2016: aceleración global pero con riesgos importantes
El crecimiento mundial se acelerará en 2016 (un 3,6% frente al 3,1% en 2015), con unas economías avanzadas que asientan una expansión moderada (2,2%), y unas economías emergentes cuyo crecimiento, a pesar de las dudas, ganará tracción (4,5%). Este escenario puede verse afectado por factores globales y locales. Entre los primeros, este mes, destaca la subida de tipos de la Reserva Federal (Fed). Se trata del primer aumento en casi un decenio y puede tener consecuencias globales importantes, en especial para las economías emergentes cuyos flujos financieros aumentaron de manera significativa como consecuencia de la liquidez inyectada por la Fed (véase el Focus «Subida de la Fed, ¿fuga de capitales en los emergentes?» en este mismo Informe Mensual). Un segundo factor de alcance global es el precio del petróleo, que nuevamente sorprendió con la bajada de diciembre. En este punto, sin embargo, prevemos que el crudo empezará a apreciarse de forma paulatina en los primeros meses de 2016, lo que supondrá un reequilibrio entre ganadores y perdedores, y un retorno de la inflación a cotas más normalizadas. El tercer factor destacable este mes ha sido el mayor deterioro de la economía de Brasil, la primera de la región latinoamericana y uno de los mayores emergentes.
ESTADOS UNIDOS
La Fed sube el tipo de referencia 25 p. b., hasta la franja del 0,25%-0,50%. En diciembre, la Fed confirmó todas las expectativas e inició la subida de tipos después de casi 10 años sin aumentos. Con todo, en su comunicado, la institución enfatizó la gradualidad del proceso: «el Comité espera que las condiciones económicas evolucionen de tal manera que solo permitan incrementos graduales del tipo de interés oficial». Así pues, una vez iniciado el proceso de subidas, lo relevante es su rapidez. En este sentido, prevemos que, a principios de 2017, se habrán producido cuatro subidas y que los tipos estarán en el 1,25%, un nivel que se sitúa por encima de lo que predicen los futuros sobre el tipo rector de la Fed, pero por debajo de lo que muestran las opiniones de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed.
Tendencia alcista de la inflación estadounidense. El IPC general creció un 0,5% interanual en noviembre, 3 décimas por encima del registro del mes anterior y de acuerdo con nuestras previsiones. Pero, en términos intermensuales, el IPC general se mantuvo plano a causa de la nueva caída del componente energético (–1,3% intermensual). La evolución reciente del precio del petróleo imprime ciertos riesgos a la baja a nuestro escenario central, que sitúa la inflación general en el 2,0% a finales de 2016. Por su parte, la inflación subyacente continuó marcando registros robustos y se situó 1 décima por encima del registro de octubre (en el 2,0%).
Los últimos indicadores sugieren que el ritmo de expansión estadounidense se mantiene. El PIB creció un 0,5% intertrimestral en el 3T según la tercera estimación del Bureau of Economic Analysis, que prácticamente no recoge cambios respecto a la segunda estimación. El consumo privado, cuyo avance fue del 1,0%, se confirmó como el componente más fuerte. Por otra parte, el índice de sentimiento empresarial ISM de manufacturas de noviembre bajó al nivel de los 48,6 puntos, que se corresponde con un avance de la economía cercano al 1,4%. Sin embargo, el ISM de servicios (que representan un 80% de la actividad económica y un 85% de los empleos del sector privado) se situó en los 55,9 puntos, coherente con crecimientos del 3,0%. En este contexto, mantenemos nuestras previsiones de crecimiento en el 2,5% anual, tanto para 2015 como para 2016.
El mercado laboral estadounidense sigue en buena forma. En noviembre, se crearon 211.000 empleos netos, con lo que se mantiene el promedio de 215.000 de los últimos 12 meses. Asimismo, los salarios aumentaron un favorable 2,3% interanual, un avance significativo si tenemos en cuenta las todavía comedidas tasas de inflación. Por su parte, la tasa de desempleo se mantuvo en un bajo 5,0%, muy cerca del promedio de 2007, del 4,6%, y lejos del máximo del 10,0%, registrado en octubre de 2009. El aspecto cuestionable de esta situación favorable es que una parte relevante de este descenso de 5 p. p. de la tasa de paro se debe a la menor tasa de actividad, que en noviembre se situó en el 62,5% de la población activa, significativamente por debajo del 66,0% de 2007.
JAPÓN
Japón crece en el 3T y evita la recesión. Tras la revisión alcista del Departamento de Comercio, el PIB del 3T 2015 pasó a crecer un 0,3% intertrimestral (previamente se había anunciado un retroceso del 0,2%), lo cual evitó que Japón entrara en recesión después de la caída intertrimestral en el 2T. Sin embargo, el análisis por componentes aconseja cautela: tres cuartas partes de la mejora se debieron a un ajuste de existencias mucho menor de lo divulgado con anterioridad, lo que lastrará la economía nipona en los próximos meses. Por su parte, el consumo privado sigue sin despegar. Aun así, la mejora sustancial del dato del 3T nos obliga a efectuar una revisión técnica al alza en la previsión anual para 2015 (del 0,6% al 0,7%).
Los indicadores de sentimiento económico muestran una mejora limitada. El índice Tankan de sentimiento empresarial para grandes empresas del 4T 2015 elaborado por el BOJ se estabiliza, aunque muestra un deterioro de las expectativas para el 1T 2016. Asimismo, el alto nivel que muestra el índice para las grandes empresas contrasta con una cota más contenida cuando se tiene en cuenta el conjunto (incluidas las pequeñas y medianas). Por otro lado, el sector exterior volvió a acusar la debilidad de las demandas china y estadounidense de bienes japoneses, pese a la baja cotización del yen.
EMERGENTES Y MATERIAS PRIMAS
Fuerte deterioro económico y político en Brasil. En Brasil la recesión se agudiza. En el 3T, el PIB cayó un abultado 1,7% intertrimestral (–2,1% en el 2T), equivalente a una caída del 4,5% en términos interanuales (–3,0% en el 2T). Por componentes de demanda, destaca el mal comportamiento de la inversión y, en menor grado, del consumo público. El aumento de la inflación, que en octubre alcanzó el 9,9%, y el elevado déficit corriente (del 3,9% en el 3T) completan un mal cuadro económico. Además, la incertidumbre política se agrava con el inicio del proceso de destitución (impeachement) de la presidenta Dilma Rousseff. El proceso, que puede prolongarse varios meses, es complejo (comisión en el Congreso, plenario en el Congreso y plenario en el Senado). La mayoría necesaria para la destitución (dos tercios de los escaños) sería, en principio, difícil de alcanzar, pero dada la volatilidad del momento político, no hay que descartar escenarios extremos. Una primera consecuencia del deterioro político fue la sustitución del ministro de Finanzas, Joaquim Levy, por Nelson Barbosa, menos comprometido con la consolidación fiscal. Asimismo, la agencia Fitch rebajó la calificación crediticia de Brasil de BBB– a BB+. La mala trayectoria económica y la incertidumbre política nos hace revisar a la baja nuestra previsión, con un descenso del PIB que pasa del –2,3% al –3,5% en 2015 y del –0,6% al –2,5% en 2016.
Los datos de actividad de China muestran cierta estabilización del crecimiento. Ello apoya nuestro escenario central de aterrizaje suave, con un crecimiento previsto del 6,8% para 2015 y del 6,5% para 2016. En particular, en noviembre, las ventas minoristas avanzaron un 11,2% interanual, el mejor registro en lo que va de año, y la producción industrial subió un 6,2% interanual, el mejor mes desde junio. El sector exterior, por el contrario, volvió a decepcionar: las exportaciones cayeron un 6,8% interanual en noviembre.
Turquía sorprende al alza. En el 3T, el PIB aumentó un 4,0% interanual, sensiblemente más de lo previsto y en leve aceleración respecto al 2T (3,8%). Los principales factores que explican este dinamismo son el fuerte crecimiento del consumo público y la menor aportación negativa del sector exterior (resultado del descenso de las importaciones, principalmente). Aun así, las perspectivas económicas son algo menos positivas que lo que el dato desprende, ya que persisten los desequilibrios macroeconómicos significativos (la inflación fue del 8,1% en noviembre y el déficit corriente alcanzó el 5,2% del PIB en el 3T) y la incertidumbre geopolítica.
El petróleo alcanza el mínimo de los últimos siete años. La falta de acuerdo sobre la producción en la reunión semestral de la OPEP y el aumento de las existencias en EE. UU. provocó una fuerte caída en el precio del crudo. En particular, el Brent acumuló un descenso del 17% en las dos primeras semanas de diciembre que lo llevó a tocar los mínimos de diciembre de 2008, por debajo de los 40 dólares/barril. Sin embargo, prevemos que el descenso de la inversión en el shale americano y la previsible recuperación de la demanda global contribuyan a una gradual recuperación del precio del crudo a lo largo de 2016, hasta los 64 dólares/barril a finales de año. En otro orden de cosas, a mediados de diciembre, el Congreso de EE. UU. alcanzó un acuerdo para levantar la prohibición a la exportación de crudo a las compañías estadounidenses.