¿Qué nos dicen las elasticidades de la demanda turística internacional sobre el crecimiento del sector turístico en España?
La clave del aumento sostenidos de las llegadas de turistas internacionales es la elevada sensibilidad de la demanda respecto al crecimiento de los ingresos en los países emisores y a un aumento relativamente moderado de los precios domésticos frente a las mayores subidas en destinos competidores.
El sector turístico español ha experimentado un crecimiento destacado en la última década, superando la media de la economía nacional y manteniéndose competitivo frente a otros destinos. La clave radica en la elevada sensibilidad de la demanda turística internacional respecto al crecimiento de los ingresos en los países emisores. Además, un aumento relativamente moderado de los precios domésticos frente a las mayores subidas en destinos competidores ha reforzado la posición competitiva española. Estas dinámicas explican el aumento sostenido de las llegadas de turistas internacionales y respaldan las previsiones de un crecimiento sostenido de visitantes a largo plazo. Sin embargo, este crecimiento plantea desafíos de sostenibilidad y congestión, por lo que es esencial equilibrar los flujos de visitantes y promover políticas que conserven los recursos naturales y el patrimonio cultural, asegurando así un desarrollo turístico sostenible y de alto valor.
El comportamiento del sector turístico en España durante la última década ha sido extraordinario. Entre 2015 y 2019, el PIB turístico creció en términos reales a un ritmo anual promedio del 4,6%, superando de forma notable al conjunto de la economía. Posteriormente, en el periodo 2019-2024, marcado por la pandemia, mientras las llegadas internacionales globales descendieron en torno al 2%, las llegadas a España aumentaron un 10%. Solo Turquía registró un mejor desempeño dentro del top 10 de destinos receptores a nivel mundial. Las perspectivas a medio y largo plazo también son muy positivas, y algunos estudios sitúan a España como el primer receptor de turistas internacionales para 2040.7
¿Qué hay detrás de este desempeño sólido y de las buenas perspectivas del sector turístico español? Para responder a esta pregunta, en este artículo estimamos la sensibilidad de la demanda turística a las variaciones de los ingresos en los países emisores y a los precios, tanto los propios como los de los competidores. Este ejercicio muestra que el factor clave que explica el buen comportamiento a largo plazo del sector turístico español es la elevada sensibilidad de la demanda turística al crecimiento de las rentas, mientras que el buen desempeño en el periodo 2019-2024 se sustenta en subidas de precio moderadas en relación con los países competidores.
- 7. Google y Deloitte (2024): «NextGen travellers and destinations: Our vision on the tourism industry transformation».
La elasticidad de la demanda es un concepto económico que mide la reacción de la cantidad demandada de un bien o servicio ante cambios en factores clave, como el precio o el nivel de renta. En CaixaBank Research se han calculado tres métricas:
- Elasticidad de la demanda turística con respecto a la renta en los países emisores (utilizando el PIB per cápita real como aproximación).
- Elasticidad de la demanda turística con respecto a los precios en España (empleando el IPC como proxy).
- Elasticidad de la demanda turística con respecto a los precios en destinos competidores (a partir de los IPC de dichos destinos).
Los resultados muestran que la demanda turística hacia España es especialmente sensible a las variaciones de la renta en origen (elasticidad de 1,74). Es decir, un aumento del 1% en el PIB per cápita real de los países emisores se asocia con un incremento del 1,74% en las llegadas de turistas internacionales en España. Por otro lado, la elasticidad-precio en España se estima en –1,87, de modo que un alza de precios del 1% conlleva una disminución de las llegadas del 1,87%. Finalmente, la elasticidad cruzada frente a los precios de los competidores (1,14) indica que un encarecimiento del 1% en términos absolutos en los destinos alternativos se traduce en un incremento de llegadas a España del 1,14%.
En conjunto, estas estimaciones confirman que el turismo en España cumple con las características de un bien de lujo (la demanda crece de forma más que proporcional al aumento de la renta) y es altamente sensible a los precios, tanto propios como de la competencia.
La notable resiliencia del sector turístico español durante el periodo 2019-2024 se explica, en gran medida, por un incremento de precios turísticos más moderado en relación con otros mercados competidores.8 Mientras que España ha registrado un aumento de precios turísticos del 22,3%, países como Grecia (23,5%), Francia (35,1%) o Croacia (44,8%) han experimentado escaladas sustancialmente mayores, encareciendo sus destinos de forma más acusada. Incluso frente a mercados con incrementos más bajos, como Italia (14,4%), la competitividad de España se ha visto reforzada por ajustes de precios menos disruptivos en segmentos clave. Por ejemplo, aunque las tarifas hoteleras españolas se han incrementado un 31,4%, en Italia lo han hecho un 32,4%, lo que mantiene a España en una posición ventajosa para atraer visitantes sensibles al coste.
Desde una perspectiva microeconómica, la elasticidad-precio de la demanda del turismo en España, estimada en –1,87, indica que los viajeros responden de manera relativamente intensa a los cambios en los precios. Sin embargo, el alza moderada limita la contracción en la cantidad demandada. A su vez, una elasticidad cruzada de 1,14 frente a destinos competidores evidencia que cuando otros países elevan sus precios, la demanda turística se desplaza favorablemente hacia España. Estos factores han contribuido al fortalecimiento de la posición competitiva del sector y han favorecido el buen desempeño de las llegadas internacionales en los últimos años.
- 8. Promedio entre aumento de precios de alojamiento, restauración y paquetes turísticos internacionales.
La notable resiliencia del sector turístico español durante el periodo 2019-2024 se explica, en gran medida, por un incremento de precios turísticos más moderado en relación con otros mercados competidores
La sólida expansión del sector turístico español durante las últimas décadas se basa, en gran medida, en la elevada elasticidad ingreso de su demanda. Así, se estima una elasticidad promedio de 1,74, lo que implica que un incremento del 1% en el PIB per cápita mundial se traduce en un aumento del 1,74% en las llegadas de turistas internacionales en España. Este fuerte nexo entre la renta disponible y la propensión a viajar ha sido clave para consolidar la posición de España en el panorama turístico global, además de apuntalar unas perspectivas de crecimiento favorables en el futuro.
Las cifras ilustran esta dinámica con claridad: las llegadas aumentaron de 33 millones en 1995 a 52,7 millones en 2010 y alcanzaron 83,5 millones en 2019. Este aumento continuado se debe, en parte, a la mejora de la renta disponible en distintos mercados emisores y confirma la robusta sensibilidad del turismo ante la capacidad de gasto de los viajeros.
Las proyecciones de crecimiento económico global indican que España podría superar los 110 millones de llegadas en 2040, según un estudio de Deloitte y Google, lo que consolidaría aún más su condición de destino de referencia a nivel mundial. En la medida en que las economías emisoras mantengan un ritmo de crecimiento estable y la oferta turística española continúe reforzando su competitividad, nuestra estimación de la elasticidad ingresos implicaría un crecimiento de las llegadas aún más fuerte hasta 2040. En todo caso, la previsión de 110 millones de llegadas es plausible cuando tomamos en cuenta otros factores que podrían afectar el desempeño del turismo, como riesgos geopolíticos o flujos de población.
Cabe destacar, además, que la elasticidad ingreso supera el valor de 1 en la mayoría de los principales países emisores de turistas hacia España. Italia encabeza la lista con una elasticidad de 6,64, seguida de Portugal (4,1), Francia (2,8), EE. UU. (2,6) y Países Bajos (2,16). En el polo opuesto, Bélgica (1,19) y Alemania (0,7) exhiben una reacción más moderada ante las variaciones de la renta.
Las proyecciones de crecimiento económico global indican que España podría pasar a ser el primer receptor de turistas internacionales en 2040
La alta elasticidad ingreso de la demanda turística de España, que vaticina un crecimiento significativo de llegadas a medida que las economías emisoras aumentan su renta, invita a plantear una gestión cuidadosa de los flujos de visitantes. Un volumen excesivo y descoordinado de turismo podría afectar negativamente la calidad medioambiental y social del destino, poniendo en riesgo el posicionamiento de España como destino turístico de calidad. Por ello, es aconsejable favorecer políticas que equilibren la oferta y la demanda en zonas más sensibles, al tiempo que promuevan la inversión en infraestructura verde y el uso eficiente de recursos como el agua y la energía. Así se protege el entorno natural y, en paralelo, se mantiene la experiencia de calidad que buscan los viajeros internacionales de mayor valor.