El sector agroalimentario impulsa la recuperación
2020 pasará a la historia como el año de la COVID, pero también se recordará que, en un contexto durísimo, la respuesta de la cadena alimentaria fue extraordinaria y garantizó el suministro de forma ininterrumpida a todos los hogares españoles. Un año y medio después, el sector primario sigue mostrando un notable dinamismo, aunque ha dejado atrás el excepcional ritmo de crecimiento que registró durante los meses más críticos de la pandemia.
La industria agroalimentaria, más afectada por la caída de la actividad en 2020, ya ha rebasado su nivel precrisis en términos de la cifra de negocios, aunque en el mercado laboral aún no se han alcanzado los niveles de ocupación. Destaca la vigorosa recuperación de la fabricación de bebidas en el 1S 2021, que sufrió con intensidad el desplome del consumo en el canal HORECA y cuya cifra de negocios retrocedió un significativo 16,2% en 2020.
Los patrones de consumo de alimentos de los hogares españoles están volviendo a la normalidad de manera paulatina. Los datos internos de pagos con tarjeta en terminales de punto de venta (TPV) de CaixaBank muestran que el gasto de los españoles en supermercados sigue siendo elevado, pero que el gasto en restauración también se está recuperando con fuerza. Sin embargo, el gasto con tarjetas extranjeras en restaurantes, a pesar del repunte de este verano, sigue marcadamente por debajo de los niveles de 2019. Así, la recuperación incompleta del turismo internacional sigue afectando a los productos agroalimentarios más dependientes del canal HORECA.
El sector exterior muestra una evolución muy favorable. Las exportaciones agroalimentarias han acelerado el paso y han crecido un 4,0% en el conjunto de 2020 y un 10,4% interanual en el 1S 2021. Así, el agroalimentario aporta un 19,5% de las exportaciones de bienes de España, 2 puntos más que en 2019. A medio plazo, uno de los desafíos del sector para que las exportaciones sigan siendo un motor de crecimiento será promover una mayor sostenibilidad de los procesos productivos, especialmente en el sector primario, para mitigar el impacto medioambiental que esta actividad conlleva, un aspecto que analizamos con más detalle en el segundo artículo de este informe.
Además, también abordamos el sector del cerdo y del vino, dos productos de los que España es gran potencia productora y exportadora a nivel mundial. En el primer caso, destacamos el excelente comportamiento de las exportaciones de porcino en los últimos años, especialmente por la ingente demanda procedente de China, cuya producción doméstica se ha visto gravemente afectada por la peste porcina africana (PPA) y ha tenido que abastecerse a través de otros grandes productores.
El sector vitivinícola, por su parte, se está recuperando del duro golpe que supuso la pandemia al consumo en el canal HORECA. En cuanto a las exportaciones, constatamos una dinámica muy positiva de orientación hacia mercados con mayor precio medio, lo que debería ayudar a subsanar una de las principales debilidades de la exportación vinícola española (su bajo precio medio en relación con otros países de la UE). Además, España es líder mundial en producción de vino ecológico, un punto fuerte en un contexto en el que la demanda de productos de este tipo gana fuerza.