta el 2% en 2015. Naturalmente, el dato evidencia que el déficit de muchos países estará claramente por debajo del 3%, el nivel que todos los países acordaron fijar como límite máximo en el Tratado de Maastricht y que recientemente han ratificado. Sin embargo, varios países tendrán aún niveles de déficit su­­periores, como por ejemplo España (4,5%), Francia (3,8%) o Irlanda (3,6%).

Para analizar con algo más de detalle el esfuerzo fiscal de los países de la eurozona, la Comisión también se fija en la evolución del déficit público estructural.1 A pesar de que el margen de error que rodea esta variable es muy elevado,2 sigue siendo una de las referencias más utilizadas para valorar la política fiscal que lleva a cabo cada Estado. En este sentido, es significativo el hecho de que la Comisión espere que la reducción del déficit estructural sea muy limitada tanto en 2015 como en 2016. O, lo que es lo mismo, la reducción del déficit público que observaremos en mu­­chos países de la eurozona será resultado, en gran medida, de la recuperación económica.

En definitiva, la mejora del contexto macroeconómico brinda una buena oportunidad para acelerar la consolidación fiscal y apuntalar la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio y a largo plazo, y no se debería desaprovechar. Esto es particularmente relevante para los países con elevados niveles de endeudamiento, que verán limitada su capacidad de reacción ante una futura crisis si no reducen a tiempo su deuda.

1. El déficit estructural corresponde al déficit público que tendría un país que utilizara todos sus factores de producción (capital y trabajo) a pleno rendimiento. Esto es, cuando su PIB es igual al PIB potencial.

2. Véase el Dossier «PIB potencial: un concepto clave pero difuso» del In­­for­­me Mensual de mayo 2013 para un análisis detallado.

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