La situación financiera de los hogares españoles se fortalece
El vigor con el que se está recuperando la economía española está permitiendo que, poco a poco, la situación financiera de los hogares también vaya mejorando. Una muestra de ello es el notable avance del consumo, que en el 1T 2015 creció un 3,5% interanual. En este Focus se analizan los factores que están contribuyendo a la mejora de la posición financiera de los hogares, entre los que despuntan la buena evolución del mercado laboral y la relajación de las condiciones financieras.
Respecto al primer factor, la creación de ocupación en la actual etapa de recuperación ha sorprendido por su vitalidad y se ha traducido en un aumento de la masa salarial, la principal fuente de ingresos de los hogares. Es importante señalar que este incremento de la remuneración de los asalariados se ha producido en un contexto de contención salarial, necesaria para mantener la competitividad, y que esta explica, en parte, el dinamismo del empleo tras la salida de la crisis.
El segundo factor, la mejora en las condiciones financieras, ha propiciado la buena evolución de las rentas de la propiedad. Si bien es cierto que los intereses percibidos han disminuido, en neto los hogares se han beneficiado de los bajos tipos de interés gracias al mayor descenso de los intereses pagados. La disminución de los gastos financieros es consecuencia, en gran parte, del considerable esfuerzo de desapalancamiento de los hogares, que han rebajado su deuda en 13 p. p. del PIB desde 2008. Además, el coste medio de la deuda ha descendido del 4,6% que alcanzó en 2008 al 1,8% en 2014 (véase el primer gráfico).
La puesta en marcha del programa de compra de deuda soberana a gran escala por parte del Banco Central Europeo hace prever que el actual entorno de bajos tipos de interés en el mercado monetario persistirá al menos hasta el próximo año, y que después los tipos de interés iniciarán una gradual senda ascendente. En esta situación, la carga financiera de los hogares se mantendría en cotas muy reducidas: el coste medio de la deuda en el periodo 2015-2018 se situaría, en promedio, en los niveles actuales (1,9%). Por lo que respecta al stock de deuda, prevemos que la necesaria reducción del endeudamiento será compatible con la mejora de los flujos de financiación. Así, la deuda de los hogares en porcentaje del PIB disminuiría unos 2 p. p. adicionales por año, un ritmo similar al del periodo 2008-2014, aunque, en esta ocasión, sería a causa de un mayor crecimiento del PIB que de la deuda. Como resultado de esta evolución prevista de los tipos de interés y de la deuda, la carga financiera de los hogares seguiría estando en una cota razonable, alrededor del 2,1% de la renta bruta disponible (véase el segundo gráfico).
Ciertamente, este diagnóstico descansa en una evolución de los tipos de interés muy favorable para los hogares españoles, sobre todo para los más endeudados. Con el fin de analizar la vulnerabilidad de los hogares ante subidas de los tipos de interés, consideramos un escenario menos benévolo, en el que los tipos de interés se incrementan en 150 p. b. respecto al escenario base descrito, lo que equivale a una subida similar a la acaecida entre junio de 2010 y octubre de 2011, cuando se inició la crisis de deuda soberana en la eurozona. En este escenario, el coste medio de la deuda se situaría en el 2,8% y los gastos financieros representarían también el 2,8% de la renta bruta disponible, ambos porcentajes en línea con el promedio histórico. En un escenario más adverso, en el que los tipos de interés se incrementaran en 300 p. b. respecto al escenario base, el coste medio de la deuda se elevaría hasta el 4,2%, un nivel similar al de 2008. En cambio, la carga financiera se situaría en el 3,5% de la renta bruta disponible, una cifra elevada aunque sensiblemente por debajo del máximo alcanzado en 2008, gracias al menor nivel de deuda actual. En definitiva, este sencillo análisis de sensibilidad muestra que el desendeudamiento que han llevado a cabo los hogares en los últimos años ha fortalecido su posición financiera y su capacidad de hacer frente a shocks adversos.