La caída de las rentas del trabajo en España y EE.UU.: factores coyunturales
Como en la mayoría de países desarrollados, en España el peso de las rentas del trabajo presenta una tendencia decreciente. En los últimos años, el proceso parece que se ha acelerado. Tanto el contexto recesivo como otros factores coyunturales han tenido un papel determinante.
Más allá de la tendencia descendente global a largo plazo, el peso de las rentas laborales muestra un marcado patrón procíclico, aunque suele responder a las variaciones del PIB con cierto retraso: cuando empieza una recesión su peso suele aumentar, pero, pasados unos trimestres, en general retrocede de forma marcada. En el lado opuesto, es también conocido el patrón contracíclico del margen empresarial. Las empresas, ya sea por motivos de precaución, de aversión al riesgo o para poder mejorar su posición financiera, tienden a aumentar el margen con el que operan durante las recesiones.
La pauta en esta recesión no ha sido una excepción. Como se ilustra en el gráfico siguiente, en España el patrón de ajuste del peso de las rentas del trabajo ha sido bastante similar al de las últimas recesiones. Según datos de la OCDE, las rentas del trabajo cayeron cerca del 3% entre 2008 y 2012, un registro muy similar al de las dos últimas crisis. Asimismo, el declive de las rentas del trabajo en EE. UU., el cual ha sido del 1,4%, también se asemeja al de las últimas recesiones.
Por tanto, parece razonable pensar que a medida que la reactivación económica se vaya consolidando, parte del retroceso que se ha producido en el peso de las rentas del trabajo se podría recuperar. Sin embargo, el papel que ha tenido el sector inmobiliario en la actual recesión podría modificar este patrón. El sector inmobiliario es muy intensivo en mano de obra y esto contribuye a que el peso de las rentas del trabajo respecto al valor añadido de dicho sector sea superior al del resto de sectores económicos. Por ejemplo, en España, el peso de las rentas del trabajo respecto al valor añadido del sector se ha mantenido 2,5 p. p. por encima de la ratio del conjunto de la economía.
No es de extrañar, por tanto, que la caída del peso del sector de la construcción haya sido uno de los principales factores que han empujado a la baja la participación de la renta del trabajo durante los últimos años. En España, el peso del sector de la construcción en el PIB cayó en 5 p. p. entre 2007 y 2012, hasta el 8,6% del PIB, y en EE. UU., en 1,4 p. p. Como se muestra en los dos últimos gráficos, la contribución de la caída del sector de la construcción explica el 60% de la caída del peso de las rentas del trabajo en EE. UU. En España, el colapso de este sector habría reducido la participación de las rentas del trabajo en 3,6 p. p., pero fue compensado, en parte, por el aumento del peso del sector del comercio y el de la información y las comunicaciones.
Otro de los elementos que ha tenido un papel importante en la variación de la participación de las rentas del trabajo ha sido la composición de la destrucción de empleo. De los 3,6 millones de puestos de trabajo que se han destruido entre 2007 y 2013 en España, 2,5 han sido en la población de menos de 30 años. El número de ocupados con más de 55 años, en cambio, ha aumentado en 151.000 personas. Las diferencias salariales por tramos de edad no son insignificantes: en 2011, por ejemplo, el salario promedio de las personas de más de 55 años era de 26.000 euros anuales, más del doble del salario promedio de la población de menos de 30 años, y un 14% superior al salario promedio del conjunto de la población. En definitiva, el peso de las rentas del trabajo ha caído porque el descenso de la ocupación ha sido mucho mayor al del PIB, del 17,7% frente al 6,9%, concretamente; o, dicho de otra forma, por el fuerte aumento de la productividad que se ha producido.
Además, si el nivel de productividad del trabajo se mantiene en los próximos años, el peso de las rentas del trabajo podría seguir menguando. Esto se debería al efecto de la llegada de la generación del baby boom a la edad de jubilación. Este no se debe menospreciar: por cada punto porcentual que cae el peso de la población de más de 55 años, aunque el salario medio de este grupo de edad se mantenga constante, el peso de las rentas del trabajo se reduce en 0,1 p. p. aproximadamente si la productividad se mantiene constante.
En EE. UU., el baby boom tuvo lugar, aproximadamente, 20 años antes que en España, y esta generación empezará a llegar a la edad de jubilación en los próximos años. Actualmente, el grueso de los baby boomers se encuentra en la franja de edad entre los 55 y 67, población que ha incrementado en aproximadamente un 23% desde 2007 en detrimento del grupo comprendido entre 25 y 54 años, que ha caído un 1%. Dado que el segmento de edad más avanzado tiene en promedio un salario más elevado (en 2013 fue un 15% mayor respecto al salario promedio total), su paulatina salida del mercado laboral va a suponer un descenso del peso de las rentas del trabajo. Dicho efecto es similar al de España, siendo de 0,1 p. p. por cada punto porcentual de reducción de la población mayor de 55 años, manteniéndose constantes los salarios medios por grupo de edad y el nivel de productividad.
En definitiva, es probable que parte de la caída del peso de las rentas del trabajo se recupere en los próximos años, a medida que la reactivación económica se vaya consolidando. De todas formas, existen ciertos factores más allá de las tendencias de fondo que entrañan el progreso tecnológico o la globalización, que también podrían empujar el peso de las rentas del trabajo a la baja.
Oriol Aspachs y Ariadna Vidal
Departamento de Economía Europea, Área de Estudios y Análisis Económico, "la Caixa"