En los últimos años, la formación de nuevos hogares ha empezado a despertar. En 2016 se crearon 68.200 hogares, lo que representa un aumento del 45% respecto al 2015. Sin embargo, la creación neta de hogares sigue siendo muy baja, sobre todo comparada con los años anteriores a la crisis, cuando se formaban cerca de 400.000 hogares al año.1
Con el fin de entender las dinámicas de la creación de hogares, es imprescindible analizar los cambios que se han producido en sus principales determinantes: la demografía y las condiciones socioeconómicas. Dado que la creación de hogares se concentra en la población joven, centramos el análisis en este colectivo.
En cuanto al factor demográfico, su relevancia es indiscutible. Concretamente, mientras que en 2008 la población menor de 35 años representaba un 42,8% del total de la población, en la actualidad representa un 36,5% del total. Como hay menos jóvenes, se crean menos hogares. A modo ilustrativo, en los últimos nueve años se han dejado de crear unos 33.000 hogares al año debido al impacto del factor demográfico entre la población joven.2
Los factores socioeconómicos también están teniendo un papel muy relevante. Una muestra de ello es la reducción en la intensidad de emancipación entre los jóvenes: la ratio de hogares jóvenes sobre el total de la población joven ha descendido del 14,3% en 2008 al 10,8% en 2017.
Sin lugar a dudas, un aspecto clave es el cambio en la edad de inserción de los jóvenes en el mercado laboral. En parte, ello es debido al mayor número de años que los jóvenes estudian (la edad media en la que los jóvenes de menos de 35 años finalizaron sus estudios ha pasado de 18,4 en 2008 a 19,1 años en la actualidad). Pero la situación del mercado laboral sigue apareciendo como el factor clave. A pesar de que la creación de empleo avanza a buen ritmo, el paro juvenil sigue en niveles elevados y las cifras de temporalidad se resisten a disminuir, en especial entre los jóvenes: un 46,1% de los menores de 35 años que trabajan tienen un contrato temporal (42,5% en 2008) y el paro en este grupo de edad se sitúa en un elevado 24,3%, a pesar de haberse reducido en más de 12 puntos desde los máximos de 2013. Asimismo, el salario medio de los trabajadores de 25 a 29 años ha disminuido un 8% entre 2008 y 2015 en términos nominales.
Finalmente, un factor adicional a tener en cuenta es la creciente presión en los precios de los inmuebles. La población joven se encuentra especialmente concentrada en las grandes ciudades, como Barcelona o Madrid, que es donde los precios de compra están creciendo más. Así, mientras que el precio de la vivienda ha aumentado un 4,9% desde 2015, en Barcelona y Madrid lo ha hecho un 18,3% y un 11,0%, respectivamente.3
1. Promedio anual de 2003 a 2010.
2. Se asume que la proporción de jóvenes que forman un hogar respecto al total de jóvenes se mantiene constante en los valores actuales.
3. Crecimiento del valor tasado de la vivienda libre publicado por el Ministerio de Fomento desde el 1T 2015 hasta el 2T 2017.