Ingresos y gastos entre generaciones en tiempos de pandemia
La pandemia está teniendo un impacto muy distinto según la generación, también en la economía doméstica. En este último artículo del dossier analizamos, a partir de datos internos de CaixaBank anonimizados, si se han observado diferencias importantes en los ingresos y los gastos de los españoles en función de la generación a la que pertenecen.
La crisis económica que ha provocado la COVID-19 no está afectando a todos los colectivos por igual, como ya hemos atestiguado en otros artículos del Informe Mensual desde el inicio de la pandemia.1 En este analizaremos, a partir de datos internos de CaixaBank anonimizados, si se han observado diferencias importantes en los ingresos y los gastos de los españoles en función de la generación a la que pertenecen. Para tomar una fotografía de los ingresos2 hemos tenido en cuenta las principales fuentes de estos: nóminas, prestaciones de desempleo, pensiones públicas, ayudas públicas y cobros de planes de pensión privados. En cuanto al consumo,3 hemos examinado los movimientos con tarjetas y las retiradas de efectivo de los cajeros y hemos incluido también los recibos domiciliados.
- 1. Véase, por ejemplo, el Dossier «El impacto de la COVID-19 en la desigualdad en España» en el IM11/2020.
- 2. En particular, en la muestra para cada mes de 2019 y 2020 incluimos a las personas con ingresos y a las personas con gastos que, a pesar de tener ingresos nulos, tuvieron ingresos en un mínimo de 3 de los 12 meses anteriores. En este artículo, utilizamos ingresos medianos. Para 2020, obtenemos una caída de ingresos del 2%, a medio camino entre la caída de las rentas de las familias (–1%) calculada por la Agencia Tributaria y la caída de la renta bruta disponible (–3,3%) del INE.
- 3. Utilizamos el consumo mediano.
Uno de los principales resultados que obtenemos al analizar los datos4 es que, en los tres trimestres de 2020 que estuvieron afectados por la pandemia, la caída interanual de los ingresos fue mucho más acusada para las personas jóvenes (de entre 18 y 29 años) que para los adultos (de 30 a 64 años) y los séniores (de 65 años en adelante), tal y como se recoge en el primer gráfico.
- 4. En nuestra muestra, tenemos unos cinco millones de observaciones cada mes.
De hecho, la caída de ingresos medianos de los jóvenes habría cuatriplicado la de los adultos en 2020.5 En cambio, los ingresos medianos de los séniores aumentaron en términos interanuales en todos los trimestres del año pasado y crecieron un 1,1% respecto al 2019, un resultado lógico si tenemos en cuenta la revalorización de las pensiones implementada en 2020.
Cuando analizamos las caídas de ingresos trimestre a trimestre (véase el segundo gráfico), no es de extrañar que las caídas más relevantes de ingresos sufridas por jóvenes y adultos se produjeran en el 2T –los ingresos de los séniores, en cambio, no se resintieron–, dado que la actividad económica estuvo muy afectada por el confinamiento, especialmente en abril, el mes de mayores restricciones. En el 3T, observamos que, aunque los ingresos de los adultos continuaron en terreno negativo en términos interanuales, lograron recuperarse a mayor velocidad que los ingresos de los jóvenes. Finalmente, en el 4T, los ingresos tanto de jóvenes como de adultos vieron frenada su incipiente progresión con la llegada de la segunda oleada de la COVID-19; en concreto, la mayor caída de los ingresos del 4T se registró en noviembre, mes en el que se reactivaron las restricciones en todo el territorio para hacer frente a la nueva ola.
- 5. Caída del 8,1% y el 2% para jóvenes y adultos, respectivamente.
Si nos fijamos en el consumo, destaca que su evolución para cada generación ha sido paralela a la de los ingresos. Un caso paradigmático es el 2T: a pesar de que las medidas de confinamiento fueron generalizadas y regían de forma similar para todos los ciudadanos, la caída del consumo de los jóvenes fue mucho más acusada que la de los adultos, mientras que los séniores redujeron el consumo de forma más suave. Es más, en el 3T, momento en el que se produjo la desescalada coincidiendo con la llegada del verano, la variación interanual del consumo se situó en terreno positivo para los séniores, algo que no ocurrió ni entre los jóvenes ni los adultos.
Antes de concluir, estudiamos si estas diferencias en la evolución de ingresos y gastos obedecen únicamente a la demografía o si también es importante tener en cuenta el nivel de ingresos.6 En el tercer gráfico se describe la variación en 2020 de los ingresos y el consumo medianos para cada generación y, dentro de cada una, para cada quintil de ingresos.
- 6. Calculamos los quintiles de ingresos en el mes de enero de 2019 y de 2020. La muestra se selecciona con los mismos criterios que en el análisis previo: tener ingresos en un mes o ingresos en al menos tres meses de los 12 anteriores si son nulos. Además, se requiere que las personas formen parte de la muestra en el mes de enero.
Al analizar la variación de los ingresos, se desprende claramente que tanto su nivel como la edad son dimensiones muy relevantes. En concreto, es especialmente acusada la caída de los ingresos de los jóvenes del primer quintil y destaca también su descenso entre los adultos con menores ingresos. A medida que progresamos de quintil, la caída de los ingresos de los jóvenes se atenúa considerablemente (de hecho, en el quintil superior la variación interanual es positiva), mientras que solo los adultos del primer quintil vieron mermados sus ingresos. Finalmente, los séniores vieron aumentar sus ingresos en todos los quintiles.
Los resultados en lo referente al consumo son también reveladores. En primer lugar, en consonancia con los datos agregados por generación, los jóvenes redujeron su consumo más que los adultos y los adultos más que los séniores para todos los quintiles. En segundo lugar, la caída del consumo de jóvenes y adultos fue notable para todos los quintiles y, a diferencia de los ingresos, no se observa una relación clara de menores caídas a medida que aumentan los ingresos. En tercer lugar (y posiblemente sea este el hallazgo más llamativo), observamos que para el grueso de la población –adultos y séniores–, las caídas más importantes del consumo las protagonizaron las personas con mayores ingresos. Este dato puede parecer sorprendente, pero en realidad tendría lógica si el porcentaje del consumo que destinan las personas de elevado poder adquisitivo a las categorías de bienes que más han caído –al estar más afectadas por las restricciones– fuera mayor que para el resto de los quintiles. Esta es precisamente la conclusión a la que llegó el Banco de España en un estudio reciente7 al observar que las partidas de gasto más afectadas por las medidas de contención –fundamentalmente aquellas vinculadas con una mayor movilidad e interacción social como servicios de transporte, servicios recreativos y culturales, paquetes turísticos, y hoteles, cafés y restaurantes– pesan más en el gasto de los hogares con rentas más elevadas. Este resultado tiene consecuencias importantes a nivel macroeconómico, puesto que las personas con ingresos elevados suelen tener una menor propensión marginal al consumo que las de quintiles bajos. Ello tenderá a mitigar el efecto de la demanda embalsada en la recuperación pospandemia.8
En definitiva, en este artículo hemos constatado que los grandes perjudicados de la COVID-19 han sido los jóvenes, especialmente los que tienen ingresos más bajos. Los trabajadores adultos con ingresos bajos también los han visto diezmados de forma considerable y el resto de los adultos han capeado el temporal con mayor fortuna. Finalmente, los séniores no han estado afectados a nivel de ingresos, pero sí que han reducido su consumo, aunque menos que adultos y jóvenes. Estos patrones, que coinciden con los del resto de consumidores europeos,9 nos permiten aseverar con mayor rotundidad que la pandemia está teniendo un impacto muy distinto según la generación, también en la economía doméstica.
- 7. Véase Cuenca, J. A., Martínez Carrascal, C. y del Río. A. «El ahorro de los hogares durante la pandemia y sus posibles efectos sobre la reactivación futura del consumo». Boletín Económico 1/2021, informe trimestral de la economía española del Banco de España. Analizan el peso del gasto de las distintas categorías de bienes para cada cuartil con microdatos de la encuesta de presupuestos familiares de 2019.
- 8. Véase el Focus «El papel del consumo embalsado en la recuperación de la eurozona en 2021» en el IM05/2021.
- 9. Un estudio reciente de la Comisión Europea concluye que la situación financiera de los consumidores europeos durante los últimos 12 meses ha empeorado drásticamente para los más jóvenes, mientras que se ha mantenido prácticamente sin cambios para los más mayores. Comisión Europea (2021). «European Business Cycle Indicators 1st Quarter 2021». Technical Paper 047.