Análisis de coyuntura

Las consecuencias inmediatas de la guerra en Ucrania

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Global: índice de riesgo geopolítico
El impacto global del conflicto Rusia-Ucrania: primer capítulo

Las consecuencias humanas de la guerra en Ucrania ya son bien visibles en el primer mes de conflicto. Desde el punto de vista económico, los países más afectados serán Ucrania (por la destrucción que está suponiendo esta guerra) y Rusia (por las sanciones impuestas por sus principales socios comerciales). No obstante, los efectos de la guerra se notarán en muchas otras geografías. De hecho, sus efectos más inmediatos ya empiezan a ser visibles: los precios de las principales materias primas se han disparado, añadiendo más presión inflacionista, incertidumbre y tensión social por todo el mundo. En esta línea, en el primer mes de conflicto, el precio promedio del petróleo fue un 19% superior al registrado en el mes anterior, y el del gas natural, un 64%. Por su parte, el índice de riesgo geopolítico GPR repuntó hasta niveles no vistos desde la guerra de Irak.

Global: índice de riesgo geopolítico
Un impacto global... pero desigual

El «barómetro» de indicadores disponibles ya muestra un sesgo importante. Así, mientras que en marzo el índice de sentimiento empresarial compuesto (PMI) cayó en la eurozona (54,5 vs. 55,5 en febrero), avanzó de forma considerable en EE. UU. (58,5 vs. 55,9). En concreto, en la eurozona, el índice PMI mostró un deterioro significativo de las perspectivas, con aumentos de costes generalizados y un recrudecimiento de los cuellos de botella. En el detalle sectorial, la industria manufacturera se confirma como la principal afectada, aunque los servicios también ralentizaron su crecimiento. En la misma línea, también se debilitó el indicador de sentimiento económico (ESI) de la Comisión Europea de la mano de un deterioro de la confianza de los consumidores, la industria y el comercio minorista.

Global: PMI
El Este europeo muestra señales de debilidad económica

En Polonia y República Checa, los indicadores de confianza se han deteriorado fuertemente en marzo y alrededor de un 50% de las empresas polacas en algunos sectores manufactureros (como la fabricación de metales o equipos de transporte) señalan ya problemas de suministro de materias primas entre los principales factores que limitan la producción. Entre los países más expuestos a posibles problemas de suministro derivados del conflicto están los países bálticos, Bulgaria y Chipre, todos con fuertes vínculos a Rusia, sea por la dependencia de sus materias primas, por vínculos del sector manufacturero o incluso de los servicios (véase a este respecto el Focus «La dependencia europea de Rusia: una cuestión primaria» en este Informe Mensual).

Global: monitor de inflación
Eurozona: menos crecimiento, más inflación y más in­­cer­­ti­­dumbre

Aunque cualquier previsión económica en estos momentos se deba coger con pinzas, el aumento de la factura energética y de la incertidumbre generada por el estallido de la guerra en Ucrania supondrán un menor crecimiento económico en 2022 y una mayor inflación. En este sentido, revisamos a la baja nuestra previsión de crecimiento para la eurozona en 1,4 p. p., hasta el 2,6%, y revisamos al alza la previsión de inflación en casi 1,0 p.p., hasta el 5,3%, un nuevo máximo desde el inicio de la serie en 1997. Por países, la revisión a la baja más sustancial del crecimiento para 2022 es para la economía alemana (−2,1 p. p., hasta el 1,2%), por su mayor dependencia de suministros de gas procedentes de Rusia y el mayor peso relativo de la in­­dus­­tria manufacturera, un sector especialmente afectado por cuellos de botella y el en­­care­­ci­­miento de las materias primas (véa­­se a este respecto el Focus «Impacto de la guerra en los es­­ce­­narios económicos: menor crecimiento y mayor inflación» en este mismo Informe Mensual). Para EE. UU., cuyos vínculos con Rusia y Ucrania son sustan­­cial­­men­­te menores, recortamos pre­­vi­­siones de cre­­ci­­miento para 2022 en 0,3 p. p. (hasta el 3,2%), debido esencial­­mente al re­­cru­­de­­cimiento de los problemas de suministros globales, la in­­fla­­ción más elevada y el consecuente ten­­­­sio­­na­­miento en las con­­di­­ciones financieras, esperándose una re­­ti­­ra­­da más rápida de estímulos monetarios.

Eurozona: contribución a la inflación por componentes
Inflación: precios de alimentos y de la energía por las nubes, política fiscal activa en la UE

La inflación se ha disparado en la eurozona en marzo, hasta el 7,5%, frente al 5,8% registrado en febrero. Este repunte se ha debido esencialmente a nuevos incrementos en el precio de los alimentos y la energía. En Alemania, donde la inflación general llegó al 7,6% (vs. 5,5% en febrero), un máximo de 40 años, el componente energético registró una inflación del 39,5%, frente al 22,5% en febrero. En España, mientras que la inflación general tocó el 9,8% (vs. 7,6% en febrero), la subyacente se situó en el 3,4%, señalando que una parte muy significativa del repunte observado en marzo se ha producido en alimentos y energía. Ante estos aumentos, la Comisión Europea ha anunciado el nuevo Marco Temporal de ayudas, ofreciendo amplio margen de maniobra a los Estados miembros para apoyar a las empresas más afectadas por las consecuencias del aumento de los precios energéticos. En este sentido, los paquetes de medidas ya anunciados por distintos países europeos para amortiguar el impacto de los mayores costes de la energía en las empresas y hogares superarían el 0,5% del PIB este año. En Alemania, el Ejecutivo anunció recortes de impuestos sobre los carburantes y subsidios a familias y trabajadores, medidas estimadas en un 0,5% del PIB, mientras que en Francia se anunciaron medidas como recortes en 0,15 céntimos del precio de los carburantes y apoyos a empresas en dificultades, estimadas en un 0,7% del PIB. En EE. UU., donde la inflación ya había tocado el 7% antes del estallido del conflicto y una parte más significativa de esta se encuentra en componentes subyacentes, la Fed ya ha subido tipos y seguirá haciéndolo durante este 2022 (véase la sección de Mercados financieros).

EE. UU.: contribución a la inflación por componentes
COVID y China: un binomio más de riesgo en el puzle global

Los recientes rebrotes de COVID-19 en importantes centros productivos y logísticos del país, como Hong Kong, Shenzhen o Shanghái nos vuelven a recordar que la pandemia todavía presenta riesgos importantes para la economía global. No debemos olvidar que China es el centro de la cadena manufacturera asiática, y nuevas restricciones en esta región pueden derivar en nuevas presiones sobre unas ya tensionadas cadenas de suministros globales. Asimismo, tras un buen comienzo de año, con indicadores de actividad por encima de lo esperado en enero y febrero, el índice PMI compuesto cayó en marzo hasta los 48,8 puntos (vs. 51,2 en febrero), con un desplome de más de 3 puntos del PMI no manufacturero. Teniendo en cuenta el confinamiento en Shanghái anunciado a finales de mes, es probable que la economía china esté sufriendo una mayor contracción de lo sugerido por estos indicadores.

China: exportaciones desde áreas con brotes locales
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Coyuntura internacional