La lucha por el turismo internacional en el Mediterráneo
Europa es el principal emisor turístico del mundo y la cuenca del Mediterráneo, su principal receptor. Esto beneficia doblemente a España, cuyo sector turístico es uno de los más consolidados de la región. Sin embargo, otros mercados están desarrollando con fuerza sus respectivas industrias turísticas y la vuelta a escena de Egipto, Túnez y Turquía ha modificado el entorno competitivo de los últimos años.
Que España sea el segundo destino turístico mundial no es una casualidad. Esta posición aventajada es fruto de muchos factores, como el amplio abanico de su oferta turística, la calidad de las infraestructuras, la competitividad de los precios o una elevada percepción de seguridad. De todos ellos, la situación geográfica ha tenido, históricamente, un papel fundamental en el desarrollo de la industria turística española: además de regalarnos unas temperaturas cálidas durante gran parte del año, nos ubica en la principal región emisora de turistas del mundo (el continente europeo emite el 48% del turismo mundial, según datos de la Organización Mundial del Turismo, OMT). No obstante, España no es el único mercado receptor que disfruta de esta privilegiada situación geográfica, puesto que multitud de países que rodean el Mediterráneo, a lo largo del Sur de Europa, Oriente Próximo y el Norte de África, han desarrollado también sus industrias turísticas de manera apreciable. Tanto es así que la cuenca mediterránea se ha consolidado como el principal hub turístico global, registrando 269 millones de llegadas de turistas internacionales en 2018, el 19,7% del turismo global1 .
La región del Mediterráneo ha estado creciendo de manera casi ininterrumpida desde 1995 a un ritmo promedio del 4,9% anual. Las únicas excepciones fueron el año 2009, por la crisis financiera global, y el 2016, por el fuerte repunte de la inestabilidad interna en Turquía y Egipto. En 2019, según estimaciones de la OMT, la industria turística del Mediterráneo continuó atrayendo a un mayor número de turistas, creciendo un 5,8% con respecto a 2018 y afianzando su posición como hub turístico internacional.
- 1. Definimos la región de la cuenca del Mediterráneo como el agregado de España, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania, Malta, Grecia, Chipre, Turquía, Líbano, Israel, Egipto, Túnez y Marruecos. Francia no se incluye en la región debido al moderado peso que supone el turismo en su costa mediterránea (Costa Azul) con el 14% del total nacional.
Destino de los turistas internacionales en el mundo y en la cuenca del Mediterráneo
% sobre el total
Los países de la cuenca mediterránea atraen a cerca del 20% del turismo mundial, y España es su principal mercado receptor
Desde una perspectiva local, la región del Mediterráneo está compuesta, en buena parte, por mercados muy consolidados, como España (30,4% del total), Italia (21,6%) o Grecia (10,1%). Por otro lado, es también significativa la presencia de destinos turísticos emergentes, como Turquía (14,0%), Croacia (5,8%) o Albania (1,7%). Esta coexistencia de mercados maduros y mercados emergentes incentiva la competencia entre las industrias turísticas apuntaladas y las que están en fase de crecimiento, que tienden a ganar cuota de mercado a costa de las primeras. Sin embargo, el elevado crecimiento turístico que ha experimentado el conjunto de la región matiza este entorno de ganadores y perdedores, ya que, a pesar de haber perdido algo de peso en la región, los mercados consolidados han continuado ascendiendo en términos absolutos.
Uno de los factores que ha influido en la evolución de la industria turística española en los últimos años ha sido la situación de Egipto, Túnez y Turquía. Así, el periodo de elevado aumento del turismo internacional que registró España entre 2011 y 2016 coincide con el largo periodo de inestabilidad que sufrieron Egipto y Túnez a raíz de la Primavera Árabe en 2010, así como con el episodio de inseguridad sufrido en Turquía entre 2015 y 20162 . Unos años durante los que la percepción de inseguridad por parte de los turistas laminó la capacidad de crecimiento de la industria turística en esos tres países, hasta el punto de que el volumen de turistas internacionales cayó a un ritmo promedio del 4,2% anual entre 2011 y 2016. Por su parte, este contexto de menor competencia para España contribuyó a que las llegadas de turistas internacionales crecieran a un ritmo considerablemente elevado, del 6,1% anual.
- 2. CaixaBank Research ya hizo referencia a esta correlación en el «Informe Sectorial de Turismo - Enero 2019».
Flujos de turistas internacionales con destino a la cuenca del Mediterráneo por país receptor
Millones de turistas
En 2018, esta situación tan beneficiosa para el mercado español llegó a su fin. Egipto, Túnez y Turquía volvieron a registrar niveles récord de entrada de turistas y crecieron, en conjunto, un 15,6% anual. La vuelta a escena de Egipto, Túnez y Turquía ha modificado el entorno competitivo que se venía dando en años previos. En esta tesitura, la cuestión que se plantea es qué países y con qué intensidad se van a ver más afectados por la recuperación de estos destinos.
Para responder esta cuestión y entender bien las dinámicas de la competencia en la cuenca del Mediterráneo, hemos llevado a cabo un sencillo ejercicio en el que estudiamos cómo se correlacionan las variaciones en las cuotas de mercado del turismo internacional de los diferentes países de la región3 . Con ello, tratamos de entender de qué competidores sustrae la demanda un determinado país cuando este gana cuota de mercado en el Mediterráneo.
- 3. Para ello, utilizamos el concepto de brecha de crecimiento del número de turistas internacionales, que se define como la desviación del crecimiento observado con respecto de su tendencia. Definimos el crecimiento tendencial para cada país y año como el crecimiento del número de turistas que mantiene constantes sus cuotas de mercado. El objetivo es obtener una medida que refleje el crecimiento originado por ganancias o pérdidas relativas de competitividad de cada país (shocks de oferta), que reflejan mejor cómo compiten las industrias turísticas de cada país.
Egipto, Túnez y Turquía volvieron a entrar en escena en 2018 y han modificado el entorno competitivo de los últimos años
Los resultados de este ejercicio se muestran en la siguiente tabla, en la que se identifican tres focos de interés:
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Los principales competidores de España son Turquía y Egipto. De hecho, el nivel de competencia entre estos tres países es el más elevado de la región. Por otro lado, vemos que Túnez plantea considerablemente menos competencia que los primeros, por lo que no parecería del todo acertado referirse al conjunto de Turquía, Túnez y Egipto cuando hablamos de los mercados competidores de España, tal y como se hace tradicionalmente.
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Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos conforman un claro frente de competencia para todos los países del sur de Europa.
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La competencia entre los países del sur de Europa es muy leve. De hecho, existe un efecto de hub turístico en la región, puesto que sus cuotas de mercado tienden a incrementar o a disminuir de manera conjunta. Es decir, hay una baja o nula intensidad de la competencia entre España, Italia, Croacia, Chipre y Malta.
Nivel de intensidad de competencia bilateral en el Mediterráneo
Índice (Mín.: 0, Máx.: 10)*
Una vez estudiado cómo se compite en el Mediterráneo y, más concretamente, habiendo identificado a Turquía y Egipto como los principales competidores de España, pasa a ser de interés analizar la dinámica de crecimiento de dichos competidores y cómo esta ha afectado a la capacidad de crecimiento de España.
En la primera década del siglo XXI, las industrias turísticas de Turquía y Egipto experimentaron una gran expansión, pasando de registrar un 9,0% de las llegadas de turistas internacionales al Mediterráneo en 1999 a un 23,1% en 2010. Tal y como se puede observar en el siguiente gráfico, según nuestras estimaciones, el elevado crecimiento que experimentaron habría desviado alrededor de 8,3 millones de turistas que hubieran recalado en el mercado español4 . Por su parte, el deterioro de la capacidad competitiva de Turquía y Egipto entre 2011 y 2016 contribuyó a un crecimiento extraordinario de 7,8 millones de turistas internacionales en España. Finalmente, nuestras estimaciones apuntan a que los vientos de cola se habrían disipado en 2017 y 2018, dado que la competencia con ambos países volvió a contribuir negativamente al crecimiento del número de turistas internacionales en España (desvío de 3,5 millones de turistas).
- 4. Para mayor detalle sobre la metodología véase «Nota metodológica sobre el efecto de la competencia de Turquía y Egipto sobre el turismo en España (IS Turismo 1S 2020)», Documento de Trabajo CaixaBank Research de próxima publicación en www.caixabankresearch.com.
El gran crecimiento del turismo en ambos países en 2019 desvió cerca de 2,3 millones de turistas que de otra manera hubieran viajado a España
En 2019, el número de turistas que visitaron Turquía y Egipto mantuvo un ritmo de crecimiento destacable, según las estimaciones del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés). Concretamente, el mercado turco creció un 12,8%, mientras que el egipcio lo hizo un 17,8%. Además, una de las fuentes de crecimiento del turismo en estos dos países fue el incremento de las llegadas de turistas alemanes a Turquía, y de turistas alemanes y británicos a Egipto, dos nacionalidades que suponen cerca del 35% del turismo internacional en España. Según nuestras estimaciones, este crecimiento tan considerable del turismo en Turquía y Egipto podría haber desviado alrededor de 2,3 millones de turistas que de otra manera hubieran viajado a España. Con ello, estimamos que en 2019 la entrada de turistas en España creció a un ritmo contenido del 1,1%, una tasa de crecimiento que hubiera sido del 4,0% si se elimina el efecto que supone la competencia planteada por Turquía y Egipto ese año.
Efecto de la competencia con Turquía y Egipto sobre el crecimiento de las llegadas de turistas internacionales a España
Variación anual (millones de turistas)
Caracterización de los mercados competidores de España
A pesar de que Turquía y Egipto son los dos mercados que plantean una competencia más intensa a España, no son los únicos. Fijarse en las perspectivas de otros competidores como Túnez, Marruecos e Israel también puede aportar información relevante. Según la WTTC, las previsiones de crecimiento del turismo internacional apuntan a un crecimiento vigoroso en estos tres mercados para 2019, tal y como se puede observar en el gráfico anterior. Así, es de prever que el entorno competitivo en el que se encuentra la industria turística española se endurezca, tanto por la recuperación de sus grandes competidores como por el crecimiento del resto de pequeños competidores del mercado. Esta circunstancia contribuirá a limitar la capacidad de crecimiento en volumen del turismo en España. Esto significa que, en un contexto en el que la región del Mediterráneo crecerá a un ritmo elevado, apoyada por los mercados emergentes que la componen, la industria turística nacional captará una menor proporción de estos nuevos flujos de turistas que llegarán a la cuenca mediterránea en los próximos años.
En conclusión, el nuevo entorno competitivo en el que se halla la cuenca del Mediterráneo será un factor que condicionará el crecimiento de la industria turística española en los próximos años. A pesar de ello, la capacidad de crecimiento de la industria turística española no está en entredicho, dado que los pilares sobre los que se ha construido su liderazgo continúan siendo muy sólidos. No hay que obviar que España continúa siendo el destino turístico más competitivo del mundo, a una buena distancia de sus competidores en el Mediterráneo5 . En este contexto, insistir en un crecimiento basado en un turismo de mayor calidad es una de las claves que puede garantizar una buena salud del sector a largo plazo, algo que la propia industria turística española lleva señalando desde hace años.
- 5. Véase «The Travel & Tourism Competitiveness Report 2019: Travel and Tourism at a Tipping Point», elaborado por el World Economic Forum.