La evolución reciente del peso de las rentas del trabajo
El peso de las rentas del trabajo sobre el PIB es una variable con importantes implicaciones económicas, políticas y sociales cuyo análisis reviste especial interés en momentos convulsos como los que vivimos.
Los últimos tres años han sido testigos de la irrupción de una pandemia y el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. Con este trasfondo convulso, es de interés repasar el comportamiento reciente de las rentas del trabajo sobre el PIB, una variable muy relevante que se relaciona con temas de desigualdad, competitividad, cambio tecnológico y otras dinámicas estructurales.1
El peso de las rentas del trabajo sobre el PIB, medido habitualmente a través de los datos de remuneración de los asalariados en la CNTR, típicamente presenta un comportamiento contracíclico. Es decir, aumenta durante periodos de recesión y disminuye en las fases expansivas. Este comportamiento se debe en buena medida a que, durante una crisis, las empresas prefieren retener en la medida de lo posible a sus trabajadores para evitar más adelante, cuando la economía sale de la crisis, los costes asociados a encontrar empleados que se ajusten al perfil requerido. Este comportamiento, en España, habitualmente ha sido menos marcado que en otros países desarrollados, debido a la fuerte dualidad que tradicionalmente ha presentado el mercado laboral y que se ha reflejado en una mayor propensión al despido ante episodios de recesión.
En el primer gráfico, podemos comparar cómo varió el peso de la renta del trabajo sobre el PIB cuando empezó la gran crisis financiera (GCF) en el 2008 y desde el inicio de la pandemia en el 2020. Tal y como comentábamos anteriormente, queda claro el comportamiento contracíclico del peso de la renta del trabajo en ambas crisis. Sin embargo, también salta a la vista que el patrón fue mucho más marcado durante la pandemia que durante la GCF. Durante la pandemia, las rentas del trabajo llegaron a aumentar su peso hasta 5 p. p. desde su punto precrisis (4T 2019) y durante buena parte del 2020 y 2021 se mantuvieron cerca de 3 p. p. por encima. Según el último dato del 3T 2022, el peso de las rentas del trabajo aún se emplaza casi 1 p. p. por encima. En contraposición, durante la GCF, el peso de las rentas del trabajo apenas llegó a aumentar 1 p. p. en su punto máximo.
- 1. La literatura económica académica hace muchos años que analiza la caída gradual pero sostenida del peso de las rentas del trabajo sobre el PIB. Véase el Dossier «Las rentas del trabajo en perspectiva» en el IM02/2014.
Este comportamiento contracíclico más marcado de las rentas del trabajo durante la pandemia está sin duda relacionado con las medidas de protección de la renta de los hogares que se implementaron durante el 2020. En particular, destaca la introducción de los ERTE, que permitieron que más de tres millones de trabajadores dejaran de trabajar (de manera total o parcial) sin perder su empleo, de tal modo que su salario no se vio tan afectado como si los hubieran despedido y, además, su reinserción laboral posterior fue mucho más rápida.
Estas políticas económicas, que han tenido un impacto sobre el comportamiento cíclico del peso de las rentas del trabajo sobre el PIB, también han tenido un reflejo en la manera en la que se distribuyó el ajuste de la caída de la actividad entre los trabajadores. Así, el segundo gráfico muestra las contribuciones al crecimiento de la remuneración de los asalariados según tres márgenes: la remuneración por hora trabajada (salarios), las horas trabajadas por asalariado (margen intensivo) y los asalariados (margen extensivo).
Tal y como se puede observar en el 2020, y en particular en el 2T del año, la caída que se observó de la remuneración de los asalariados fue debida, en su mayor parte, a una caída de las horas trabajadas por asalariado (margen intensivo), mientras que la contribución de la caída del número de asalariados fue mucho menor (margen extensivo). Esta caída de la remuneración de los asalariados que vemos en el 2020 es coherente con el aumento del peso de las rentas del trabajo que hemos visto en el primer gráfico. Así, las rentas del trabajo ganaron peso sobre el PIB porque cayeron en menor medida que el conjunto del PIB.2
Asimismo, en el 2T 2021, trimestre en el que se produjo una reapertura significativa de la economía, fue de nuevo el margen intensivo el que impulsó la recuperación de la remuneración de los asalariados, gracias a que los ERTE permitieron una reincorporación muy rápida al trabajo de los trabajadores que se acogieron a esta figura.
Por último, el gráfico también muestra que, desde el 3T 2021, el crecimiento de la remuneración de los asalariados se ha estabilizado y ha pasado a apoyarse de una manera más clara sobre el crecimiento del empleo (margen extensivo).
La preponderancia del margen intensivo para explicar las fluctuaciones de la remuneración de los asalariados contrasta con la experiencia durante la GCF. Tal y como muestra el último gráfico, durante la GCF fue el margen extensivo, en lugar del intensivo, el que explicó la mayor parte de la fluctuación de la remuneración de los asalariados.
- 2. La remuneración de los asalariados cayó, por ejemplo, en el 2T 2020, un 12,2%, mientras que el PIB descendió un 21%.
En definitiva, en este artículo hemos visto cómo las rentas del trabajo aumentaron su peso durante la pandemia en mayor medida de lo que era habitual en el pasado. Este comportamiento más contracíclico tiene origen en el cambio estructural del mercado laboral español. Así, los ERTE permitieron que el mercado laboral se ajustara mediante la reducción de las horas trabajadas por trabajador en lugar de recurrir al despido de manera masiva. De este modo, el impacto de la crisis se ha podido distribuir entre los trabajadores de una manera más uniforme, en lugar de concentrarse en el grupo de trabajadores que pierden el empleo.3
- 3. El artículo «La desigualdad salarial en España vuelve a la casilla prepandemia» del IM07/2022 muestra cómo la desigualdad en España recuperó el nivel precrisis durante la pandemia mucho más rápidamente que tras la gran crisis financiera. De nuevo, el comportamiento diferencial del mercado laboral durante la pandemia es uno de los factores clave detrás de este resultado.