Desigualdad: luces largas y luces cortas

Mientras que en los últimos 30 años la desigualdad de ingresos se ha reducido marcadamente en el mundo gracias al rápido crecimiento económico de países emergentes como China e India, ha aumentado en países desarrollados como Estados Unidos, Alemania o incluso Francia.

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Regalo grande y regalo pequeño para ilustrar la desigualdad de ingresos

El análisis de la desigualdad a nivel global en los últimos 30 años, contrariamente a la percepción habitual de incremento de las desigualdades, muestra una historia de éxito: el índice de Gini se redujo de manera marcada y casi ininterrumpida entre 1990 y 2019. Esto se debe al rápido crecimiento económico de países emergentes como China e India, que ha permitido sacar de la pobreza a millones de personas y aumentar la convergencia de ingresos entre países. La pandemia de COVID-19 solo supuso un freno momentáneo a esta evolución positiva en la desigualdad global (véase el primer gráfico). Según el Banco Mundial, el índice de Gini aumentó en 0,7 puntos en comparación con un escenario sin pandemia, un retroceso que deshizo los avances de los tres años anteriores. Mientras que algunos países lograron implementar medidas efectivas para mitigar los efectos negativos de la pandemia, otros, en particular las economías más pobres, vieron cómo aumentaban la pobreza y la desigualdad.

Desigualdad de ingresos global: índice de Gini

Sin embargo, el análisis de la desigualdad dentro de los países, en particular los desarrollados, muestra una imagen bien distinta. La desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini ha aumentado en las tres últimas décadas en países como EE. UU., Alemania o incluso Francia (véase el segundo gráfico).1 Para el caso de España no ha sido así: la desigualdad en 2022 era inferior a la de tres décadas atrás, aunque haya sufrido aumentos marcados en momentos de crisis y se mantenga en niveles más elevados que en Francia y Alemania. Una visión similar emerge de medidas alternativas que se fijan en los extremos de la distribución de ingresos. El porcentaje del total de renta del 1% de la población con mayores ingresos aumentó en EE. UU. del 14,7% en 1990 hasta el 20,9% en 2022 y en Francia del 9,3% al 12,7% (véase el tercer gráfico). De nuevo, la situación en España ha sido diferente, puesto que el porcentaje del total de renta del 1% de la población con mayores ingresos en 2022 se situó en el 10,0%, 1,7 p. p. por debajo del nivel de 1990.

  • 1. Para el caso del Reino Unido, el índice de Gini se ha mantenido en niveles similares en las últimas tres décadas, aunque ha aumentado la desigualdad en los extremos, mejor recogida con medidas como el porcentaje de renta del 1% con mayores ingresos.
Desigualdad de ingresos: índice de Gini
Desigualdad de ingresos: total de ingresos en manos del 1% de la población con mayores ingresos

Cabe señalar que durante la pandemia de COVID-19 la desigualdad de ingresos después de transferencias se redujo en los países desarrollados debido a los masivos programas de soporte de ingresos desplegados (como fue el caso de los ERTE en España). Sin las ayudas públicas, sin embargo, los ingresos de las familias trabajadoras se habrían reducido de forma notable.2

  • 2. Véase Stantcheva, S. (2022). «Inequalities in the times of a pandemic». Economic Policy, 37(109), 5-41.

Otro vector importante de desigualdades económicas es la dispar distribución de la riqueza. La desigualdad de riqueza, en parte, es resultado de la acumulación de desigualdades de ingresos, aunque otros factores también influyen, como la recepción de herencias o los tipos de activos en los que se invierte.3 Los cambios en los precios de los activos, como la vivienda y los activos financieros, afectan de manera diferente a los hogares según su posición en la distribución de la riqueza. En general, las personas con más ingresos suelen tener una mayor proporción de su riqueza invertida en activos financieros. Así, los hogares que poseen un menor nivel de riqueza suelen ser más sensibles a los cambios en los precios de la vivienda, mientras que los hogares más ricos suelen verse más afectados por los cambios en la rentabilidad de los activos financieros.

  • 3. Véase BCE (2024). «Introducing the Distributional Wealth Accounts for euro area households», ECB Economic Bulletin, Issue 5/2024.
Desigualdad de riqueza: índice de Gini por países

Si analizamos la evolución de la desigualdad de riqueza, la situación es más homogénea entre los principales países de la eurozona que en la desigualdad de ingresos. Concretamente, el índice de Gini aumentó tras la crisis financiera, pero desde 2015 se ha reducido en la mayoría de los países (véase el cuarto gráfico). En España, el índice de Gini de la riqueza se situó en los 67,2 puntos en 2024, por debajo del nivel de Francia (71,3 puntos) o Alemania (76,9 puntos). Las métricas que miden en el porcentaje de la riqueza en manos del 5% de la población con más recursos (y al menos 1 millón de euros en patrimonio) también muestran incrementos en la desigualdad de riqueza tras la crisis financiera en la eurozona, y en particular en España, pero una mayor estabilidad a partir de 2015 hasta 2024 (véase el quinto gráfico).

Desigualdad de riqueza: riqueza en poder del 5% de la población con mayores recursos

En resumen, aunque la desigualdad de ingresos ha mostrado tendencias divergentes a nivel global y dentro de los países desarrollados, en la mayoría de los países la desigualdad de ingresos aumentó en los últimos 30 años, con la destacable excepción de España. Por otro lado, la desigualdad de riqueza ha seguido una trayectoria más homogénea en la eurozona, con marcados incrementos tras la crisis financiera global que se han reducido parcialmente desde 2015. Ambas variables son de crucial relevancia económica para los hogares y es importante seguir su evolución y adaptar las políticas públicas a la realidad observada.