El futuro de las clases medias: la tecnología y la demografía las cambiarán, pero no desaparecerán
En los últimos años, han aparecido numerosos artículos discutiendo el posible fin de la clase media en los países avanzados. ¿Qué hay de cierto en ello? Las estimaciones realizadas hasta ahora (véase el primer gráfico) prevén que el peso relativo de las clases medias continuará reduciéndose de forma suave en las economías avanzadas. En este artículo nos fijamos en dos aspectos clave que emergen cuando se pretende analizar la evolución futura de la clase media: el cambio tecnológico y las dinámicas demográficas.
El impacto del cambio tecnológico sobre la economía y, en particular, sobre la clase media, es muy incierto. Sin embargo, si analizamos el tipo de empleos que es más probable que se destruyan o que se creen, y el tipo de empleos y habilidades que suelen tener los individuos que conforman la clase media, podemos hacernos una idea de lo que es más probable que ocurra en los próximos años.
Para valorar el impacto a corto y largo plazo, calculamos la probabilidad de automatización de las ocupaciones que desarrollan las clases medias en España1 utilizando la metodología desarrollada por Frey y Osborne.2 Los resultados obtenidos son los siguientes:
- El riesgo de automatización de los empleos que suelen realizar las personas de clase media es significativo (48%), aunque es mucho menor que el de las clases bajas (69%).
- Dentro de las clases medias, hay diferencias notables: las clases medias-bajas probablemente estarán más afectadas (61%) que las clases medias-medias y medias-altas (promedio del 41%). La razón es que las clases medias-bajas suelen estar empleadas en ocupaciones que requieren tareas más «rutinizables» como la contabilidad y las tareas administrativas. En cambio, el riesgo de automatización es sensiblemente menor en los trabajos que suelen realizar el resto de las clases medias, ya que, en buena medida, están empleadas en profesiones en las que la creatividad y las habilidades interpersonales tienen mucha importancia: personal sanitario, ingenieros, profesores, científicos, arquitectos, fuerzas de seguridad, economistas...
- Estos resultados coinciden con un estudio reciente3 que documenta que en prácticamente todos los países de la OCDE el riesgo de automatización decrece a medida que aumenta el salario.
A largo plazo, el impacto de la revolución tecnológica es todavía más incierto y depende, en gran medida, del tipo de empleos que emerjan, difícilmente imaginables hoy en día.
- Motivos para el optimismo: las nuevas ocupaciones requerirán unas habilidades que ya están al alcance de la clase media. Según los economistas David Autor4 del MIT y Lawrence Katz de la Universidad de Harvard, las nuevas ocupaciones primarán las habilidades creativas y sociales, la agilidad y la resolución de problemas. En este sentido, buena parte de las clases medias trabajan ya en ocupaciones en las que estas habilidades son importantes y, por tanto, su situación podría mejorar si estas habilidades se tornan aún más relevantes. Autor especifica que ello podría beneficiar a muchos trabajadores con habilidades intermedias que ya pertenecen a la clase media, o que actualmente son de clase baja pero que, con estos cambios, podrían dar el salto a la clase media con mayor facilidad.
- Un ejemplo de colectivo que potencialmente se puede ver beneficiado por el cambio tecnológico es el personal sanitario y de enfermería, que podría adoptar un papel más protagonista en el futuro a medida que las tareas de diagnóstico y cirugía van siendo asumidas por las máquinas.
- Una formación educativa que haga hincapié en las nuevas habilidades será clave para que la población pueda aprovechar al máximo estas nuevas oportunidades y para que florezca una nueva clase media acorde con la nueva economía.
- 1. Definimos las clases medias bajas como las que se encuentran entre el 75% y el 100% del salario mediano; las clases medias-medias, como las que se encuentran en un rango de entre el 100% y el 125%, y las clases medias-altas, como las que se emplazan entre el 125% y el 200%. No tenemos datos superiores al 200% del salario mediano, de modo que no podemos computar las probabilidades para las clases altas. Los datos de salarios son a nivel de tres dígitos (169 categorías ocupacionales) a partir de una imputación de la información de la encuesta trimestral de coste laboral (ETCL) y la EPA de 2014.
- 2. Véase Frey, C. y Osborne, M. (2013). «The Future of Employment: How Susceptible Are Jobs to Computerisation?». Academic Journal, Oxford University.
- 3. Véase Nedelkoska, L. y Quintini, G. (2019). «Automation, skills use and training». OCDE Social, Employment and Migration Working Papers n.º 202.
- 4. Véase la tribuna en el New York Times de Autor, D. y Dorn, D. (2013). «How technology wrecks the middle class».
Para los jóvenes de los países desarrollados cada vez es más difícil formar parte de la clase media:
- Hay menos millennials de clase media: según un estudio reciente de la OCDE,5 el porcentaje de personas de entre 20 y 30 años que pertenece a la clase media en la actualidad es del 60%, frente al 68% de los baby boomers6 cuando tenían la misma edad.
- La clase media aumenta en la generación del baby boom: el porcentaje de baby boomers que cuando tenían entre 50 y 60 años pertenecía a la clase media es mayor al de la generación anterior o la posterior.
La clase media ha envejecido a un ritmo mayor que el conjunto de la población en los últimos 30 años:
- En los países de la OCDE, la proporción de personas mayores de 65 años de clase media ha pasado del 46% en 1985 al 58% en 2015 y entre los jóvenes de entre 18 y 29 años ha pasado del 66% al 58% (véase el tercer gráfico).
- Los países donde esta dinámica ha sido más acusada han sido Francia y los países nórdicos, aunque en España estas tendencias también han sido significativas, con una reducción de 10,4 p. p. en el porcentaje de jóvenes que forma parte de la clase media entre 1985 y 2015 y un aumento de 5,5 p. p. entre los mayores de 65 años.
La clase media del futuro, seguramente, será más vieja que la actual:
- Aumentará de forma significativa el número de personas de clase media cuya principal fuente de ingresos sea una pensión. Lógicamente, para que una parte muy importante de las personas de más edad sigan perteneciendo a la clase media, es imprescindible que el poder adquisitivo que les provee su pensión se mantenga relativamente estable. Ello, sin embargo, es probable que presione las finanzas públicas de muchos países desarrollados, o que genere ciertas tensiones intergeneracionales. Al fin y al cabo, se espera que, con el envejecimiento de la población, la proporción de personas que trabaja se vaya reduciendo si no se hacen reformas. Para evitar dichas tensiones, y equilibrar los intereses de todas las generaciones, se tendrá que reformular el diseño institucional que define el grado de solidaridad intergeneracional.