Innovación en España: algo por debajo de la UE
¿Cuán innovadora es España en relación con sus socios europeos? Analizamos la evolución de la posición de España en el índice de innovación de la Comisión Europea.
La innovación es una variable clave para aumentar el crecimiento potencial de las economías. En este artículo analizamos la evolución en España del índice construido por la Comisión Europea para poner un poco de luz en esta temática.
Este índice de innovación1 se construye a partir de 32 indicadores agrupados en 12 dimensiones tales como: atracción de talento, inversión en investigación y desarrollo, y uso de tecnologías de la información. En 2023, de las 38 economías europeas analizadas, el valor más bajo del índice lo presentaba Ucrania (índice de 33 puntos) y el más elevado Suiza (índice de 151 puntos). Asimismo, la media del índice en la UE, de 108,5 puntos en 2023,2 se situaba un 11% por debajo de EE. UU., el paradigma de la innovación.
En 2023, el índice de innovación en España se situó en los 96 puntos, un 11% por debajo de la media de la UE. Hace siete años, cuando se introdujo este índice, España se situaba un 13% por debajo del promedio comunitario, así que, aunque hemos reducido algo la brecha con la eurozona, todavía estamos por debajo. En relación con nuestros principales pares europeos, en 2023 el índice en España se situaba un 15% por debajo de los niveles de Francia, un 25% por debajo de Alemania, un 1% por debajo de Italia, pero un 4% por encima de Portugal.
Constatados estos datos, ¿por qué España se sitúa en innovación algo por debajo de la UE y de nuestros principales socios europeos? Para contestar a esta pregunta comparamos España con la media europea en 2023 en algunas dimensiones clave del índice de innovación.
Los resultados, que se pueden observar en el tercer gráfico, muestran que España está claramente mejor que la UE en la fracción de trabajadores con competencias digitales avanzadas y relativamente cerca en empleo en ocupaciones intensivas en conocimiento. Por contra, dos dimensiones donde debemos mejorar (ya que nos encontramos muy atrás) es en el grado de innovación en pymes y en gasto en I+D invertido por el sector privado. El hecho de que España esté comparativamente mejor en competencias digitales avanzadas y en empleo tecnológico inyecta un mensaje esperanzador de cara a reducir la brecha con Europa. Tres reflexiones son en cualquier caso ineludibles. Primero, es esencial que no haya skill mismatches, de tal forma que estas habilidades se logren emparejar con puestos de trabajo con elevado potencial innovador. La evidencia hasta la fecha indica que alinear las habilidades de la oferta de trabajo con lo que piden las empresas es una asignatura pendiente de la economía española.3 Segundo, es esencial una mayor inversión en I+D para dar el salto cualitativo al que aspiramos. Y tercero, es imprescindible que en un país en el que las pymes son una parte muy importante del tejido productivo, los avances en innovación se difundan ampliamente en el tejido empresarial y que las pymes ganen escala.4
- 3. El 76% de las empresas reportan una brecha de habilidades entre lo que sus organizaciones necesitan y la formación que ofrece el sistema universitario. Al mismo tiempo, el 79% de las empresas informan de una brecha de habilidades entre los candidatos con formación profesional. Véase Canals, J. (2020), «Changes in the portfolio of skills needed by Spanish companies following COVID-19».
- 4.
En España, el nivel de productividad de las grandes empresas es más del doble que el de las microempresas. Además, varios estudios destacan que las grandes empresas tienen una mayor propensión a invertir en activos intangibles. Sin embargo, el peso de las empresas de tamaño mediano o grande en la economía española es menor que en otros países. En España, alrededor del 35% de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66% en Alemania.