La cuenta corriente española sigue una trayectoria favorable
La cuenta corriente española acabó 2017 con un saldo del 1,9% del PIB y sumó su quinto año consecutivo en superávit. Además, es destacable que el superávit por cuenta corriente de 2017 igualara al de 2016, en términos de porcentaje del PIB, a pesar de que algunos vientos soplaron de cara: en 2017, se encareció el petróleo; creció la demanda interna de forma muy robusta, lo que alimenta las importaciones, y los tipos de interés detuvieron la senda decreciente iniciada en 2012, lo que limita la reducción
de los pagos por intereses de la elevada deuda externa española.
¿Qué factores ayudaron a capear esta situación en 2017?
A grandes rasgos, destacan la fortaleza de las exportaciones, tanto de bienes como de servicios, y la menor posición deudora neta respecto al resto del mundo. En cuanto a la balanza comercial de bienes, sobresale el fuerte dinamismo que mantuvieron las exportaciones, con un crecimiento del 8,1% en el conjunto del año. Ello permitió compensar parcialmente el encarecimiento de la factura energética (de un 0,8% del PIB) y el aumento de las importaciones de bienes no energéticos. Así, en el conjunto del año, la balanza de bienes «solo» acabó deteriorándose en 0,6 p. p. del PIB.
Por lo que respecta a la balanza de servicios, destacan tanto la evolución de los servicios turísticos como la de los no turísticos. Concretamente, 2017 fue un año muy bueno para el turismo, con un avance de las exportaciones del 10,1%, que más que compensó el fuerte empuje que también se registró en las importaciones turísticas (españoles que viajan al exterior). Las exportaciones de servicios no turísticos merecen una mención especial, ya que anotaron tasas de crecimiento del 10,5% en este caso. Destaca la buena evolución de las exportaciones de sectores de alto valor añadido, como telecomunicaciones e informática y, especialmente, servicios empresariales de consultoría y técnicos relacionados con el comercio. Todo ello permitió que el saldo de la balanza de servicios mejorara en 0,4 p. p. del PIB en 2017.
Finalmente, el tercer factor que ayudó a mantener el superávit corriente en el 1,9% del PIB fue la buena evolución de la balanza de rentas, que experimentó una mejora de 0,1 p. p. del PIB respecto al registro de 2016. El menor déficit de rentas se explica tanto por la menor rentabilidad que ofreció la deuda española, lo que redujo los pagos a los tenedores de deuda extranjeros, como por la reducción del volumen de deuda en manos extranjeras. Ello más que compensó la ligera bajada en el rendimiento de los activos que los españoles tienen en el exterior.
¿Qué podemos esperar de cara a 2018?
Por un lado, es de esperar que la robustez de las exportaciones de bienes y de servicios no turísticos se mantenga gracias a las ganancias de competitividad de los últimos años y al bueno tono de la economía mundial y, en especial, de la eurozona, nuestro principal socio comercial. Asimismo, los últimos datos de turismo apuntan a una continuidad de la salud del sector. En efecto, los últimos datos de llegadas de turistas correspondientes al mes de febrero muestran un aumento del 2,6% interanual, una cifra notable teniendo en cuenta que ya se parte de niveles elevados tras años de aumentos continuados y significativos. En este sentido, es especialmente destacable que el gasto turístico crece todavía más que las entradas de turistas (4,7% interanual en febrero).
Sin embargo, los vientos de cara seguirán siendo notables. En este sentido, destaca el aumento del precio del petróleo, que es de esperar que cierre el año en cotas superiores a las de 2017, lo que generará un nuevo deterioro del saldo de bienes energéticos. También esperamos que las importaciones de bienes y servicios mantengan un elevado dinamismo, fruto de la recuperación de la actividad económica a nivel doméstico. Por lo que respecta a los tipos de interés, aunque no se esperan nuevos descensos, todo apunta a que este año se mantendrán relativamente estables, por lo que no se esperan grandes variaciones en la balanza de rentas. En conjunto, por tanto, es probable que 2018 cierre con un superávit corriente ligeramente inferior al de 2017, pero todavía elevado, lo que permitirá que se siga reduciendo la deuda externa.