Persiste la resiliencia de la economía portuguesa
La demanda interna contribuyó con 1,4 p. p. al crecimiento del PIB, respaldada principalmente por el avance del consumo privado, que aumentó un 1,6%, impulsado por la recuperación del gasto en bienes duraderos. También destacó el significativo avance de la inversión, que creció un 2,4%, especialmente en material de transporte. Por su parte, la demanda externa aportó 0,9 p. p. al crecimiento, gracias al dinamismo de las exportaciones, que crecieron un 4,2% (2 puntos más que las importaciones), en especial las de servicios, +10,6%, gracias al tirón del turismo.
El resultado de 2023 y la expectativa de un 2024 que evolucione de menos a más, dado el esperado giro de la política monetaria del BCE, nos lleva a recortar 2 décimas, hasta el 1,6%, nuestra previsión de crecimiento del PIB para 2024. Los primeros indicadores conocidos referentes ya en 2024 apuntan a un crecimiento más moderado en el 1T: el indicador diario de actividad crece a un ritmo medio del 5,1% en enero-febrero (5,5% en el 4T 2023).
Tras el repunte de la inflación en enero hasta el 2,3%, en febrero volvió a retomar la senda descendente y la inflación general bajó hasta el 2,1%, y la subyacente hasta el 2,2%. En términos mensuales, el aumento de los precios fue muy modesto (menos de 1 décima), lo que refuerza nuestra idea de que la caída de la inflación se producirá de forma gradual a lo largo del año.
En 2023, el empleo volvió a crecer, por tercer año, a un ritmo alrededor del 2%, y con el volumen de ocupados más alto desde 2008; más de la mitad del empleo creado se concentró en construcción y hostelería. Sin embargo, la tasa de desempleo aumentó ligeramente, del 6,2% al 6,5%, reflejando la pérdida de fuerza del mercado laboral para absorber el notable crecimiento de la población activa (en 2023, aumentó un 2,4%, casi 125.000 personas). A lo largo de 2024, el empleo seguirá creciendo, pero a un ritmo algo más modesto; la desaceleración de la actividad, la incertidumbre que aún prevalece y los costes aún elevados frenarán el ritmo de contratación por parte de las empresas.
El turismo arranca en 2024 con 1,5 millones de visitantes y 3,5 millones de pernoctaciones en enero, lo que supone, en términos interanuales, un aumento del 1,8% y un descenso del 0,1%, respectivamente. No obstante, este último dato se explica por el debilitamiento del turismo residente: respecto a enero de 2023, los turistas residentes cayeron un 1% y las pernoctaciones de residentes, un 2,6%; con una caída muy significativa de las pernoctaciones en la Gran Lisboa (–11%) y Madeira (–17%). Para 2024, esperamos un nuevo crecimiento del sector, pero más contenido.
La balanza por cuenta corriente cerró 2023 con un superávit del 1,4% del PIB, el primer saldo positivo en cuatro años (déficit del 1,1% en 2022). Los principales responsables de esta mejora fueron la balanza energética, cuyo déficit se redujo 2,1 p. p. hasta el 2,7%, y los superávits de servicios, tanto turismo (+7,1%, +7 décimas) como el resto de servicios (+3,5%, +9 décimas). Solo la balanza de bienes no energéticos empeoró, con un déficit del 6,7% del PIB (–6,1% en 2022).