La reactivación del tejido empresarial turístico
Tras el shock que supuso la irrupción de la COVID-19, el tejido empresarial turístico redujo ostensiblemente sus niveles de actividad, destruyendo una gran cantidad de empleo y acogiéndose de manera masiva a los ERTE. En la actualidad, la oferta turística se encuentra inmersa en un proceso de reactivación. La eliminación de las restricciones a la movilidad ha animado a un buen número de establecimientos turísticos a reabrir sus puertas, a pesar de que los niveles de demanda aún se sitúan en cotas reducidas. Con el arranque de la temporada estival, es fundamental que el sector turístico pueda mantener, y gane, su apuesta por la reactivación. Solo
así se logrará volver a generar empleo.
El colapso de la demanda turística entre los meses de marzo y junio estuvo acompañado de la desactivación de una gran parte de empresas turísticas que se vieron obligadas a cesar su actividad por las restricciones de movilidad y la imposibilidad de ofrecer sus servicios. Así, según datos de la encuesta de ocupación hotelera, entre marzo y mayo de 2020, permanecieron abiertos un promedio mensual de 4.100 establecimientos hoteleros, lo que representa un 73% menos que en el mismo periodo de 2019. Se trata de una caída muy importante, pero algo menor que la sufrida por la demanda (más del 90%). Esto se debe a que la reactivación del sector durante el mes de mayo ha sido algo más intensa de lo que se podría inferir a partir de los datos de demanda. Así, en el mes de mayo, un 12% de los establecimientos que estaban activos en febrero reabrieron sus puertas (principalmente establecimientos pequeños y con bajas necesidades de personal), adelantándose ligeramente a la demanda y a la expectativa de hacer frente a un repunte de reservas.
La complejidad de la coyuntura actual es tal que las encuestas que realiza el INE y que tradicionalmente nutren el análisis de la oferta turística de este informe nos otorgan mucha menos información que en el pasado, ya que el número de encuestas llevadas a cabo a establecimientos abiertos es insuficiente.1 Gracias a la explotación del big data de CaixaBank, hemos podido sortear este problema mediante la elaboración de un indicador que permite hacer un seguimiento en tiempo real de los niveles de inactividad de la oferta turística. Para ello, utilizamos la proporción de comercios con TPV de CaixaBank, que han pasado a no registrar facturación. Tal y como se observa a continuación en el gráfico, según este indicador el sector vivió un cierre casi total en el periodo comprendido entre la declaración del estado de alarma y el 24 de mayo, fecha que marcó el inicio de la fase 2 en parte del país. Desde entonces, la reactivación de la oferta ha ido ganado tracción. A finales de junio, y por primera vez desde el mes de marzo, la proporción de comercios turísticos inactivos se situó por debajo del 50%, coincidiendo con la finalización del estado de alarma y la apertura de las fronteras con los países de la UE.
- 1. El INE no ha publicado datos a nivel regional de la encuesta de ocupación hotelera, debido al limitado número de establecimientos encuestados en abril y mayo. Tampoco se han publicado datos del índice de precios hoteleros ni de rentabilidad (ADR y RevPAR).
Proporción de hoteles y agencias de viajes sin facturación en sus TPV de CaixaBank
% sobre el total
La reactivación de la oferta turística está respondiendo de manera anticipada a la demanda, reaccionando positivamente a las perspectivas de recuperación y a la relajación de las medidas de distanciamiento social. De la limitación del aforo al 30% y del cierre de las zonas comunes en los establecimientos hoteleros que se estableció
en la fase 1 de la desescalada, se ha pasado en muchos casos a un límite de aforo
por encima del 70% en la actualidad, lo cual permite superar ampliamente el umbral de demanda necesario para compensar costes.2
Aun así, según datos internos de CaixaBank, durante la segunda semana de julio, el 31% de los establecimientos turísticos permanecían inactivos y la facturación de establecimientos hoteleros presentaba aún caídas alrededor del 65% interanual, lo que lleva a inferir que probablemente no se ha alcanzado el umbral de rentabilidad para la mayor parte de operadores.
- 2. En la actualidad, la regulación de las medidas de distanciamiento social son competencia de las comunidades autónomas, por lo que no hay un criterio común sobre los límites de aforo en establecimientos turísticos y hostelería. Cabe señalar que, en el caso de establecimientos comerciales y hosteleros pequeños, las medidas de distanciamiento social entre clientes suponen limitaciones de aforo más estrictas que las indicadas.
Hasta que no se alcance dicho umbral de rentabilidad, es importante que se sigan tomando medidas de política económica que continúen apoyando al sector. Las principales medidas de apoyo se han basado en facilitar los ajustes temporales en las plantillas mediante la flexibilización de los ERTE y en proporcionar liquidez a las empresas (100.000 millones de euros en avales ICO para empresas, con un tramo de 2.500 millones de euros solo accesible para empresas turísticas), además de una moratoria de hasta 12 meses para operaciones de financiación hipotecaria de inmuebles ligados a la actividad turística suscritas con entidades de crédito. Todas estas medidas, enfocadas a mitigar el impacto de la crisis del coronavirus, han sido fundamentales para que el tejido empresarial turístico sobrellevara estos meses de parón de la demanda.
El sector turístico deberá impulsar su transformación para adaptarse a los nuevos parámetros de seguridad sanitaria a corto plazo y a las nuevas corrientes de fondo de la demanda a medio y largo plazo.3 Así, el plan de reactivación del turismo propuesto por el Gobierno a mediados de junio contempla medidas en esta misma dirección, como los créditos blandos para financiar soluciones sostenibles para empresas turísticas o inversiones en transformación digital. En este sentido, ampliar el papel de las políticas públicas podría suponer un elemento dinamizador fundamental para que el sector tenga la capacidad de llevar a cabo estas inversiones y logre mantener sus niveles de competitividad.
Por otro lado, la disminución de la competencia internacional por el turismo en un entorno de menor demanda como el actual puede ser clave también para acelerar la reactivación del sector este verano. Cabe recordar que, en 2019, mejoró la percepción por parte de los turistas británicos y alemanes de otros mercados mediterráneos como Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos, lo cual limitó el crecimiento de la demanda extranjera en España.4 Sin embargo, la pandemia ha provocado que dichos mercados estén sufriendo restricciones importantes para recibir turistas europeos, no solo por no formar parte de la UE, sino porque las restricciones que han impuesto sus gobiernos son más severas que en el caso de España y de otros socios comunitarios del Mediterráneo. Así lo recoge el siguiente gráfico, basado en el COVID-19 Government Response Tracker que elabora la Universidad de Oxford.
Intensidad de las restricciones fronterizas
La reactivación gana, si cabe, un mayor protagonismo por razón del impacto que puede tener sobre el empleo. El mercado laboral español ha sufrido un shock contundente. En el mes junio, el número de afiliados a la Seguridad Social se situó en 18,6 millones de personas, 974.000 empleos menos con respecto a junio de 2019 (–5% interanual), de los cuales alrededor del 70% eran trabajadores temporales. Adicionalmente, 1,8 millones de empleados estaban afectados por ERTE, es decir, seguían afiliados a la Seguridad Social, no contabilizaban como parados, pero o bien no trabajaban o bien no lo hacían a tiempo completo.
El empleo del sector turístico ha sido el más afectado por las condiciones actuales. A cierre de mayo, el empleo asociado a actividades turísticas se situó en 2,5 millones de personas, cerca de 387.000 empleos menos que en el mismo mes de 2019 (–13,5% interanual). Esto implica que el 44% de la destrucción del empleo en España fue causada por el sector turístico. Además, alrededor del 31% de los afiliados del sector turístico entraron en ERTE y el 5,5% se acogieron a la prestación por cese de actividad, muy por encima de la media de España en mayo, con un 9,8% en ERTE y un 2,0% en prestación por cese de actividad.
Partiendo de un nivel de empleo tan bajo y dado el peso tradicional del empleo turístico en el conjunto de la economía (el 12,8% de la afiliación en 2019), la «reapertura» del sector podría tener un efecto sustancial sobre la ocupación y sobre la moderación de la cifra del empleo afectado por los ERTE. A pesar de que el empleo del sector turístico acusa una gran estacionalidad a lo largo del año, el nivel de ocupación que genera el turismo en momentos de demanda moderada es muy relevante. Es decir, el grueso del empleo se genera cuando el establecimiento hotelero decide abrir, aunque el nivel de ocupación de las plazas disponibles en el hotel sea bajo. Lógicamente, a medida que aumenta el grado de ocupación también aumenta la contratación de empleados, pero de una forma mucho más gradual. En concreto, según nuestras estimaciones, la plantilla base de un hotel (aquella que no depende del grado de ocupación) es de alrededor del 65% del personal que contrataría el hotel en caso de estar lleno. Por ejemplo, un hotel medio español, que según datos del INE consta de 49 habitaciones, con un grado de ocupación del 100% contrataría a 17 empleados, mientras que con un grado de ocupación mínimo del 35% contrataría a 13. Si bien la diferencia de empleo entre la temporada alta y la baja es sustancial, destaca que la contratación del grueso de la plantilla de los establecimientos hoteleros no depende tanto de la estacionalidad de la demanda.
En este sentido, a pesar de que la ocupación media en España se situará en niveles contenidos en lo que queda de año, una pequeña mejora en las perspectivas de llegadas de turistas podría suponer un factor diferencial para la reactivación del sector y para el conjunto del mercado laboral.
Simulación de personal hotelero contratado según nivel de ocupación
En conclusión:
- La oferta turística se está reactivando paulatinamente. La proporción de comercios turísticos inactivos pasó del 95% a mediados de abril a situarse en el 31% durante la segunda semana de julio.
- Las medidas de liquidez y de ajustes temporales en las plantillas han sido y serán fundamentales para que el tejido empresarial turístico pueda superar el periodo de menor actividad turística.
- La «reapertura» de los comercios turísticos podría suponer una fuerte generación de empleo y moderaría considerablemente la cifra de afectado por ERTE.