Inversión en España: cantidad y ¿calidad?
La inversión fue una de las principales damnificadas por la crisis económica en España. Entre 2007 y 2013, la formación bruta de capital fijo (FBCF) descendió cerca de un 40% en términos reales, una caída claramente superior a la del PIB, del 8%. El peso de la inversión respecto al PIB pasó del 31% al 18%. Ahora que empieza a dar señales de recuperación, es un buen momento para hacer balance.
A pesar del desplome que experimentó la inversión, actualmente su peso respecto al PIB no es inferior al de los principales países desarrollados. En cambio, lo que sí parece una anomalía es la relevancia que tuvo durante los años previos a la crisis, fruto del boom inmobiliario: la inversión en construcción llegó a representar el 80% de la FBCF. Y es precisamente la inversión en construcción la que, entre los años 2007 y 2013, más se ha ajustado: en el 1T 2014 pasó a representar el 50% del total de la FBCF. La inversión en bienes de equipo y activos intangibles, las otras dos grandes partidas, siguen teniendo un peso respecto al PIB similar al de los principales países desarrollados. Por ejemplo, en España ascendía al 7,9% del PIB en el 1T 2014, mientras que en Alemania y el conjunto de la eurozona su peso se situaba en el 7,4% y el 7,6%, respectivamente.
El volumen de inversión, por lo tanto, no parece que represente el principal problema en España, como mínimo cuando se compara con los principales países desarrollados. La calidad, sin embargo, es igualmente importante. Aunque es difícil obtener una medida directa de la calidad, los indicadores de competitividad que publica el Foro Económico Mundial son útiles, ya que permiten identificar en qué dimensiones existe un margen de mejora. Como se puede apreciar en la tabla adjunta, la puntuación que otorgan los principales indicadores que determinan la capacidad de una economía de dirigir sus recursos hacia los usos más eficientes no es muy buena si se compara con los principales países avanzados.
Otro factor determinante de la calidad y la cantidad de la inversión es la distribución del tamaño empresarial. Las grandes empresas suelen invertir una proporción mayor de sus recursos que las de tamaño inferior. La diferencia es especialmente notable por lo que se refiere a la inversión en I+D. Según datos de la fundación SEPI para el sector industrial español, las empresas de más de 200 trabajadores invirtieron entre 2008 y 2011 el 1,3% de sus ingresos, el doble que las empresas de menos de 200 trabajadores. Asimismo, la calidad de la inversión que llevan a cabo también parece que, por regla general, es mejor. Según la misma fuente, las grandes empresas suelen hacer un seguimiento más exhaustivo de los proyectos de innovación, y la tasa de éxito suele ser mayor.
Todo indica, por tanto, que España puede mejorar la calidad de su inversión. Los indicadores de competitividad ofrecen aspectos clave en los que puede mejorar la economía española. Un mayor tamaño empresarial también parece que sería de gran ayuda.