Turismo rural como respuesta a la COVID-19
Los destinos rurales se han revelado como los más atractivos tras el estallido de la pandemia. Para los turistas que buscaron viajar y mantener el distanciamiento social durante el pasado verano, los espacios rurales han supuesto una gran alternativa que ha llevado a que la pérdida de actividad turística en las regiones menos urbanas de España haya sido mucho menor que en destinos más tradicionales de costa y en las ciudades. En este artículo recurrimos a técnicas de análisis de big data para analizar la evolución de los pagos con tarjeta efectuados por los turistas domésticos e internacionales según las características de los destinos que visitaron. Los resultados confirman la mayor resiliencia de los destinos turísticos rurales durante 2020 y dibujan unas perspectivas positivas para el turismo rural de cara a 2021.
El turismo rural se ha revelado como una de las alternativas para los turistas domésticos e internacionales durante 2020. Así, durante los meses de verano, las regiones con gran presencia de agroturismos, como Asturias, Cantabria y Navarra, registraron caídas menos acusadas en el número de pernoctaciones de turistas domésticos, mientras que la que más sufría era la Comunidad de Madrid, principal destino urbano junto a Barcelona. En efecto, las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural apenas cayeron en los meses de julio y agosto, concretamente un 12% interanual, mientras que el total de alojamientos turísticos registró un descenso del 60% interanual.
Sin embargo, los datos de pernoctaciones que nos ofrece el INE solo nos permiten hacer un análisis de la movilidad de turistas, y no podemos valorar los probables cambios en la manera de consumir que han tenido los turistas durante 2020. Para poder hacer un análisis más amplio, recurrimos a los datos de pagos de tarjetas y retiradas de efectivo en TPV y cajeros de CaixaBank. Concretamente, nos centramos en los pagos que efectuaron las tarjetas de los turistas, eliminando de la muestra todo el gasto efectuado por consumidores locales.9 Por otra parte, elaboramos una clasificación de todos los municipios de España según sean urbanos, rurales o costeros,10 con el fin de analizar el gasto que realizaron los turistas en la distinta tipología de destinos.
- 9. Para identificar el gasto de turistas internacionales se utilizan los pagos y las retiradas de efectivo de tarjetas emitidas por entidades extranjeras. Para el caso de los turistas domésticos, se utilizan los pagos de tarjetas y retiradas de efectivo emitidas por entidades españolas fuera de su lugar habitual de residencia. La medida resultante se ajusta utilizando una medida de penetración de TPV de CaixaBank para equilibrar la muestra entre regiones con una presencia dispar de CaixaBank.
- 10. Se clasifican como destinos costeros todos aquellos municipios, urbanos y rurales, que tengan línea de costa. Se clasifican como municipios rurales todos los municipios no costeros de menos de 30.000 habitantes o menos de 100 habitantes por km2. Los municipios no costeros restantes se clasifican como municipios urbanos.
para analizar los datos de pagos con tarjeta efectuados por los turistas en destinos rurales.
Según este análisis, el turismo rural movilizó alrededor del 10% del gasto turístico total en 2019, de los cuales solo 3 p. p. fueron debidos al gasto de turistas internacionales. En 2020, por su parte, el mejor comportamiento del turismo rural respecto al resto del sector incrementó su peso hasta el 14% del total. Se trata de una porción apreciable del gasto total, en consonancia con el porcentaje de población que reside en municipios rurales, que también es del 14%. Tal y como se observa en el siguiente gráfico, el turismo en municipios de costa, que podríamos calificar como los destinos más tradicionales de la industria turística, supuso el 58% del gasto total en 2020. Además de ser el que más peso tuvo, también fue el que más proporción de extranjeros atrajo el año pasado, con un 55% del gasto en destinos costeros efectuado con tarjetas extranjeras. Finalmente, los destinos turísticos urbanos movilizaron un 28% del gasto turístico total en 2020.
Gasto turístico según tipo de municipio
% sobre el gasto turístico total
En 2020 el mejor comportamiento del turismo rural respecto al resto del sector incrementó su peso hasta el 14%.
Si observamos la evolución del gasto turístico durante el año 2020, el gasto efectuado por todos los turistas (domésticos e internacionales) identificado a través de sus pagos con tarjeta y retiradas de efectivo en TPV y cajeros de CaixaBank retrocedió un 51% en 2020.11 Si nos fijamos en los diferentes tipos de destino, el gasto turístico en ciudades cayó un 46% anual y el gasto turístico en destinos de costa, un 56%. Por el contrario, el gasto turístico en destinos rurales retrocedió considerablemente menos (el 31% anual) gracias a una recuperación mucho más rápida durante los meses de desescalada y a que mantuvo un mayor atractivo en el contexto de distanciamiento social durante los meses de verano e inicio del otoño.
Tal y como se puede observar en el siguiente gráfico, en enero de este año, último mes para el que contamos con este desglose detallado en el momento de cierre de este artículo, las caídas en el gasto turístico son muy similares en todos los tipos de destino: de entre el 51% y el 58% interanual. Esto se debe al hecho de que las restricciones a la movilidad han afectado a las comunidades autónomas de un modo similar durante la segunda y tercera olas, al prohibirse en muchos casos el movimiento intercomunitario (o incluso dentro de la misma comunidad) y, por lo tanto, impedirse atravesar las fronteras autonómicas para hacer turismo.
- 11. La caída del gasto turístico que capturamos en TPV de CaixaBank es menor que la publicada por el INE. Así, el gasto turístico total publicado por el INE entre enero y septiembre de 2020 (a cierre de este informe aún no había datos de turismo doméstico para el 4T) cayó un 67,0% interanual, mientras que el de CaixaBank cayó un 50,5% interanual. En este sentido, nuestra medida está afectada por la evolución al alza de la utilización de tarjetas como medio de pago tras el estallido de la pandemia. Adicionalmente, puede haber diferencias de medida debido a que a través de los TPV de CaixaBank no capturamos el gasto efectuado en origen y los pagos con efectivo no retirado en cajeros en el destino, mientras que el INE sí lo refleja en sus encuestas Egatur y Familitur.
La mayor resiliencia de los destinos rurales durante 2020 no fue suficiente para amortiguar el profundo impacto de la COVID-19 en el sector turístico español, debido a su reducido peso dentro de la industria turística y a que las caídas de turistas en los destinos rurales también fueron apreciables. A pesar de ello, sí ha tenido un papel muy relevante en lo que respecta al alcance geográfico del shock. Si bien en 2020 el peso del turismo rural representó un 14% del total, 15 provincias españolas registraron más del 40% de su gasto turístico en municipios rurales. En estas provincias más dependientes del turismo rural, el gasto turístico total cayó un 33% anual, 17 p. p. menos que en el promedio de España. Por su parte, las regiones predominantemente urbanas y costeras han sufrido en mayor medida el shock que ha supuesto la COVID-19. En las nueve provincias con menos de un 5% de turismo rural, el gasto turístico cayó un 60% (9 p. p. más que el promedio de España).
En estas provincias más dependientes del turismo rural, el gasto turístico total cayó un 33% anual,
17 p. p. menos que en el promedio de España.
Peso del turismo rural en España
Gasto turístico en municipios no urbanos sobre gasto turístico total
En este sentido, si nos fijamos en la evolución del gasto turístico según el tipo de destino y según el tipo de negocio, vemos que todos los tipos de comercios localizados en municipios rurales han registrado caídas menores en la facturación que les suponen los turistas internacionales y domésticos. En primer lugar, los alojamientos turísticos –hoteleros y extrahoteleros– localizados en municipios rurales sortearon el año 2020 mucho menos golpeados por la crisis. Tal y como se muestra en la siguiente tabla, el gasto turístico rural cayó un 44% anual, mientras que en ciudades y destinos de costa alcanzaron caídas anuales del 76% y 79%, respectivamente. Se observa una dinámica similar en el gasto en hostelería, uno de los sectores que más está sufriendo las consecuencias de la COVID-19 en los grandes destinos turísticos, con caídas del gasto turístico de más del 55% anual en destinos urbanos y de costa, mientras que en los destinos rurales cayó un 27% anual. En cualquier caso, cabe mencionar que las caídas del gasto turístico en los destinos rurales, a pesar de no ser tan extremas como en el resto de los destinos, también han sido muy abultadas.
vemos que todos los tipos de comercios localizados en municipios rurales han registrado caídas menores en la facturación.
Evolución del gasto turístico en 2020, según tipo de destino y gasto
Variación anual
- Los datos internos de CaixaBank nos muestran que el impacto de la COVID-19 sobre el turismo rural y de interior ha sido notable pero más contenido que en el resto de los destinos. Ha predominado el apetito de los turistas por encontrar destinos descongestionados y tranquilos, con el turismo rural como máximo exponente.
- Para 2021, el turismo rural también será una de las fuerzas motrices de la recuperación, gracias a que el distanciamiento social no encorsetará tanto su crecimiento durante los meses más incipientes de la vuelta a la normalidad en los que la inmunización de la población aún sea incompleta.
- A medio plazo, la industria turística pos-COVID seguirá teniendo sus dos grandes puntos de apoyo en los destinos costeros y urbanos. No obstante, el papel de la COVID-19 como acelerador de las tendencias de cambio en la economía podría suponer un revulsivo para que el turismo rural gane peso.
- En este sentido, las iniciativas que arropa el Plan de Recuperación Europeo (NGEU) en pos de la digitalización y la modernización de la oferta turística podrían repercutir de manera especial en los destinos menos consolidados –entre ellos los rurales– permitiendo así que la oferta turística en España se diversifique y mantenga su ventaja competitiva frente al resto de mercados internacionales.