El claro tono acomodaticio de los mensajes de Mario Draghi ha sido el aspecto más destacado de la reunión del Consejo de Gobierno (CG) del BCE, celebrada hoy. El presidente de la institución ha confirmado que el CG "quiere y puede" hacer uso de todas las herramientas disponibles a fin de cumplir su mandato. De forma ilustrativa señaló que ya no se encuentra en modo "espera", sino en fase de "trabajo y evaluación" de todas las herramientas que tiene a su disposición. Draghi ha argumentado que la profundidad y persistencia de las señales de debilidad procedentes de China, junto a las turbulencias en los mercados internacionales de los últimos meses, justifican una revisión del grado acomodaticio de la política monetaria. En cuanto a las medidas que se podrían tomar, reiteró la posibilidad de modificar la composición, magnitud o duración del programa de compra de bonos (QE), y añadió la de recortar el tipo de la facilidad de depósito.