Actividad y crecimiento

El crecimiento de la productividad en Europa: bajo, desigual y en desaceleración

Aumentar el crecimiento de la productividad es uno de los principales retos que Europa tiene por delante. Como señala el artículo introductorio de este Dossier, «Momento Europa: es hora de reforzar nuestra competitividad», es urgente actualizar el tejido productivo del Viejo Continente. El rápido cambio tecnológico lo permite. Además, el contexto global, cada vez más competitivo y con una creciente desconfianza hacia las instituciones multilaterales, lo hace imprescindible.

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Erik Solé Vives
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La productividad ha crecido de forma sostenida en la UE durante las dos últimas décadas. El crecimiento anual promedio del PIB por hora trabajada1  entre los años 2000 y 2022 se sitúa en el 1,2%, y solo se observa una tasa de crecimiento negativa en los años 2008 y 2009, en plena crisis financiera global. Así, en 2022 la productividad era un 26,6% superior a la del año 2000.

  • 1. Para calcular la tasa de crecimiento de la productividad se utiliza el PIB a precios constantes de 2015 por hora trabajada para eliminar el efecto de la inflación y obtener una medida del crecimiento de la productividad en términos reales.
Evolución de la productividad

De todas formas, cabe apuntar que el ritmo al que crece la productividad se ha reducido en los últimos años. En el conjunto de la UE, la productividad creció un 1,9% anual de media entre los años 2000 y 2006. En cambio, a partir de la crisis financiera, el ritmo de crecimiento se redujo de forma notable. Entre 2007 y 2022, el crecimiento anual promedio se sitúa en el 0,9%. El descenso del crecimiento de la productividad es un fenómeno generalizado en las principales economías desarrolladas. En EE. UU. ha pasado de crecer un 2,4% a un 1,3%; en el Reino Unido, de un 1,8% a un 0,4%, y en Japón, de un 1,5% a un 0,8%.

Estas cifras también ponen de manifiesto otro elemento: el crecimiento de la productividad en la UE ha sido inferior al de la economía estadounidense durante las últimas décadas. La diferencia puede parecer pequeña: solo 0,4 p. p. por debajo entre los años 2000 y 2022, en promedio. Sin embargo, como el diferencial se mantiene durante muchos años, las implicaciones acaban siendo importantes: la distancia entre la productividad de la economía europea y la de EE. UU. ha aumentado un 8,4% desde el año 2000.

Distribución de la productividad en las diferentes regiones europeas en el año 2000 y 2002

Desgranar la situación de la productividad en las distintas regiones europeas ayuda a entender las cifras que presenta el conjunto de la UE. Como se observa en el segundo gráfico, la distribución de la productividad se concentra en dos puntos diferentes. Hay un primer grupo de regiones que presenta un nivel de productividad relativamente bajo, y un segundo grupo de regiones que presenta un nivel más elevado. El pico del primer grupo se sitúa cerca del primer quintil de la distribución, que en el año 2000 se encuentra en un nivel de PIB por hora trabajada de 13,6 euros. El pico del segundo grupo se corresponde, también de manera cercana, con el percentil 80 de la distribución, con un PIB por hora trabajada de 31,4 euros. Entre ambos grupos se encuentran todas las regiones españolas.2

En las últimas décadas, el crecimiento de las regiones con un nivel de productividad inferior no ha sido suficientemente grande como para que la distancia entre unas y otras se reduzca en términos absolutos, muy al contrario. La distancia entre el primer grupo de regiones, las menos productivas, y el grupo formado por las regiones más productivas ha aumentado durante las últimas dos décadas. Concretamente, el primer quintil aumenta hasta los 30,1 euros en el año 2022 y el percentil 80 se sitúa en los 53,8. Así, la distancia entre las dos montañas se ensancha en 5,9 euros, o un 33,4%.3

El cinturón que arranca de Dinamarca, los Países Bajos y Bélgica, y baja por Alemania hasta llegar a Austria es el que se refuerza más en los últimos años (véase el tercer gráfico). Este conjunto de países concentra el 82% de las regiones que se sitúan en el rango más elevado de productividad en el año 2022, mientras que en el año 2000 esta cifra se situaba en el 75%. Visto de otra manera, el 48% de las regiones de estos países se situaba en el año 2022 en el top 20 de las regiones más productivas, mientras que en el año 2000 «solo» eran el 43%.

  • 2. Para un análisis más detallado, véase «Evolución de la productividad en Europa: una mirada regional», en www.cercledeconomia.com.
  • 3. La distancia entre el percentil 80 y el percentil 20 se amplía entre los años 2000 y 2022, tanto si se analiza la evolución de la distribución del PIB por hora trabajada en términos reales como ajustado por PPP.
Distribución de la productividad por regiones en los años 2000 y 2022

En cambio, muchas de las regiones francesas e italianas han perdido dinamismo en los últimos años. Italia en el año 2000 tenía cinco regiones en el grupo de productividad más elevada, mientras que en el año 2022 ya solo tenía una, la provincia autónoma de Bolzano, y las regiones del sur del país han pasado a un nivel de productividad baja. A Francia ya solo le quedan dos regiones con un nivel de productividad muy elevada, y el número de regiones en el rango de productividad elevada se ha reducido.

De todas formas, el crecimiento de la productividad de las regiones europeas más productivas ha sido modesto si lo comparamos con la mejora que han experimentado los estados de EE. UU. más productivos.4  Como se puede observar en el cuarto gráfico, la diferencia es importante: entre los años 2007 y 2022, de media, el crecimiento ha sido 1,1 p. p. superior. En cambio, el crecimiento de la productividad de EE. UU. sin estas regiones es bastante similar al del resto de las regiones europeas.

  • 4. El quintil de estados de EE. UU. más productivos, entre los que se encuentran California, Nueva York y Massachusetts, suponen el 31% del PIB americano. El quintil de regiones europeas más productivas supone el 29% del PIB de Europa.
Productividad en la UE-27 y en EE. UU.

En cuanto a las regiones españolas, en el año 2000 la mayoría se sitúan en la parte media de la distribución (en el tercer quintil de la distribución de productividad), el 58,82% concretamente, mientras que Madrid se encuentra en el nivel de productividad alto y el resto se encuentra en el nivel de productividad bajo. En general, las regiones de la mitad norte se encuentran en el grupo de productividad medio, mientras que las de la mitad sur se encuentran en el grupo de productividad baja. Entre los años 2000 y 2022, hay tres regiones que bajan al nivel de productividad bajo, de manera que la mayoría de las regiones pasan a estar en este grupo, el 52,9%, concretamente. La Comunidad de Madrid pasa al grupo de productividad media y el País Vasco es la única región que sube de nivel y asciende al grupo de productividad elevada.

En la parte baja de la distribución destaca el hundimiento de las regiones de Grecia, que pasan a situarse a la cola de la distribución de productividad europea. El 78,6% de las regiones que bajan del quintil 2 al 1 son griegas. En cambio, todas las regiones que suben del quintil 1 al 2 corresponden a diferentes países del este de Europa.

Erik Solé Vives
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