El turismo, palanca de la economía portuguesa
Las exportaciones y el consumo fueron los componentes que más contribuyeron a este resultado y reflejaron el fuerte incremento de la actividad turística y la recuperación del consumo de bienes duraderos, sobre todo de automóviles, gracias al ahorro acumulado durante la pandemia. Los indicadores disponibles para el inicio del año, aún escasos, muestran un comportamiento más positivo del previsto en nuestro escenario. Los indicadores de confianza han mejorado en enero y febrero, los de consumo –ventas de automóviles y pagos con tarjeta– crecen a buen ritmo, y el turismo mantiene un notable dinamismo. De momento, mantenemos la previsión de crecimiento del PIB en 2023 en un 1%, pero los riesgos se están inclinando ligeramente al alza.
Por el lado positivo, la inflación general cae por cuarto mes consecutivo, hasta el 8,2%, según el dato de avance (8,4% en enero), gracias al descenso de la inflación de los productos energéticos. Por el lado negativo, tras la caída de enero, la primera en 15 meses, la inflación subyacente retoma la senda alcista en febrero, y repunta 2 décimas, hasta el 7,2%. Además, los alimentos no elaborados alcanzan una inflación del 20,1%, una tasa nunca vista desde la adhesión al euro.
La tasa de paro aumentó hasta el 6,5% en el 4T 2022, una subida de 0,7 p. p. frente al 3T. Además, la ocupación cayó por primera vez desde el 1T 2021 (–0,5% trimestral, –26.200 empleos), aunque sigue por encima de los niveles prepandemia (+2,4%, +117.000 empleos). Es posible que la normalización de la actividad post-COVID en algunos sectores, como actividades sanitarias y de servicios sociales, explique, al menos en parte, esta destrucción de empleo. A su vez, en enero el paro registrado siguió creciendo, un 4,9% (–9,5% interanual), impulsado por el aumento en construcción y en el comercio.
Esta cifra supone un crecimiento del 72,5% interanual y del 3,2% respecto a enero de 2020. El balance de 2022 fue muy positivo, con los ingresos totales de los establecimientos turísticos un 16,5% por encima del nivel de 2019, a pesar de un número de huéspedes algo inferior (–2%). Para 2023 esperamos que se mantenga la tendencia positiva, apoyada en (i) unos precios de energía más bajos, lo que se reflejará en las tarifas aéreas, (ii) algunos eventos puntuales, como las Jornadas Mundiales de la Juventud, y (iii) la recuperación de turistas asiáticos.
En 2022 Portugal registró una necesidad de financiación del 0,4% del PIB, frente a una capacidad de financiación del 1,0% del PIB el año anterior. Este empeoramiento procedió principalmente del deterioro de la balanza por cuenta corriente, que anotó un déficit del 0,8% del PIB, debido al aumento del déficit energético y de rentas, y que no pudo ser compensado por la mejora del superávit por turismo. Esperamos que en 2023 se vuelva a una situación de superávit, gracias a la reducción del déficit por cuenta corriente y una mejora de la balanza de capital, que se beneficiará de la recepción de los fondos NGEU. El menor déficit corriente procederá de la corrección del déficit energético y de las buenas perspectivas para el sector turístico.