• El País Vasco, con 2,23 millones de habitantes, el 4,6% del total, es la octava región de España en términos demográficos.
• El PIB de la comunidad asciende a 79.350 millones de euros, lo que supone el 5,9% del PIB español, por lo que es la quinta región con mayor peso en el total nacional.
• El PIB per cápita (35.832 euros) es el segundo más elevado de España (un 27,2% por encima del agregado nacional). Destaca Álava, la provincia con mayor PIB per cápita del país, un 50,5% superior a la media.
• En la estructura productiva del País Vasco sobresale el elevado peso de la industria manufacturera (21,2% del PIB vs. 12,5% en media nacional), el segundo más alto del país tras Navarra: concentra el 10% de la producción manufacturera española, en la que destaca la fabricación de maquinaria, bienes de equipo, productos metálicos y material de transporte. En cambio, el peso de los servicios y, sobre todo, de la agricultura es muy inferior a la media.
• Su especialización industrial explica el elevado peso de las exportaciones de bienes en el PIB regional, el 41,0%, 12 puntos más que el promedio del país. Sus ventas al exterior ascienden a 32.640 millones de euros (2023), el 8,5% de las exportaciones españolas. Los principales bienes exportados son automóviles (18,5% del total) y bienes de equipo, sobre todo maquinaria industrial (11,7%) y material de transporte (10,8%). La región exporta el 20% de la maquinaria industrial del país, el 33% del hierro y acero y el 41% de los neumáticos y cámaras.

La economía del País Vasco está mostrando en 2024 un tono algo menos dinámico que el conjunto de España: estimamos que el PIB crecerá un 2,4% (vs. 2,8%). El crecimiento por debajo de la media se explica, principalmente, por la debilidad de la industria, con elevado peso en la región, afectada, a su vez, por la atonía de la demanda externa de bienes. Por el lado positivo, destaca la robustez de la construcción residencial y de los servicios, en especial comercio, hostelería y transporte.

Nuestra previsión apunta a un crecimiento del PIB en 2025 del 2,4%, ligeramente superior a la media (2,3%). Gracias al favorable posicionamiento estructural de su industria, la región es una de las que más puede beneficiarse de los fondos europeos; si a ello se añade la reducción de los costes de financiación en un contexto de política monetaria menos restrictiva, esperamos que la inversión sea un motor de crecimiento. Por su parte, la contención de la inflación y los recortes de tipos de interés apoyarán la reactivación del consumo.

El mercado laboral vasco está siendo algo menos dinámico que el del conjunto del país. Tras crecer un 1,6% en 2023, 1,1 puntos por debajo de la media, los afiliados frenan su avance en 2024 y crecen un 1,2% interanual en octubre, prácticamente la mitad que en España (2,5%): en el último año destaca la creación de empleo en actividades profesionales, educación y hostelería. Por su parte, la tasa de paro es una de las más bajas del país (7,6% en el 3T 2024 vs. 11,2% de media).

El índice de ventas minoristas (en volumen) muestra que, tras la fuerte caída anotada en 2022, una de las más intensas a nivel regional, el gasto de las familias está teniendo en los últimos dos años un comportamiento similar al del conjunto de España, con crecimientos del 2,6% en 2023 y del 1,8% interanual en enero-septiembre de 2024 (2,9% y 1,6% de media, respectivamente). En todo caso, el índice aún no ha recuperado los niveles prepandemia (2019): en concreto, se encuentra un 1,4% por debajo (vs. +3,8% en España).

El dinamismo de la actividad industrial del País Vasco en 2022, apoyado en las ramas energéticas (la región cuenta con una refinería), se quebró el año pasado, con un fuerte retroceso del IPI (–3,0% vs. –1,6% en España), lastrado por la normalización del componente energético y el debilitamiento de la demanda global. Este año, con datos hasta septiembre, se prolonga el deterioro, con un descenso del 0,7% interanual (vs. +0,2%), de modo que se mantiene muy alejado, un 5,4% por debajo, de los niveles de 2019 (–1,7% en el conjunto del país).

Al igual que la industria, las exportaciones vascas sufrieron un notable frenazo en 2023 y prácticamente se estancaron, mejorando, no obstante, los registros de España (0,3%
vs. –1,4%): destacó el empuje de las exportaciones de bienes de equipo (sobre todo material de transporte y maquinaria industrial) y automoción, en contraste con el fuerte deterioro sufrido por las ventas de productos energéticos, afectadas por la corrección de los precios de derivados del petróleo, y de semimanufacturas, en especial metales. En 2024, el comportamiento sigue siendo negativo, con un retroceso del 4,7% interanual hasta agosto (–0,5% en España).