Balance del consumo de los hogares portugueses en 2022
El consumo de los hogares portugueses representa, nada más y nada menos, que el 63% del PIB del país (en España, la cifra está en torno al 56%). En 2022, anotó un fuerte crecimiento del 5,8% y contribuyó con 3,7 p. p. al crecimiento del 6,7% del PIB. En este artículo analizamos cómo se distribuyó el consumo de los hogares por tipo de gasto en 2022, ya superados los patrones de consumo provocados por la COVID-19.
El análisis que presentamos a continuación se basa en la evolución del consumo a precios constantes.1 El dato más destacable es que el consumo de bienes duraderos en 2022 permaneció por debajo de los niveles prepandemia a causa de la significativa reducción que sufrieron las ventas de automóviles. Recordemos que el consumo de automóviles había caído más del 10% en 2020, al disminuir drásticamente las necesidades de uso de medios de locomoción durante los periodos de confinamiento. En 2021, la persistencia de las restricciones a la movilidad todavía se podría considerar justificación suficiente de la débil recuperación. Sin embargo, la flaqueza del dato en 2022 se explica por las dificultades de producción que sufrió el sector del automóvil (y que todavía afronta) derivadas de los cuellos de botella en las cadenas de valor globales.
- 1. El desglose del consumo privado de las familias publicado por el INE es mayor a precios corrientes que el publicado para los precios constantes. Para un análisis más preciso, admitimos como hipótesis que el peso del gasto en automóviles y servicios en el consumo de las familias a precios constantes sería el mismo que el peso de estas partidas a precios corrientes; el resto de las partidas se calculan por la diferencia con respecto a los principales componentes a precios constantes.
Por el contrario, el gasto en otros tipos de bienes duraderos, que se mantuvo relativamente estable en los periodos de confinamiento, se disparó en 2022 llegando a superar en un 23% los niveles de 2019. El cruce de estos datos con los relativos al volumen de negocios en el sector minorista nos sugiere que este tipo de gasto se concentró principalmente en la reforma de la vivienda y en la adquisición de ordenadores y dispositivos de comunicación. Esta tendencia, visible desde prácticamente el inicio del confinamiento, se mantuvo en 2022 posiblemente como consecuencia del cambio de rutinas relacionadas con la prolongación del teletrabajo, que generaron necesidades relacionadas con la vivienda y la tecnología inexistentes o consideradas poco prioritarias hasta la fecha.
En cuanto a los bienes no duraderos, en 2022 se recuperaron con brío los bienes no alimentarios y los servicios, situándose solo un 1% por debajo de los niveles de gasto de 2019 (siempre hablamos en términos reales). Sin embargo, el gasto en bienes alimentarios tuvo un comportamiento bien distinto. La caída que sufrió en 2022 es una respuesta, en parte, al alza del precio de los alimentos. No obstante, también es cierto que este descenso se debe a una cierta normalización que acerca el patrón de consumo al comportamiento anterior a la pandemia.
En 2020 y 2021, años en los que los portugueses permanecieron más tiempo en sus casas, los gastos en productos alimentarios registraron un crecimiento acumulado de cerca del 5,5% con respecto a 2019, del 4,1% en 2020 y del 1,3% en 2021. A su vez, 2022 fue el primer año caracterizado al 100% por una normalidad de la actividad y de la movilidad, y, por lo tanto, también por una reducción del recurso al teletrabajo. Así lo corrobora también el gasto per cápita en productos alimentarios, que, a precios constantes, en 2022 ascendió a 2.367 euros, un 2% más que en 2019.
En conclusión, pese al innegable impacto de la elevada inflación en el gasto de las familias portuguesas, se podría decir que la evolución del consumo refleja, ante todo, el inicio de una normalización de la distribución del gasto de los hogares, y es muy probable que esta tendencia continúe en 2023.