La relevancia de los intercambios comerciales de bienes entre España y EE. UU.
En este artículo analizamos el papel que juega la economía norteamericana en las relaciones comerciales de nuestro país: aun siendo un socio comercial relevante, la exposición de España a EE. UU. es relativamente baja, si bien existe una elevada heterogeneidad entre sectores.
Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE. UU., la política comercial restrictiva que ha anticipado podría incluir una importante subida de aranceles que tendría un notable efecto negativo sobre Europa, dado que los aranceles actuales sobre las importaciones europeas son muy bajos. En el caso de España, el impacto que esta medida podría tener es analizado en el Focus «Impacto de la subida de aranceles sobre las exportaciones españolas a EE. UU.: ¿qué sectores pueden verse más impactados?», incluido en este mismo informe, mientras que en este artículo nos centramos en el papel que juega la economía norteamericana en las relaciones comerciales de nuestro país. En general, podemos afirmar que, aun siendo un socio comercial relevante,1 la exposición de España a EE. UU. es relativamente baja, si bien existe una elevada heterogeneidad entre sectores.
Por el lado de las exportaciones, EE. UU. es el sexto destino de las mercancías españolas –el segundo extracomunitario por detrás del Reino Unido–, con 18.700 millones de euros en 2024 (datos acumulados de 12 meses hasta septiembre), lo que supone el 4,9% del total de las ventas de bienes españoles al exterior. Se trata de una cifra que ha crecido en los últimos años, desde el 4,5% en el periodo prepandemia (promedio 2014-2019), si bien está lejos del peso que supone para Italia (10,7%), Alemania (9,9%) o Francia (7,3%). En términos de PIB, las exportaciones españolas a EE. UU. representan alrededor del 1,3%, muy por debajo de la media de la eurozona (3,1%) o de países como Alemania y Francia, 3,8% y 1,6%, respectivamente.
- 1. Si consideramos los intercambios comerciales totales (exportaciones e importaciones), EE. UU. es el sexto socio comercial de España y el segundo extracomunitario, solo por detrás de China.
Por grupos de productos, los más exportados son bienes de equipo –sobre todo maquinaria industrial y aparatos eléctricos– y semimanufacturas –básicamente productos químicos–, que aglutinan cerca del 60,0% del total; a cierta distancia se sitúan alimentos (casi el 18,0%), con especial protagonismo de aceites y grasas.
Aunque el peso de las exportaciones totales a EE. UU. no parece muy elevado, si analizamos el papel del mercado norteamericano en función de los productos exportados se observan algunas diferencias. Así, hay bienes en los que la dependencia del mercado estadounidense es más intensa; por ejemplo, se destinan a EE. UU. el 7,5% de las exportaciones de bienes de equipo y el 5,6% de las de semimanufacturas, destacando en el primer caso motores (17,6%) y en el segundo material de construcción (13,5%). En el caso de los alimentos, aunque en conjunto se sitúan por debajo de la media (el 4,7% de sus ventas se dirigen a EE. UU.), destacan aceites y grasas, con el 14,0%.
Al analizar la evolución más reciente de las exportaciones a EE. UU., se observa que han quebrado la fuerte senda expansiva iniciada tras la pandemia y acumulan dos años de retrocesos, un 0,3% en 2023 y un 1,2% interanual en enero-septiembre de este año. En todo caso, respecto al periodo 2014-2019, en 2024 (datos anualizados hasta septiembre) crecen un 55,0%, por encima del 43,9% anotado por el total de exportaciones.
En el tercer gráfico se observa la contribución de los distintos grupos de productos al crecimiento de las exportaciones a EE. UU. entre 2014-2019 y 2024 (datos acumulados hasta septiembre). La práctica totalidad del crecimiento en dicho periodo viene explicada por las principales partidas (bienes de equipo, semimanufacturas y alimentos), que, en consecuencia, han aumentado su peso sobre el total. A un nivel más desagregado, sobresalen aceites y grasas y, sobre todo, productos químicos, que aportan al crecimiento 6,3 y 12,9 puntos, respectivamente (es decir, ambos explican el 35% del crecimiento total). Por el contrario, las únicas exportaciones que han contribuido de forma negativa han sido las del sector del automóvil, que han visto reducir considerablemente su cuota hasta el 3,1%, menos de la tercera parte que en 2014-2019.
Por lo que respecta a las importaciones procedentes de EE. UU., ascienden en 2024 (datos anualizados hasta septiembre) a 28.380 millones de euros, el 6,7% del total, lo que le convierte en nuestro quinto proveedor –segundo extracomunitario tras China–; este porcentaje ha aumentado en los últimos años de forma relativamente intensa, desde el 4,5% en 2014-2019. España compra a EE. UU., principalmente, productos energéticos (35,2% del total), semimanufacturas (29,2%), sobre todo productos químicos, y bienes de equipo (21,4%), en especial material de transporte y motores.
Mención especial merecen las importaciones energéticas, que, tras el estallido de la guerra en Ucrania, se han disparado, impulsadas por las compras de gas natural licuado (GNL).2 A este respecto, España compra actualmente a EE. UU. la sexta parte de las importaciones totales de energía –cuando antes de la pandemia el peso era del 3,5%– y el 8,6% de las de semimanufacturas, especialmente productos químicos (11,5%). Entre los bienes de equipo, donde el peso de las compras procedentes de EE. UU. es similar a la media (6,4%), destacan aparatos de precisión (11,4%), material de transporte (14,5%) y, sobre todo, motores (44,3%).
- 2. En un momento en el que las circunstancias obligaban a reducir la dependencia energética de Rusia, y aprovechando que España es el país de la UE con mayor capacidad regasificadora (7 plantas), las importaciones de GNL desde EE. UU. han pasado de poco más de 1 millón de toneladas (273 millones de euros) en el promedio 2014-2019 a 4,2 millones de toneladas (2.017 millones de euros) en 2024 (datos anualizados hasta septiembre), alcanzando en 2022 el máximo de 8,43 millones de toneladas y 8.905 millones de euros.
En los últimos años, las importaciones de EE. UU. han seguido un patrón similar al comentado antes para las exportaciones: una intensa caída en 2023 (–16,3%) seguida de un leve repunte este año (0,5% interanual en enero-septiembre), que no han contrarrestado el extraordinario crecimiento de 2021-2022, de modo que, con datos acumulados de 12 meses hasta septiembre de 2024, más que duplican el promedio de 2014-2019 (lo superan en un 117,4%, frente al 43,9% para el total de importaciones).
Más de la mitad del crecimiento acumulado por las importaciones entre 2014-2019 y 2024 lo explica el componente energético, que ha triplicado su peso sobre el total, alcanzando el 35,2% (es el único grupo que aumenta su cuota). A gran distancia se sitúan semimanufacturas y bienes de equipo: entre las primeras destacan productos químicos, que explican cerca del 25% del crecimiento total de las importaciones.
Por último, los intercambios comerciales con EE. UU. arrojan tradicionalmente un balance deficitario para España, que en los últimos años se ha ampliado muy notablemente, condicionado por el saldo energético. Así, el déficit en 2024 (9.644 millones de euros, de los que 8.212 millones proceden de la energía) es 10 veces superior al promedio de 2014-2019 (972 millones) y el segundo más abultado para nuestro país, únicamente superado, a mucha distancia, por el déficit con China (36.287 millones).