La industria manufacturera española se abre paso entre el shock energético, el aumento de los tipos de interés y la ralentización de la demanda externa
La industria manufacturera española ha superado con relativo éxito el impacto de diversos shocks exógenos que han sacudido el escenario económico europeo en los últimos años.
La industria manufacturera española ha superado con relativo éxito el impacto de diversos shocks exógenos que han sacudido el escenario económico europeo en los últimos años. Si primero fueron las disrupciones en las cadenas globales de suministros tras la pandemia, en 2022 llegó la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, con el consiguiente efecto sobre la inflación y el endurecimiento de la política monetaria del BCE. Pese a todas las adversidades, el sector recuperó en 2023 los niveles prepandémicos, tanto en términos de VAB como de empleo, gracias a una posición financiera relativamente sólida, el alivio de los cuellos de botella y la contención de los costes de producción.
Tras el shock energético derivado de la guerra en Ucrania, la industria manufacturera española tuvo un comportamiento débil, aunque mejor que el de otros países de su entorno. Esto se ha debido, básicamente, al menor protagonismo de los sectores intensivos en el uso de energía, junto con una menor dependencia del gas ruso, y a la mayor capacidad de nuestra economía para diversificar las fuentes de suministro energético.
La industria manufacturera española tuvo un comportamiento débil en 2023, aunque mejor que el de otros países de su entorno, básicamente por nuestra mayor diversificación energética
El balance del año 2023 arroja luces y sombras. En primer lugar, el valor añadido bruto (VAB) en términos reales siguió creciendo, concretamente un 3,3%, un valor algo inferior al del año anterior (4,4%), pero por encima del conjunto de la economía (2,5%),13 de modo que a finales de 2023 superaba en un 3,6% los niveles prepandemia de 2019. Por su parte, los afiliados crecieron un 1,5% en media anual, un ritmo que se situó por debajo tanto del año 2022 (2,3%) como del crecimiento de los afiliados del conjunto de la economía (2,7%). El crecimiento del VAB por encima del empleo muestra las continuas mejoras de productividad que ha registrado el sector manufacturero.
- 13. La industria manufacturera contribuyó con 0,38 p. p. al crecimiento del PIB, la menor aportación en tres años (0,51 p. p. en 2022), pero por encima del promedio de 2014-2019 (0,26 p. p.).
Luces y sombras de la industria manufacturera en 2023: el shock energético se corrigió más rápido de lo previsto, pero surgieron otros factores condicionantes
Por el lado menos positivo, tras el extraordinario crecimiento del año anterior (en un contexto de fuerte subida de los precios que alcanzó el 7,7% en 2022), la cifra de negocios se redujo ligeramente en 2023 (–1,6%), mientras que la producción (IPI) se estancó. Por último, las exportaciones manufactureras, lastradas por el encarecimiento de costes y el debilitamiento de la demanda externa, anotaron una caída en volumen del 7,6%.14
- 14. En términos nominales, las exportaciones manufactureras cayeron un 0,4%.
En definitiva, 2023 fue un año complicado para el sector manufacturero. Si bien los shocks que lastraron su evolución en los años anteriores se fueron suavizando (en el caso de la crisis energética, más rápido incluso de lo que esperábamos en el arranque del año), nuevos factores bajistas, como el debilitamiento de los principales socios comerciales y el aumento de los tipos de interés, aparecieron en escena, limitando el ritmo de crecimiento del sector.
Las disrupciones en las cadenas globales de suministros, que se dejaron sentir en la segunda mitad de 2021 y, sobre todo, en 2022, afectaron especialmente a la fabricación de papel, productos metálicos, equipo eléctrico y, en particular, a la fabricación de productos informáticos y vehículos de motor, dañados por la escasez de microchips y semiconductores.
A lo largo de 2023, las tornas cambiaron y el sector manufacturero se desenvolvió en un entorno más favorable. Según la encuesta trimestral de sentimiento empresarial elaborada por la Comisión Europea, en el 1T 2024 el 7,6% de las empresas manufactureras señalaron la escasez de materiales o de equipo como factor limitante de la producción, una proporción sensiblemente inferior a la registrada un año antes (19,0%) y, sobre todo, en el conjunto de 2022, cuando superó el 26,0%.
El sector manufacturero se encuentra actualmente en mejores condiciones para afrontar nuevos episodios disruptivos en los mercados mundiales
Más recientemente, los ataques que los barcos mercantes están sufriendo desde mediados de diciembre en el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes del Yemen están forzando un desvío hacia rutas alternativas más largas, con el consiguiente aumento de los costes de transporte. No obstante, el actual incremento de costes no está siendo tan intenso como lo fue durante la pandemia, de modo que el impacto de esta situación sobre la producción del sector manufacturero sería, por ahora, muy contenido. A ello están contribuyendo la debilidad de la demanda global y la descongestión en la industria logística antes de los ataques.15
- 15. Banco de España (2024): «El impacto económico de las tensiones en el mar Rojo. Qué nos dice el índice de cuellos de botella del Banco de España», blog del 31 de enero.
Si bien es cierto que la crisis energética se resolvió más rápido de lo que se esperaba y los precios de la energía descendieron de forma muy significativa tras el fuerte repunte del año anterior, el impacto del aumento de costes se fue absorbiendo progresivamente a lo largo de 2023; es decir, las consecuencias del shock energético de 2022 todavía condicionaron de forma significativa el sector manufacturero en 2023. Dentro de la debilidad que ha caracterizado al sector manufacturero a lo largo de los últimos dos años, el comportamiento no ha sido homogéneo por ramas de actividad, en función, básicamente, del grado de exposición al encarecimiento de los precios internacionales del gas y el petróleo: fueron las ramas más intensivas en el uso de estos inputs las que han mostrado una mayor fragilidad16 (véase la siguiente serie de gráficos). Entre estas ramas se encuentran la industria auxiliar de la construcción (que incluye metalurgia y fabricación de productos minerales no metálicos y productos metálicos), la papelera, la química, la maderera y la de fabricación de plásticos.17
- 16. Las ramas manufactureras más expuestas al shock energético se identifican a partir de las tablas input-output del INE para el año 2016, de donde se obtiene el peso de la energía dentro de la estructura de costes. Para más detalle, véase «El encarecimiento de la energía y su impacto en la industria manufacturera: ¿a qué sectores está afectando más?», en el IS Industria Manufacturera 2022.
- 17. Se excluye la rama de coquerías y refino de petróleo, ya que puede distorsionar el análisis.
El encarecimiento de los precios internacionales del gas y el petróleo, a raíz de la guerra en Ucrania, impactó de forma notable en la factura energética de la industria manufacturera
Indicadores de actividad del sector manufacturero
La producción manufacturera de las ramas más dependientes de la energía cayó un 3,9% en 2023, frente al crecimiento del 5,6% que registraron el resto de las ramas; de este modo, los niveles de diciembre de 2023 seguían por debajo de los de 2021 (–5,3% vs. +14,4% el resto de las ramas). En términos de empleo, los afiliados en las ramas más expuestas al shock crecieron en diciembre de 2023 un 1,2% interanual y un 2,2% respecto a diciembre de 2021, por debajo del resto de ramas (2,0% y 3,7%, respectivamente).
En cuanto a la cifra de negocios, contrasta el descenso que anotaron en 2023 las ramas intensivas en energía (–8,9%) con un incremento en el resto (+6,0%): respecto a 2021, los niveles son un 7,6% y un 33,0% superiores, respectivamente. Por último, el deterioro de las exportaciones en 2023 fue generalizado por ramas manufactureras, pero más profundo en las intensivas en energía, con una caída en volumen del 9,0% (–6,4% en el resto de las ramas); en consecuencia, las primeras acumulan un retroceso del 14,8% respecto a los niveles de 2021, en contraste con el resto de las ramas, cuyas exportaciones se encuentran un 3,7% por encima.
Aunque el encarecimiento de los costes de producción de los últimos años ha estado monopolizado por la energía, también se han visto afectados otras materias primas y bienes intermedios, con el consiguiente impacto sobre el sector manufacturero.18 Tras el notable crecimiento en 2021 y 2022, el pasado año los consumos intermedios registraron un ligero descenso (–0,4%), fruto del retroceso del valor de las importaciones (–1,4%), en un contexto de contención de los precios internacionales de la energía, parcialmente contrarrestado por el leve avance de las compras interiores (+0,1%).
- 18. Es el sector más afectado por episodios de esta naturaleza, dado que el valor de sus consumos intermedios equivale a alrededor de tres cuartas partes de sus ingresos, muy por encima del peso en los servicios o el sector primario (38% y 45%, respectivamente).
La contención de los consumos intermedios en 2023 permitió a la industria manufacturera moderar la estrategia de fuertes subidas de precios de venta llevada a cabo los años anteriores, con el fin de compensar las presiones sufridas por el lado de los costes. Así, mientras que en 2022 los ingresos de estas empresas crecieron un 17,4%, impulsados por las ventas en volumen (+4,1%), pero, sobre todo, por los mayores precios de venta (+12,7%), en 2023 el crecimiento de los ingresos fue del 2,6%, con los precios subiendo un 2,8% y un volumen de ventas prácticamente estancado.
La moderación de los costes de materias primas y bienes intermedios ha permitido revertir el alza de precios en el sector manufacturero
Gracias a esta estrategia de precios, la industria manufacturera ha conseguido amortiguar el incremento de costes de los últimos años y, al mismo tiempo, sostener su nivel de beneficios. En este sentido, los márgenes sobre ventas de la industria, excluidos los sectores energético y alimentario, iniciaron a finales de 2022 una senda ascendente hasta superar, en el 3T 2023, los niveles prepandémicos. Esta recuperación se ha apoyado, fundamentalmente, en la reducción de los precios de las materias primas y se concentra en las ramas relacionadas con la producción de bienes de equipo y de transporte; en el resto de las ramas, los beneficios se han recuperado en menor medida y aún se encontrarían ligeramente por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.19
- 19. Banco de España (2024): Observatorio de Márgenes Empresariales, Informe trimestral 2023 T3.
Los gastos financieros de las empresas manufactureras han aumentado a medida que el incremento de los tipos de interés de mercado se ha ido trasladando al coste de los préstamos. Así, según la central de balances trimestral del Banco de España, la carga financiera en manufacturas (industria sin energía y refino) fue del 10,9% en los tres primeros trimestres de 2023 (frente al 5,9% en 2022 y el 7,9% en 2019). En todo caso, el incremento de la carga financiera no ha sido más acusado gracias a la reducción del endeudamiento del sector manufacturero y la mejora del resultado empresarial.20 Asimismo, en 2023 se habría producido el impacto máximo del endurecimiento de las condiciones financieras sobre los pagos por intereses de los préstamos vivos, pues los tipos de interés de mercado ya han descendido de los valores máximos que alcanzaron el pasado otoño, y se espera que sigan una senda descendente a lo largo de 2024. En todo caso, las expectativas apuntan a que los tipos de interés permanecerán en niveles sensiblemente superiores a los vigentes en 2021, antes del ciclo de endurecimiento monetario.
- 20. Véase «Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas, segundo semestre de 2023», Banco de España, enero de 2024.
El menor endeudamiento y la mejora del resultado empresarial ha mitigado el impacto del aumento de los tipos de interés sobre el sector manufacturero
Según la encuesta semestral sobre el acceso a la financiación de las empresas del BCE (SAFE por sus siglas en inglés), de los cuatro grandes países de la eurozona, España es el único donde se redujo el porcentaje de empresas financieramente vulnerables:21 a mediados de 2023 se situó en el 7,3%, un porcentaje similar al de Francia y 2 puntos inferior al de Alemania e Italia. Por su parte, la brecha de financiación,22 que había aumentado de forma muy significativa en 2022, cuando empezaron a aumentar los tipos de interés, siguió siendo positiva, pero se redujo considerablemente en 2023. En concreto, un 4% de las empresas comunicó un ensanchamiento de esta brecha (frente al 6% en la encuesta anterior), que, en el caso de la industria, se redujo aún más, hasta el 1% desde el 11% anterior, al tiempo que mejoran las expectativas de disponibilidad de financiación.
- 21. Una empresa es vulnerable si registra simultáneamente una caída de la cifra de negocios y de los beneficios, un aumento de los gastos por intereses y un incremento o estabilización de la ratio de deuda sobre activos durante los seis meses anteriores.
- 22. Diferencia entre necesidad y disponibilidad de financiación externa, en términos netos; es decir, porcentaje de empresas que indican que han registrado un aumento de esta brecha menos porcentaje de aquellas que señalan una disminución.
La economía española cerró un año 2023 con un crecimiento más vigoroso de lo esperado, gracias, fundamentalmente, a una resolución de la crisis energética más rápida de lo previsto y a las buenas cifras del sector exterior español, muy ligado a los servicios, tanto turísticos como no turísticos. Las expectativas de la economía española para 2024 son alentadoras. Aunque el contexto en el arranque del año seguirá marcado por la incertidumbre geopolítica y unos tipos de interés en niveles elevados, otros factores apoyarán el crecimiento, en especial la fortaleza del gasto de las familias, gracias a la solidez de su posición financiera y la progresiva recuperación de su poder adquisitivo, y el despliegue de los fondos NGEU. En consecuencia, todo apunta a que la economía tendrá una evolución de menos a más, ganando tracción a lo largo del ejercicio, hasta alcanzar en el conjunto del año un crecimiento del 1,9%, muy por encima de la eurozona.
Todo apunta a que la economía tendrá una evolución de menos a más, ganando tracción a lo largo del ejercicio, hasta alcanzar en el conjunto del año un crecimiento del 1,9%
En este contexto relativamente favorable, esperamos que la industria manufacturera prolongue su dinamismo, aunque a un ritmo algo amortiguado. Así, el VAB del sector crecerá en torno al 1,8% en 2024, tasa muy próxima a la del conjunto de la economía. Por ramas de actividad, según el Indicador Sectorial de CaixaBank, en los últimos meses destaca positivamente la fabricación de material de transporte, en contraste con las industrias papelera, gráfica y textil, que son las actividades que peor se están comportando.